363 ° DOMINGO 5 DE DICIEMBRE DE 2004

 
Guadarrama y el PRD: que viva el pragmatismo
De mapache a
candidato opositor

Alberto Nájar

Delincuente electoral. Asesino de perredistas. Cacique. Represor. Estos son los términos que el PRD endilgó a José Guadarrama Márquez. Tiempos lejanos. Hoy, el ex priísta es candidato de la coalición entre Convergencia y el sol azrteca a la gubernatura de Hidalgo, una decisión que ha sido severamente criticada. Golpeada por los escándalos de corrupción, la dirigencia del PRD que encabeza Leonol Godoy terminó cediendo, pues Guadarrama amenzó con arrebatarle al partido en el estado y porque tampoco había candidatos con posibilidad a la vista.
 
 

 
Guadarrama. En campaña 
con el enemigo
Fotografía:Armando Loaiza
Harto, evidente la fatiga en el rostro, el perredista Graco Ramírez zanjó la discusión con Ricardo Baptista González, uno de los aspirantes a la candidatura al gobierno de Hidalgo.

"Hay que sacrificar principios, compañero", soltó el secretario de Acción Electoral del Partido de la Revolución Democrática (PRD). "Necesitamos más que el cuarto lugar en la votación".

Y sí. A lo largo de las horas anteriores, ese había sido el eje de la discusión entre 14 integrantes del Comité Ejecutivo Nacional (CEN): postular un candidato propio con pocas posibilidades de triunfo, o apostarle a mejorar la votación del partido y aspirar, tal vez, a ganar la gubernatura.

Al final éste fue el argumento que prevaleció. Y por eso, en la madrugada del 25 de noviembre pasado, la mayoría del CEN acordó respaldar la candidatura de José Guadarrama Márquez, ex priísta involucrado en el caso Pemexgate; vinculado con el asesinato de una decena de perredistas; causante indirecto de la caída de al menos un gobernador, acusado de enriquecimiento ilícito y señalado en la montaña hidalguense como uno de los principales caciques represores de movimientos sociales.

Nada grave para quienes apoyaron la postulación del profesor –Guadarrama es egresado de la Escuela Normal de El Mexe–, sobre todo los integrantes de las corrientes Nueva Izquierda y Foro Sol, conocidos como Los Chuchos y los Amalios.

"Las acusaciones no están probadas", repetía Carlos Sotelo, secretario de Ciudades y Gobiernos Municipales durante la discusión del CEN. "Se trata de tomar decisiones políticas, no ministeriales", respondía Martha Sánchez, responsable de Derechos Humanos.

Y luego, el razonamiento de los números, aunque fuesen cuestionables para algunos: si no vamos con Guadarrama, insistían quienes respaldaban la postulación, "nos vamos a quedar en el 5%" de la elección.

Sacrificados los principios llegó el turno de los votos: tres en contra, diez a favor y una abstención, la del presidente del partido, Leonel Godoy Rangel.

Cosas de la política. Mes y medio antes, el michoacano había advertido que, de mantenerse la idea de que el ex priísta fuese candidato del sol azteca, "sopesaría mi estancia al frente del partido".

No fue necesario hacerlo, gracias a un recoveco legal. En Hidalgo, acordó el CEN, el partido contiende en alianza con Convergencia quien aporta al candidato a gobernador, José Guadarrama. El sol azteca postula a los diputados.

Así, Godoy Rangel se mantiene como presidente del PRD. Y Guadarrama Márquez está en campaña.

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Guadarrata.
 
 
Godoy. Que iba a renunciar
Fotografía: La Jornada /José Antonio López
Así llamaban en 1990 los diarios de Mérida al delegado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), José Guadarrama, acusado de vender candidaturas, promover el robo de papelería electoral y rellenar urnas en las elecciones locales de ese año.

El conflicto post electoral provocó la salida del gobernador Víctor Manzanilla Schaffer quien fue sustituido por Dulce María Sauri Riancho, senadora cercana al grupo del fallecido Víctor Cervera Pacheco.

La típica operación Guadarrama que, un año antes, desató la violencia en los comicios locales de Michoacán, los primeros en que contendió el PRD.

"Era como un vicegobernador, un delegado con todos los poderes y recursos", cuenta Cristóbal Arias, senador en ese entonces y luego fallido candidato a gobernador. "En 1988 la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas arrasó en Michoacán y por eso en las elecciones del siguiente año había que pararnos a como diera lugar. Eso fue lo que hizo, recurrir a todo el catálogo de mapachismo".

Fue un atraco, recuerda. "En los comités distritales nos decían: ustedes ganaron en las urnas, pero aquí todo se anula. Eso causó tomas de carreteras, presidencias municipales, mítines gigantescos que tuvieron como respuesta la represión; el Ejército intervino varias veces para desalojar perredistas".

Y es que en esas lides, Guadarrama Márquez no era un improvisado.

Durante su paso por la Normal de El Mexe formó parte de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, a la que abandona apenas un año después de egresar para afiliarse al PRI, que lo postula (con el apoyo del cacique de Chapulhuacán, Luciano Covarrubias) como candidato a presidente municipal de su natal Jacala. Era 1973.

Dura poco en el cargo. A mediados de 1975 unos 7 mil campesinos de las comunidades de Quetzalapa, San Nicolás, La Palma y Ocotillo toman la presidencia municipal durante dos semanas, y obligan al gobierno estatal a realizar una auditoría.

"Es un pueblo bronco y en el enfrentamiento los dos bandos andaban armados", recuerda el perredista Jesús Martín del Campo quien participó en la batalla invitado por los campesinos.

El escándalo, sin embargo, no afectó la carrera política de Guadarrama quien a través del cacique Valente Salas Monter mantiene el control político en Jacala. Al mismo tiempo se convirtió en diputado suplente y después, durante el gobierno de Jorge Rojo Lugo, fue designado dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias de Hidalgo.

Luego fue elegido diputado federal en la LI Legislatura, de donde se coló a la campaña a la gubernatura de Guillermo Rosell de la Lama, quien lo designó director de Gobernación bajo las órdenes de José Antonio Zorrilla Pérez, actualmente preso por el asesinato del periodista Manuel Buendía.

También aquí duró poco. Meses después de tomar posesión Guadarrama Márquez fue designado vocal ejecutivo del Patrimonio Indígena del Valle del Mezquital y Huasteca Hidalguense (PIVMHH), cargo que, revela un estudio elaborado para el CEN perredista por la Secretaría de Derechos Humanos, el profesor aprovechó para hacer fortuna.

En 1983, por ejemplo, el Frente Campesino Zapatista y organizaciones campesinas de Pisaflores, Huichapan y Jacala acusaron al vocal del PIVMHH de "proteger caciques y saquear el presupuesto". La Coordinadora Regional Otomí Ñahañú le acusó de un fraude de 300 millones de pesos, mientras que ejidatarios de Bomintzha denunciaron que el funcionario respaldaba a bandas de talamontes.

Dos años después estas mismas organizaciones acusaron a Guadarrama de proteger la siembra de mariguana y amapola en comunidades de Tlahuiltepa, Xaltocan, La Misión, Pisaflores y Chapulhuacán.

La respuesta a estas denuncias tuvieron el sello Guadarrama: incursiones militares en comunidades de Quetzalapa y Jacala; secuestros y torturas a cargo de agentes judiciales y granaderos, homicidios cometidos por gatilleros ligados al profesor...

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Tres de septiembre de 1991. Hace dos días que Guadarrama Márquez rindió protesta como diputado federal, y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emite la recomendación 75/91 dirigida al gobierno de Hidalgo, para que se castigue a los homicidas de Gilberto y Armando Camacho López, así como del activista Ramiro Márquez Salas.

Las muertes, señala el documento, "las organizaron y ordenaron un grupo de caciques y gatilleros encabezados por el señor José Guadarrama Márquez, persona que se ha mantenido en el poder municipal (de Jacala) durante más de 17 años, durante los cuales ha utilizado la violencia y el terror contra los habitantes de la región".

No son los únicos asesinatos vinculados con el diputado. En mayo de ese año el PRD hidalguense denunció que "una banda de 12 paramilitares con conocidos nexos con José Guadarrama asesinaron a Canuto Santos (un activista de Jacala). En el sepelio, al día siguiente, la misma banda asesinó a Clemente Garay y Elfego Santos".

Y un mes después, el Frente Campesino Zapatista dio cuenta de la muerte de nueve compañeros "asesinados por gatilleros de José Guadarrama y Artemio Estrada (presidente municipal de Jacala)". Los crímenes, agregó la organización, se cometieron durante la campaña del legislador priísta.

Guadarrama Márquez nunca fue investigado, como demandó la CNDH, e incluso durante su paso por San Lázaro fue continuamente acusado de fomentar la represión a grupos como el Movimiento Sierra de Jacala Unida y la Coordinadora del Movimiento Serrano. También fue vinculado al asesinato, en 1992, del perredista Agripino Morán Federico.

Nada pasó. En 1994 fue electo senador de la República y cinco años después perdió la candidatura al gobierno de Hidalgo contra Manuel Angel Núñez Soto.

Para ese entonces su estrella tricolor empezó a pardear: participó en la campaña presidencial de Francisco Labastida como secretario de Operación y Acción Política, pero tras la derrota fue involucrado en el caso Pemexgate.

José Guadarrama Márquez decidió entonces salir del PRI. Y su camino lo llevó, de nuevo, hacia el PRD.

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La frase no deja lugar a dudas.

 

Núñez Soto. El enemigo 
de Guadarrama
Fotografía: La Jornada /
Cristina Rodríguez
"Es de gente bien nacida saber agradecer favores", justificó Claudia Corichi, secretaria de Políticas Públicas del PRD y una de las principales impulsoras, en el CEN, de la candidatura de Guadarrama Márquez.

Tiene sus razones. En la pasada elección para gobernador en Zacatecas el expriísta ayudó a ganar los municipios de Fresnillo y Guadalupe, donde la tendencia era desfavorable al sol azteca.

No fue ésta la primera elección donde el partido recurrió a los conocimientos del profesor. En 2001, invitado por Jesús Zambrano y Genovevo Figueroa Zamudio, participó en la campaña de Lázaro Cárdenas Batel, algo que el actual gobernador siempre negó. "Si le pasa tips a Zambrano es cosa suya", dijo en su momento.

Luego, recuerda Martha Sánchez, fue invitado a las campañas de Aguascalientes, San Luis Potosí y Veracruz para participar "en trabajos estratégicos" que, aparentemente, no dieron buenos frutos al sol azteca.

El agradecimiento, pues, fue uno de los factores importantes para respaldar a José Guadarrama. Pero no fue el único.

Según Jesús Zambrano, "de no hacerlo candidato hubiéramos tenido una rebelión de la mayoría del partido en Hidalgo; hubo grupos de sindicalistas de la CFE y de Pemex en Tula que dijeron que no irían con el PRD si no postulaba a Guadarrama".

Y es que en Hidalgo el sol azteca está virtualmente en manos del profesor: 60 de los 84 comités municipales están encabezados por militantes del Frente Democrático Hidalguense, la organización fundada por Guadarrama a su salida del PRI.

Es, insisten Corichi, Sotelo y el mismo secretario general, Carlos Navarrete, el único que ha logrado unir al partido en los últimos seis años.

Por si fuera poco, una encuesta interna del sol azteca reveló que, paradójicamente, Guadarrama Márquez tiene una buena imagen en Hidalgo, e incluso muchos perredistas lo identifican como el único opositor real al gobernador Núñez Soto.

"Siempre dijo que su mala fama es un complot en su contra por su enemistad con los Rojo Lugo", reconoció Martha Sánchez, una teoría que, al parecer, hicieron suya algunos líderes perredistas.

La semana pasada Carlos Navarrete acusó al gobernador Núñez Soto de "infiltrar virulentamente a opositores y detractores" del profesor "en todas las trincheras posibles", incluido, desde luego, al mismo sol azteca.

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En corto, en el CEN perredista reconocen que al presidente Leonel Godoy "lo doblaron" las corrientes más fuertes del partido.

Pero no tenía de otra, añaden: en términos electorales 2004 fue uno de los años más difíciles para el partido, con descensos importantes en sus porcentajes de votación y la pérdida de la gubernatura de Tlaxcala.

El líder nacional necesita, pues, de buenos resultados antes de entregar la estafeta el próximo año. Y para eso se necesita ganar al menos un par de elecciones.

Los perredistas tienen buenos augurios en Guerrero y Baja California Sur, donde el partido cuenta con una tendencia favorable.

Pero en Hidalgo y Quintana Roo es necesaria ayuda extra. De ésa que pueden brindar personajes de la estirpe de Ignacio García Zalvidea, El Chacho, ex alcalde de Cancún. Y, claro, del profesor José Guadarrama Márquez, a quien sus ahora apoyadores llamaron delincuente electoral. En todo caso, Guadarrama tiene mayores méritos que el cancunense. Dedicó tres años a ganarse al PRD hidalguense. Ahora, sin él, es poca cosa.

(Con información de Arturo Cano)