Indígenas emprendedoras
Marux y Roxa, chamulas pioneras de la emancipación de las indígenas en Chiapas

* Con la fuerza de su trabajo han sacado adelante a sus hijas/os
* Para adquirir autonomía tuvieron que dejar al marido

Texto y fotos de Gaspar Morquecho

Mercados, plazas y calles de la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, son ocupadas por centenares de mujeres indígenas que se desempañan en el 舠mercado informal舡.

Ellas venden fruta y verduras o artesanías. Algunas comparten el trabajo con su marido, otras, viudas, abandonadas, madres solteras o mujeres que dejaron al marido golpeador, comparten el trabajo con sus hijas/os y así sostienen a su familia. Otras van del Caribe mexicano a Los Cabos, del Pacífico al Golfo de México o se desplazan por el país al ritmo de ferias y festivales. Varias radican en el Distrito Federal y otras más se aventuran y 舠alcanzan al marido舡 en algún estado de la Unión Americana. Es definitivo que la ruralidad de estas indígenas y el apego a la 舠madre tierra舡 舑que nunca poseyeron舑, es sólo un recuerdo lejano que no alcanza a sus hijas/os. Las mayores visten a la usanza indígena y las jóvenes han 舠amestizado舡 su indumentaria y la mayoría habla 舠la idioma舡. Son inmigrantes o expulsadas de sus alteños y fríos pueblos: Chamula, Zinacantán, San Andrés, Chalchihuitán o Chenalhó. Mujeres que siguen llegando a la ciudad de Las Casas buscando mejores oportunidades de vida. A la venta de artesanías se suman sus hijas/os menores.

Fue a finales de los 70 que las mujeres indígenas salieron del hogar y 舠ganaron la calle舡 para sobrevivir. Marux y Roxa, dos abuelas chamulas, platicaron para la Triple Jornada parte de sus vidas.

Con Marux (María) del Caribe Mexicano a Los Cabos

Marux nació en Chijviltenal, un paraje Chamula, no conoció a sus padres y estudió hasta tercero de primaria. A los 14 años se fue y trabajó en San Cristóbal en calidad de 舠crianza舡, no recibía salario, la 舠mantenían舡. Después se 舠hizo de la religión舡 y fue a vivir a Tuxtla Gutiérrez con 舠la señorita Delia舡, una cristiana no católica y Marux 舠le hacía la limpieza舡 por un salario y la comida. Ahí la pidió Tumin (Domingo) y se casó. Siendo joven dejó temporalmente la nagüa chamula y sus hijos nacieron en la ciudad coleta. Vivió en los barrios de La Merced y Tlaxcala y se dedicaba a cuidar a sus hijos. Si bien su esposo es pastor, Marux afirmó que 舠todos los religiosos son falsos舡 y que ahora 舠no tiene ninguna religión舡.

En 1988, Tumín dejó de percibir ingresos como pastor: 舠Entonces salí a vender artesanía a la plaza de Santo Domingo, dijo Marux. Luego, añadió, junto con una muchacha lo pensamos de ir a vender a Cancún. Compramos nuestro boleto, empacamos nuestra mercancía y nos fuimos así no舗mas sin conocer. Después fuimos de entrego de mayoreo pero no me gustó pues, algunos clientes pagan y otros no. Luego fui a Palenque y me fue bien. En el 94 dejó de llegar turistas, como hubo problema pues, entonces me fui a México. Allá me fue bien y luego fui en otros lugares como Baja California, Aguascalientes, Michoacán, Zacatecas, Chihuahua, y hasta la fecha estoy en el México trabajando con mis hijas舡, narró Marux.

Para iniciar su negocio la chamula recurrió al crédito y le cobraron de joltak舗in (cabeza del dinero, interés) el 10 por ciento mensual. Ahora compra o recibe mercancía a consignación y vende 舠pura artesanía de Chiapas舡 pues no tuvo suerte con la de Guatemala. Así fue 舠haciendo su dinerito舡 la Marux, capital que ella maneja. Cuando su marido necesitaba dinero, ella le hacía préstamos: 舠Cuando él entró de diputado no sé si le pagaban o no. Pero sí, durante el tiempo que estuvo de diputado nunca lo vi con dinero, al contrario, teníamos dos lotes de terreno en la colonia San Juan El Bosque y lo vendió él para pagar sus deudas. Esta casa fue embargada por préstamo que Tumin hizo por 15 mil pesos舡. A la fecha su esposo no le ha pagado a Marux, una mujer que tiene garantizada una vivienda para cada una de sus cinco hijas/os en San Cristóbal. Algo de lo que ella no habla.

Marux recordó llorando que su marido no la dejaba trabajar el fin de semana: 舠Me prohibía vender los sábados para que fuera al culto pero no le hice caso y ahora estoy libre para trabajar todos los días. Creo que gané la libertad, le dije claro que iba buscar licenciado y a ver quién gana. A ver si me encuentran delito por ayudarte a buscar dinero por la necesidad y tú me prohibes trabajar y eso no es justo. Si me sigues prohibiendo tengo que ir con un licenciado le dije, entonces se quedó callado y me dejó trabajar.舡

El activismo político de Domingo pasó injustos y largos encarcelamientos, uno en 1992 y otro en 1998. Marux se puso triste y pidió 18 mil pesos en préstamo: 舠Pedí dinero para que salga, embargaron la casa pero Tumin salió. Luego volvió a entrar en la cárcel y como ya trabajaba no me preocupé tanto y pude mantener mis hijos舡, comentó Marux. Tumín nunca escuchó a su mujer y siguió con su activismo, del cual, dijo Marux: 舠Yo no he sacado nada, antes al contrario, yo le he dado舡. Ahora, ella es abuela de tres niños, renta una casa en el Pedregal de Santo Domingo por 2 mil 400 pesos mensuales, tiene un puesto en Coyoacán y de cada en cuando llega a San Cristóbal para abastecerse de artesanías y para mirar a una de sus hijas, a su nieta y a su marido. Se le ve contenta en ese ir y venir.

En las plazas de Santo Domingo y Caridad con Roxa

Roxa es una mujer chamula y pionera en la venta de artesanías en las calles y plazas, pues hace 25 años que inició esa actividad haciendo morrales y vendiéndolos en los portales del parque central de San Cristóbal. Tenía que sobrevivir. Para 舠tomar la calle舡 tuvo que pasar por la afiliación a un sindicato oficial. Más tarde, la policía municipal la desalojó del lugar junto con siete vendedoras más y las ubicó en la plaza de Santo Domingo, actualmente ahí venden artesanía 385 personas. La historia de Roxa tiene que ver con la intolerancia religiosa y la exclusión. Ella fue encarcelada en San Juan Chamula antes de decidir abandonar Tzontewits -su paraje-, en 1977. Sus tíos le 舠prestaron lugar舡 en la ciudad, sembró 舠la milpa舡 en parcelas rentadas en 舠tierra caliente舡 y un año después contrajo matrimonio; sin embargo, Roxa siguió trabajando 舠pues no tenía paga舡. Lo que pasó fue que el marido jamás le dio dinero, la maltrató y llorando contó: 舠Casi tres días estuve contenta y al cuarto ya no. Yo levanté a todos mis hijos sólo con mi fuerza舡. Hace cinco años dejó a su marido, vive con dos de sus hijos, disfruta a sus seis nietos y a sus cuatro hijas/os les ha procurado, como Marux, un lugar para vivir. En 1994, también se fue a México a vender artesanías y ahí estuvo hasta 1998 con todos sus hijos, afirmó Roxa.

La jornada de Roxa en temporada alta es de las cinco de la mañana a las nueve ó10 de la noche; regresa a su casa y si tiene que lavar ropa. Descansa hasta la media noche. Prácticamente la familia vive en la plaza, la abuela Roxa se va con sus nietos y sus hijas/os, ahí trabajan y compran sus alimentos. Paga por 舠derecho de piso舡 330 pesos anuales al ayuntamiento y 250 mensuales de renta donde guarda su puesto y su mercancía.
En las plazas de Santo Domingo y Caridad hay temor por el retorno del PRI al gobierno municipal y el triunfo del diputado local priísta. Las vendedoras de artesanías temen que las quieran desalojar como lo pretendieron hacer en el 2001.

Quizás estas dos abuelas chamulas, indias urbanas, forman parte de la primera generación de mujeres que, obligadas por la crisis, quebraron el núcleo familiar tradicional y adquirieron cierto grado de libertad, independencia y autonomía.

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