Culto guadalupano

El fervor da origen a falsas apariciones

ALMA E. MUÑOZ

Los creyentes en la Virgen de Guadalupe hasta en emparedados y manzanas ven la representación de un milagro, según reportes del máximo santuario mariano de América Latina.

Las autoridades eclesiásticas relacionan estos hechos con un desbordamiento del fervor religioso al cual no se ha podido controlar. Ayer, aprovechando el inicio de las festividades en torno a las apariciones de la Virgen a Juan Diego, sacerdotes católicos presentaron el libro La Virgen del Metro, con el objetivo de explicar que las supuestas apariciones en baldosas, tinacos y demás son producto de la ignorancia.

Mientras continúan llegando cientos de peregrinos a la Basílica de Guadalupe en ocasión del 12 de diciembre, se reconoció que la gente tiene la "necesidad" de expresar el amor que siente por la Virgen, origen de supuestos milagros -al menos se conoce de uno cada 15 días- que la institución católica trata de encauzar.

El rector de la Basílica, Diego Monroy; el autor del libro, el sacerdote Rogelio Alcántara, y el postulador principal de la causa de Juan Diego, el clérigo José Luis Guerrero, coincidieron en señalar que los milagros no se inventan, pero que es conmovedora la fe en la Iglesia.

La anécdota más inmediata a que se hizo referencia habla de que un feligrés llegó con una manzana en la cual se apreciaba la imagen de la Virgen. Las investigaciones concluyeron que a alguien se le desprendió una medalla del cuello y ésta quedó en el fondo de una caja repleta de dichos frutos, y de allí derivó el "milagro". El dueño de la manzana exigía una carta de autenticidad.

En esta temporada no ha habido reportes sobre cartas o hechos que pudieran opacar la festividad, como ocurrió en ocasiones anteriores con los antiaparicionistas que trataron de poner en duda el milagro de hace 473 años.

El cardenal Norberto Rivera Carrera compartió que hace una semana la Secretaría de la Función Pública les otorgó el título de comodato definitivo para iniciar la construcción del templo a Juan Diego -anteriormente el cine Lindavista-, el cual se espera que cuente con una inversión mínima de 80 millones de pesos y dé cabida a mil personas sentadas.