ENTREVISTA / JOEL ORTEGA CUEVAS, SECRETARIO DE SEGURIDAD PUBLICA

No soy fan de la cero tolerancia de Giuliani

La crítica será bien atendida, "hasta las mentadas de madre serán bienvenidas, siempre que sirvan para mejorar el quehacer cotidiano", anticipa

SERAN REVISADOS TODOS Y CADA UNO DE LOS PROGRAMAS DE LA SSP

MIRNA SERVIN VEGA

Recién designado secretario de Seguridad Pública, Joel Ortega Cuevas asegura su lealtad política al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador. Se confiesa: "no soy fan del programa cero tolerancia" propuesto por Rudolph Giuliani y pone énfasis en que la policía, ahora, deberá trabajar con mucho mayor apego a las necesidades de la gente y atacar a los delitos de alto impacto, por lo que todos y cada uno de los programas de la Secretaría de Seguridad Pública entrarán a revisión.

Ortega dice que sí es posible la mejoría en la seguridad pública, que él pertenece a un proyecto que encabeza el jefe de gobierno y que sus lealtades no estarán ni de lado del gobierno federal, ni del de Marcelo Ebrard, sino junto a un programa que busca mejorías en lo social como parte fundamental para evitar el crimen.

En mangas de camisa, más seguro que confiado, Ortega advierte que para la lucha que emprendió desde ayer tiene un buen equipo de bateadores y que esos pertenecen al mismo equipo que ya trabaja en la SSP. Pero a la pregunta de qué sucederá con el subsecretario Gabriel Regino, quien ha sido impugnado e incluso acusado de actuar con negligencia en el caso del linchamiento ocurrido en Tláhuac, explica que las acusaciones deben ser probadas y que mientras quiera seguir en el mando operativo de la dependencia, el puesto está asegurado.

Los años como servidor público le han blindado la piel, Joel Ortega dice que la crítica será bien atendida, "hasta las mentadas de madre serán bienvenidas siempre que sirvan para mejorar el quehacer cotidiano", y con ello quiere decir, también, que no se desprenderá del contacto con la gente para saber qué pasa exactamente en la ciudad y buscar los remedios a los malestares que denuncie la gente.

Está consciente que su nombramiento como secretario de Seguridad Pública proviene de un enfrentamiento político entre los gobierno federal y de la ciudad de México, pero establece bien las coordenadas:

El Estatuto de Gobierno, la ley, marca que deberá entregar un informe de los avances al gobierno federal, mismo que será entregado primero al jefe de Gobierno, como lo impone la legalidad, y por eso, asegura, no hay confusiones, "trabajo desde hace varios años en un proyecto en el que creo y es el proyecto de López Obrador".

Sobre el plan Giuliani, del que, aseguró, no es un fanático de su aplicación, dice que se quedará con la parte técnica del proyecto que sirve, pero establece que en cuanto al proyecto cero tolerancia habrá de regular el tono y encontrar puntos medios para su aplicación.

Ortega dice no tener miedo a ser un secretario "de 24 horas al día, "ya que me tocan los últimos dos años, tengo que meter el acelerador y dar tono. Habrá cosas que editar, cortar y revisar".

El ex titular de la delegación Gustavo A. Madero, una de las más conflictivas en materia de seguridad, insiste en que aún con todos los nuevos agrupamientos policiacos que se han creado en la corporación, no se tienen elementos suficientes para combatir la delincuencia en la ciudad y para ello se requiere una inversión mayor.

Al ejemplificar, dice que los lugares donde se ha avanzado en la disminución del índice delictivo son aquellos donde se ha logrado tener 400 policías por coordinación territorial.

Sin embargo, Ortega insiste en que el delincuente se mueve en función de otros factores que no necesariamente corresponden con las funciones o número de la policía, por lo que su proyecto de trabajo está inserto en el programa del gobierno local, que ofrece más oportunidades al derecho a la educación, alimentación, buenos servicios de salud y de desarrollo social, acompañado de un buen programa de inversión y de obra pública y privada, que es lo que ha permitido atemperar el problema delictivo.

El, más que nadie, conoce las deficiencias de la secretaría que ahora encabeza, ya que como ex secretario técnico del gabinete de seguridad elaboró tres evaluaciones de esta dependencia y de la procuraduría capitalina,

Al respecto, reconoce que hace falta ubicar dónde hay que concentrar los esfuerzos y que esto se centra en el ataque de los delitos violentos, que son los que más irritan a la ciudadanía.

Ortega acepta que aunque hay reducciones en los delitos, la gente aún no lo percibe y por tanto no lo cree, pero que si se trabaja en los delitos que más afectan a la sociedad, como homicidio, violación, robo de vehículo y a transeúnte, habrá mayor confianza de la sociedad hacia el trabajo de la policía.

En sus ahora oficinas del piso 12 de la SSP local, admite que en el juego que ahora le tocó estar tendrá que batear fuerte, pero enfatiza que tiene una gran seguridad en poder hacerlo, ya que toda su trayectoria como funcionario la ha logrado sin tener un apellido famoso en la política mexicana: "nunca me han regalado un posición, he sido de los pocos servidores públicos que ha podido pasar no nada más de un régimen a otro, sino de un partido a otro".

Contundente señala que los mandos policiacos y los elementos de la corporación no van a subir a los puestos de decisión como antaño, "a través de la lambisconería"; por el contrario, tendrán contacto estrecho con todos para ver sus necesidades y asegurarles que con un buen trabajo serán reconocidos por la institución y la sociedad, pero que habrá movimiento y revisión, ya que los cuerpos policiacos "son como remansos de agua, que si no corren se pudren".