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Jueves 30 de diciembre de 2004

Martí Batres Guadarrama

Encuestas, miedo y delito

El resorte que mueve la acción del gobierno de Vicente Fox es el miedo a las encuestas. No hay programa de gobierno, no hay objetivos para la acción del Estado, no hay políticas públicas. A partir de 2004, al gobierno federal sólo le importan las encuestas. Y sólo se mueve por el terror a las encuestas. La embestida contra el Gobierno del Distrito Federal tiene como causa esencial el posicionamiento de su titular. Lo que no le puede perdonar el gobierno federal al gobierno local de la ciudad de México es la aceptación social y ciudadana. Que López Obrador vaya arriba en las encuestas de presuntos presidenciables es lo único que mueve la acción política del gobierno federal. A estas alturas éste ya no quiere lograr nada, ya no quiere alcanzar ninguna meta; ya ni siquiera tiene esperanza de sacar adelante sus "reformas estructurales". Sólo se dedica a revisar encuestas. Y cada mañana que llegan los nuevos sondeos de opinión a Los Pinos y confirman que López Obrador sigue arriba se articulan nuevas estrategias que sólo tienen el objetivo de bajarlo, de disminuirle puntos, de impedir que siga apareciendo como puntero en las encuestas.

Se ha llegado al colmo, incluso, de inducir desde Los Pinos encuestas patito en las que por fin aparezca arriba algún otro político. Tres encuestas aparecieron con estas características en tres distintos diarios nacionales a lo largo de 2004, pero poco después fueron desmentidas por nuevas mediciones de popularidad.

En Los Pinos se trabaja con los esquemas orwellianos de 1984: un Big Brother que espía todo, una maquinaria publicitaria que satura la pantalla televisiva de una propaganda tan intensa como ofensiva y un aparato de "procuración de justicia" dispuesto para la represión política. No hay política, no hay diálogo, no hay convicción democrática, no hay altura de miras, no hay siquiera la responsabilidad de visualizar qué lugar dará la historia al actual Presidente. En Los Pinos no se piensa: se maquina. No hay cerebros reflexionando sobre los grandes temas nacionales; lo que hay es un puñado de estrategas mercadólogos que venden al Presidente supuestas jugadas sesudas para derrotar, ahora sí, al jefe de Gobierno de la ciudad. No pudieron hacerlo en todo 2004, pero vuelven a la carga una y otra vez.

La mecánica es muy sencilla: si está arriba en las encuestas hay que pegarle, y para pegarle hay que fabricarle delitos, y para fabricarle delitos están los magos de la Procuraduría General de la República (PGR).

Esta mecánica se ha trasladado ya a otros casos. Si López Obrador estaba arriba en las encuestas se le fabricó un delito tan absurdo como perverso, con la supuesta violación a una suspensión judicial. Pero ahora, dado que Marcelo Ebrard aparecía como puntero de las encuestas en el Distrito Federal también había que fabricarle un delito, una supuesta omisión en el caso del famoso linchamiento en Tláhuac. El peor crimen que puede cometerse hoy en día es aparecer favorito en las encuestas. No importa la justicia, no importa la ley, no importa la acción real o ficticia de los políticos, no importa si se cometieron delitos o no. Lo que no puede tolerarse es encabezar una encuesta. Por eso los Amigos de Fox nunca tendrán problema, porque no pintan en las encuestas. Por eso los banqueros del Fobaproa no tendrán que enfrentar a la PGR de Macedo de la Concha šporque nadie los quiere! Por eso Cabal Peniche puede seguir caminando tranquilamente por la calle. Y también Carlos Rojas, Carlos Flores, Laura Valdez, la directiva de Pemex -la anterior y la actual-, los de Provida, los de Fonatur que regalaron los terrenos de Cancún, los del Toallagate, los de Vamos México, Lotería Nacional, etcétera. Por eso ninguno de ellos tendrá que enfrentar un proceso judicial. Y Ramón Martín Huerta tampoco tendrá que responder por los hechos de Tláhuac. Porque ninguno de ellos aparece encabezando encuestas, porque la gente no los respalda; por eso la PGR no existe para ellos. El único crimen que se persigue en este país hoy en día es recibir el apoyo del pueblo, encabezando sondeos de opinión. Que siga la impunidad y que nadie se preocupe, que siga el saqueo del país, que vivan tranquilos los criminales del pasado y del presente. La justicia está muy ocupada en este momento persiguiendo a aquellos pocos políticos que logran el reconocimiento a su trabajo. El pretexto para procesar penalmente contra Marcelo Ebrard y Gabriel Regino es que no ordenaron una masacre. El motivo real es el reconocimiento a su trabajo por la sociedad.

PD: Sin lugar a dudas 2004 fue un año complejo y difícil en muchos sentidos. Pero, más allá de las adversidades, también trajo satisfacciones. Entre ellas la llegada del vigésimo aniversario de La Jornada, el diario de las mejores causas de México. Felicidades a todos.

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