LETRA S
Enero 6 de 2005
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Ni acabado ni vencido

Por Mario Reyes

"Cuando lo supe quedé bloqueado, resentido con dios y la sociedad, no sabía qué hacer, tuve ganas de llorar, correr y gritar, no sabía qué pedo y caí en una profunda depresión, fue muy gacho. Mis padrinos fueron quienes me animaron al decirme: 'No estás acabado güey, échale ganas.' Ellos fueron los primeros en enterarse de lo que me sucedía y me apoyaron plenamente.

"No recuerdo cómo adquirí el virus, pero creo fue consecuencia de mi adicción al alcohol, la vida me valía madres, me quedaba en las calles no importando lo que pudiera pasarme, si se trataba de rifármela lo hacía, el alcohol me daba valor y sostenía relaciones sexuales sin protección, como ser humano sentía que había perdido la dignidad y no tenía ganas de vivir ni de luchar.

"El alcoholismo es una enfermedad terrible y fue la causa de que perdiera a mi familia. Hace dos años me enteré de mi seropositividad cuando un malestar estomacal me llevó al médico. Sin embargo, la soberbia y el orgullo me hicieron caer una vez más, volví a beber y a vivir en las calles.

"Mi llegada a Árbol de la Vida ocurrió cuando me encontraba en un estado muy cabrón, sabía de la existencia del lugar pero nunca imaginé que viviría aquí. Al percatarme de la situación de mis compañeros valoré las cosas y dije: 'Ya estuvo suave de dañarme, de ponerme en la torre', pedí salir adelante y hoy experimento una paz como nunca antes lo había hecho.

"Hace poco tiempo me examinaron en la Clínica Especializada Condesa, pensé que el virus había avanzado pero afortunadamente mi carga viral se encuentra casi indetectable. He recuperado peso y quiero permanecer así, no quiero volver a ser esclavo del alcohol.

"Comencé a compartir mi experiencia en los grupos de Alcohólicos Anónimos, al inicio el miedo y temor me impedían hacerlo. Hoy lanzo la revancha a la vida, hace siete años me dieron varias puñaladas cerca del corazón, sobreviví y ahora sé que fue para hablar a las personas acerca de lo que he vivido.

"Respecto a mi vida sentimental, hace un mes viajé a Zihuatanejo y conocí a Mildred, una chava de 21 años, nos hicimos amigos y nos comunicamos vía Internet, sabe que soy seropositivo y desea volver a verme. Por el momento lo tomo como amistad, pero tengo una ilusión porque soy correspondido.

"Me gustaría tener una compañera pero no quiero precipitar las cosas, sus palabras me motivan y son un motor para decir: 'No estoy acabado ni vencido, Manuel hoy vive y existe.'"

Quien narra es Manuel, joven de 30 años originario de Oaxaca, entidad de la que decide emigrar hacia el Distrito Federal luego de que su padre, también alcohólico, muriera asesinado. Su adicción comenzó cuando tenía 16 años. Actualmente es el encargado del servicio de cocina de Árbol de la Vida, asociación civil dedicada al cuidado de personas con diversos problemas de salud.