Usted está aquí: martes 1 de febrero de 2005 Cultura Las bonanzas del país nunca se han traducido en beneficio social: Semo

Coordinador de Historia económica de México, primera colección nacional en su tipo

Las bonanzas del país nunca se han traducido en beneficio social: Semo

Tuvimos tres momentos para ingresar al primer mundo, pero fueron ''oportunidades perdidas''

El especialista atribuye a las elites la responsabilidad por la falta de desarrollo económico

MONICA RODRIGUEZ Y ANGEL VARGAS

Ampliar la imagen El pueblo ha pagado un precio inestimable, no hay se�de que la era del sacrificio haya terminado y de que el pueblo est� punto de cosechar los beneficios de las reformas neoliberales, deplora Enrique Semo FOTO Roberto Garcia Ortiz Foto: ROBERTO GARCIA ORTIZ

México ha tenido cuando menos tres momentos para ingresar al primer mundo, a los cuales el historiador y economista Enrique Semo denomina ''las oportunidades perdidas".

El primero se remonta a finales del siglo XVIII y principios del XIX, explica, cuando el país era el principal productor mundial de plata, gozaba de bonanza industrial y agrícola, un ritmo creciente de la población y no existía presión alguna de Estados Unidos.

No fue posible dar ''el salto" en esa época debido a que el régimen colonial destinaba la mayor parte de la riqueza a España y al resto de Europa, además de que el Estado era débil, por su tardanza para organizarse conforme al modelo moderno, argumenta.

A ello se suman las resistencias impuestas por instituciones heredadas de la Colonia, entre ellas la Iglesia, así como una política económica en la que el endeudamiento exterior juega un papel determinante y propicia cuando menos dos intervenciones extranjeras: la francesa de 1835 y la tripartita (inglesa-franco-hispana) de 1862.

Coedición UNAM-Océano

Como coordinador de la colección Historia económica de México, novedad bibliográfica editada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Océano, Semo Calev señala en entrevista que la segunda oportunidad perdida del país ocurrió a finales del porfiriato, época en que prevalecían paz social y un auge económico sustentado en la inversión extranjera, la construcción de 26 mil kilómetros de red ferroviaria, el surgimiento de la industria y una importante exportación de productos agrícolas y minerales.

''El sueño de ingresar al primer mundo era más que claro y accesible, y se expresa en los festejos por el centenario de la Independencia, en cuyo contexto gran parte de los países del orbe reconocen el gran potencial de México", agrega.

''Sin embargo, al poco tiempo estalló la Revolución.''

A partir de ese conflicto armado, el especialista resalta una peculiaridad de la historia económica mexicana: ''las épocas de bonanza del país nunca se han traducido en beneficio social. La riqueza sólo se ha concentrado en manos de las elites, lo cual ha provocado tarde o temprano el descontento de las mayorías".

En opinión de Semo, gran parte de la responsabilidad de que el país no se haya desarrollado se debe a las diferentes elites que han existido en el transcurso de nuestra historia.

Entre las excepciones de esa constante, Semo menciona la Reforma Agraria, ''uno de los pocos esfuerzos que se han impulsado para tratar de distribuir socialmente la riqueza". No obstante, agrega, la oligarquía concentró de nuevo los bienes con el paso del tiempo.

De la época prehispánica al 2000

La tercera oportunidad se ubica en la época contemporánea, ''la de los tecnócratas neoliberales", apunta Enrique Semo, esos miembros de la elite educados en universidades estadunidenses que imponen modelos económicos ajenos a nuestras particularidades como país e introducen todas las reformas impuestas por la globalización, transfiriendo los altos costos a la sociedad.

''El pueblo ha pagado un precio inestimable y no hay señal de que la era del sacrificio haya terminado y de que el pueblo esté a punto de cosechar los beneficios de esas reformas", señala.

''Así, el círculo se cierra. Estamos en el mismo punto en el que estuvimos a principios del siglo XX, aunque las circunstancias, obviamente, son distintas."

Sentencia: ''No se olvide que a principios del siglo XIX se dio una revolución, lo mismo que los primeros años del XX. Me pregunto, si bien la historia no se repite, ¿en qué acabará este nuevo periodo de auge que hemos tenido recientemente?"

Los anteriores son algunos de los aspectos tratados en los 13 volúmenes que conforman la colección Historia económica de México. A decir de Enrique Semo, la primera en su tipo realizada en el país, que abarca ''de forma crítica y analítica" desde la época prehispánica hasta el año 2000.

El objetivo del proyecto, explica, es propiciar el debate a fondo sobre el devenir económico mexicano y muestra que las diferentes situaciones por las que ha atravesado la nación se deben no sólo a factores de ese tipo.

También han influido, añade, ''factores culturales, estructuras sociales y políticas, así como características singulares de nuestras elites, rasgos que no son de hoy, sino que tienen raíces profundas en el pasado y que deben ser superadas cuanto antes".

Entre los títulos que integran la colección, en la cual participan diversos especialistas, se encuentran La antigüedad, La colonia, De la independencia a la Revolución, De la Revolución a la industrialización, El desarrollismo, La era neoliberal y La población.

Además, El desarrollo regional y la organización del espacio, La agricultura, Recursos del subsuelo, Las industrias, La tecnología y Los transportes. Todos comprenden del siglo XVI al XX.

 
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