Usted está aquí: lunes 7 de febrero de 2005 Opinión Cementerios de emigrantes; espacios de oportunidad

Jorge Santibáñez Romellón*

Cementerios de emigrantes; espacios de oportunidad

Aun aceptando que se trata de dos espacios muy diferentes, el mar Mediterráneo y la frontera entre México y Estados Unidos comparten un paralelismo sobre el que vale la pena reflexionar detenidamente. Veamos:

Ambos espacios separan países profundamente diferentes y estructuralmente asimétricos, pero con intensa interacción entre ellos. Ese es el caso de México y de Estados Unidos, y así ocurre también en países europeos como Francia, España e Italia con los países del norte de Africa, como Marruecos, Argelia, Túnez y Libia.

Aunque con matices y diferencias, en ambos espacios se habla de "integración", lo que es en realidad un discurso político o de buenas intenciones que aún no ha encontrado condiciones para ser abordado seriamente, ni siquiera en el aspecto de interacción.

Tanto nuestra frontera como el Mediterráneo son espacios en los cuales los países que se encuentran al norte buscan hacer descansar su seguridad y soberanía, como si los males vinieran del sur.

Para los que se encuentran al sur, generalmente países pobres, la vecindad con esos países ricos representa una oportunidad de desarrollo y, en consecuencia, hacen inversiones para atraer a los países del norte.

En ambos casos la industria maquiladora ocupa un sector importante de la actividad económica; sin embargo, en términos reales, hasta hoy, los factores de atracción se concentran esencialmente en la vecindad mencionada y en la oferta de mano de obra barata y poco calificada, logrando el desplazamiento de algunas inversiones a un costo social elevadísimo.

Uno de los paralelos más claros y dolorosos se da en torno al flujo de emigrantes que buscan entrar de manera clandestina a esas regiones. Tanto México, como los países del norte de Africa son de salida y tránsito de emigrantes.

Sin embargo, la ausencia de políticas acordadas conjuntamente entre estos países de salida y tránsito con los de llegada, ha propiciado que los emigrantes intenten a toda costa cruzar de manera subrepticia el espacio que los separa de los países del norte, recurriendo y alimentando redes de crimen organizado, allá pateros y acá polleros, arriesgando y perdiendo la vida, y a pesar de los discursos de buena voluntad y de desarrollo conjunto, convirtiendo ambos espacios en cementerios de emigrantes en los cuales cientos de personas mueren cada año en su intento de simplemente vivir mejor.

Los países de destino de emigrantes, los ricos, disponen además de la asimetría que los separa de los países de llegada, de infinidad de espacios y foros internacionales donde comparten sus experiencias y se fortalecen aún más.

Los países de salida y tránsito, después de aquellos esfuerzos de los años 60 y 70, cuando se hablaba del "tercer mundo" o de los países no alineados, han perdido prácticamente toda comunicación y cuando se reúnen es porque los ricos los convocan, y entonces países como México están más preocupados por su relación con Estados Unidos que con el resto de Latinoamérica, como Marruecos o Túnez lo están por Europa, más que por la relación entre ellos.

La discusión podría parecer irrelevante o podríamos concluir que ése es el estado de cosas y nada podemos hacer, porque quién tiene interés en asociarse con "otro pobre" cuando tenemos a los ricos al lado.

En mi opinión, ésa es una estrategia equivocada o corresponde solamente a intereses inmediatos o limitados a lo comercial, ya que aun para alcanzar el objetivo de asociarnos con el rico que tenemos al lado, la asociación con los países pobres puede ser muy ventajosa como estrategia; sobre todo si tomamos en cuenta que uno de los signos del segundo mandato de Bush consiste en recuperar la relación que de una u otra forma se deterioró con lo que Colin Powell llamó, ofensivamente, la "vieja Europa", en torno al asunto de la guerra en Irak.

Por eso, al día siguiente de los comicios en ese país, y más allá de la interpretación que esas elecciones puedan tener, de sus resultados o de los escenarios futuros, George Bush llamó personalmente, en tono amistoso, dicen las fuentes, al presidente francés y al jefe de gobierno alemán, y Condoleezza Rice, la flamante secretaria de Estado del gobierno de Bush, que cuando el distanciamiento con Europa dijo que habría que "castigar a Francia, ignorar a Alemania y perdonar a Rusia", ya anunció que el próximo 8 de febrero daría en París una conferencia abordando los puntos más importantes de lo que sería la política exterior de Estados Unidos en los próximos años.

Como se puede ver, las cosas están cambiando, el escenario mundial se está moviendo y nosotros deberíamos reflexionar nuestras estrategias y el papel que podemos jugar en ese escenario.

* Presidente de El Colegio de la Frontera

Norte

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