Usted está aquí: lunes 7 de febrero de 2005 Opinión ¿LA FIESTA EN PAZ?

¿LA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

Esencias, más que escenas

HOY LUNES EN la galería del Centro Asturiano de México (Arquímedes casi esquina con Reforma) se inaugura la exposición titulada Pintauromaquia, con la que Rafael Sánchez de Icaza celebra sus primeros 30 años de actividad formal en la pintura.

LA MUESTRA CONSTA de medio centenar de obras que reflejan no sólo la permanente evolución de Rafael como uno de los artistas más originales con relación al malhadado tema, sino además una sucesión de afortunadas sorpresas en cuanto al manejo de técnicas y colores tan ricos como imaginativos.

DESDE SUTILES TRABAJOS monocromáticos con un magistral dominio de la escala de grises, hasta su difícil especialidad de serilustres sobre opalina, utilizando exclusivamente tintas para impresión, pasando por acrílicos, óleos y dibujos. Todo sin abandonar Sánchez de Icaza una de las aportaciones más trascendentes que se hayan hecho al tema taurino: su expresionismo interactivo a partir de una sólida formación abstracta.

¿POR QUE INTERACTIVO? Porque trazos firmes y a la vez sugerentes obligan a quien mira a completar la obra con la vista, el corazón y la mente, a concluir cada pieza valiéndose de su propio mundo y no sólo del de quien pinta, en una dinámica relación entre el autor, la obra y el espectador, donde con frecuencia una lograda economía de líneas es compensada con la exuberancia de tonalidades.

HAN TRANSCURRIDO OCHO años desde que Sánchez de Icaza deslumbrara al público con su primera propuesta de expresionismo interactivo en el auditorio Silverio Pérez de la Asociación Nacional de Matadores. Pero a diferencia de entonces, en que se trató de enérgicas y precisas pinceladas en negro, en esta exposición Rafael añade un cromatismo alucinante que sin caer en la distorsión renueva y refuerza la visión de una tauromaquia en la realidad urgida como nunca de ánima y de ánimo.

SIN ELUDIR LAS suertes fundamentales del toreo, el también ilustrador taurino de La Jornada, reitera a quien con sensibilidad sepa mirar esta muestra que en el arte pictórico hay mil maneras de interpretar la tauromaquia, la cual, como toda realidad, va a empobrecerse o a enriquecerse según el espíritu de quien ve y no únicamente con los ojos.

PROPUESTAS INTERESANTES habidas en las últimas ocho décadas, el público taurino las ha rechazado por prejuicios o ignorancia, por ello el reto de Rafael es llevar la tauromaquia a la pintura y no a la inversa, ya que ésta es inmensamente más rica que el toreo. Haber hecho "pintura taurina" y no pintura a secas es lo que mantiene al tema anquilosado en las artes plásticas de México, por lo que con esta afanosa y lograda búsqueda de esencias, no sólo de escenas, Sánchez de Icaza consigue refrescar, de nueva cuenta, el arte pictórico y el misterio tauromáquico.

 
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