Usted está aquí: martes 22 de febrero de 2005 Ciencias Conacyt posee colecciones biológicas de cientos de miles de ejemplares

Se conocerán por medio de un libro que presentará hoy la institución

Conacyt posee colecciones biológicas de cientos de miles de ejemplares

Resultado de cuatro décadas de estudios, proporciona información acerca de los reinos vegetal, animal y micota

Un banco de germoplasma del Ecosur, una de las joyas

CLAUDIA HERRERA BELTRAN

Ampliar la imagen Cientos de especies han sido registradas y catalogadas FOTO Fabrizio Le�iez

Durante cuatro décadas, estudiosos de la riqueza biológica de México han hecho una cuidadosa labor de registro, clasificación y preservación de especies. Resultado de este trabajo, cinco centros de investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tencología (Conacyt) albergan cientos de miles de ejemplares que conforman invaluables colecciones biológicas y los convierten en verdaderos museos vivos.

Así como en 1552 el Herbario De la Cruz-Badiano, el libro más antiguo de América sobre botánica y farmacología, que fue dictado en náhuatl, aportó datos de diversas familias vegetales, las colecciones biológicas de estos centros de investigación dan información sobre organismos de tres reinos: vegetal, animal y micota (hongos). Hay además herbarios hortorios, así como bancos de germoplasma de recursos filogenéticos y ceparios de hongos comestibles de gran valor.

Especies únicas

En estas colecciones, que se conocerán por medio de una publicación que presentará hoy el Conacyt, se encuentran especies únicas en el mundo que si no fuera por el esfuerzo de investigadores, organizaciones nacionales e internacionales y autoridades para preservarlas no se contaría con registro de ellas.

Este acervo tiene el mérito de encontrarse fuera del Distrito Federal, donde habitualmente se concentraban estas riquezas. Ello ha permitido el estudio de organismos que sólo se encuentran en algunas regiones del país, particularmente de los estados de Sonora, Yucatán, Baja California Sur, Veracuz, Chiapas, Quintana Roo y Tabasco.

Para la edición de este libro unieron esfuerzos los cinco centros Conacyt especializados en el campo de la riqueza biológica del país: de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD); de Investigación Científica de Yucatán (CICY); de Investigaciones Biológicas del Noroeste; el Instituto de Ecología (Inecol) y el Colegio de la Frontera Sur (Ecosur).

La obra, que a lo largo de 125 páginas reúne información sobre la situación de las colecciones y una serie de fotografías, fue editada por los científicos Germán Carnevalli Fernández-Concha, Víctor Sosa, José Luis León de la Luz y Jorge León Cortés. Ofrece un panorama general de las distintas colecciones y un apartado crítico, en el que los editores plantean las "fortalezas y debilidades" de las mismas. En este último caso, algunos mencionan aspectos como la falta de personal técnico, de mayor espacio y mobiliario, la necesidad de actualizar y corregir bases de datos, de incrementar la representatividad geográfica y ecológica, así como de digitalizar acervos fotográficos y contar con una base de datos bibliográfica anexa.

Sobre la historia de estas colecciones, el director del CICY, Alfonso Larqué explica, al inicio de la publicación que desde la época precolombina los conocimientos prehispánicos eran vastos, profundos y sistemáticos. Y a partir de la segunda mitad del siglo XX hubo un esfuerzo renovado por sistematizar la riqueza biológica del país. Se hicieron nuevamente colectas, para enriquecer bancos, herbarios...

"De hecho, muchas salieron de México a otros países que vieron en el nuestro fuente inagotable de lo que se llamó posteriormente biodiversidad."

Labor ininterrumpida

En los años 70, explica, se fundaron los centros de investigación dependientes actualmente del Conacyt, que permiten el desarrollo de esta labor, la que se ha continuado hasta nuestros días de manera ininterrumpida.

Para 2001, los directores del subsistema científico de los centros Conacyt se plantearon integrar un documento que presentara a la comunidad científica y social del país el trabajo que han desarrollado a lo largo de varias décadas.

Todo ello con tres objetivos: integrar en una red a los científicos que trabajan en estos centros, integrar en un mapa los grupos biológicos que se han estudiado y mostrar su fortaleza para que con la ayuda de los académicos de otros campos del conocimiento se le dé valor agregado a dichas colecciones.

En la lista de joyas biológicas que se pueden hallar se encuentra un banco de germoplasma del Ecosur que mantiene cepas de hongos comestibles de la región del Soconusco. Este cepario es la base para documentar la riqueza micológica de Chiapas y llevar a cabo estudios de diversa índole.

No se trata de colecciones creadas sólo para atesorar muestras de los recursos naturales; en el caso del Inecol, mantiene hongos que atacan cultivos de la región central de Veracruz, que es principalmente cafetalera, y el CICY conserva variedades de cocotero, útiles en el estudio de la resistencia al amarillamiento letal, enfermedad que puede matar a la palma en tres o seis meses después de la aparición de los primeros síntomas.

Colecciones biológicas incluye información de seis herbarios (con plantas y flores) que cubren tres áreas del país: el sureste, la región del Bajío y la de la península de Baja California. Estos herbarios contienen en sus acervos 558 mil ejemplares; uno de ellos, el Xal del Instituto de Ecología (Jalapa) es el tercero en tamaño del país (alrededor de 300 mil ejemplares), el del Centro Regional del Bajío es el sexto y otro más, el del CICY, el noveno.

De los 26 jardines botánicos con que cuenta México, cuatro están en los centros Conacyt y son los más importantes fuera del jardín botánico de la UNAM, localizado en la ciudad de México. Los seis albergan en conjunto más de dos mil especies.

Estos jardines botánicos contienen colecciones de plantas vivas, debidamente registradas y catalogadas con fines científicos y educativos. El énfasis de las colecciones es muy diverso; pueden centrarse en cierto grupo de plantas, en la flora local o regional o aun en la flora nacional o mundial. Desempeñan un papel importante en la conservación in situ de especies amenazadas.

El acervo zoológico es de dos tipos: invertebrados, entre los que destacan los artrópodos (animales que se caracterizan por poseer un esqueleto externo y patas articuladas, como cangrejos y hormigas) y vertebrados.

Grupo de los artrópodos

Dentro del grupo de los artrópodos se pueden hallar miles de ejemplares de arácnidos, mariposas, insectos, algunos de ellos asociados a plantas cultivadas en algunas zonas del país.

En los centros Conacyt se resguardan además 10 colecciones de vertebrados que albergan en total 109 mil muestras, correspondientes a más de 350 familias diferentes y mil 693 especies catalogadas, como aves, peces, mamíferos.

La conservación de todas estas colecciones -afirma en la introducción el director del Conacyt, Jaime Parada- ha servido para realizar investigaciones, actividades de divulgación, intercambios de especímenes con instituciones nacionales e internacionales y el ingreso de estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado a los centros de investigación para realizar prácticas, lo que se traduce en la formación de nuevos especialistas dedicados al estudio de las ciencias biológicas.

Colecciones biológicas se presentará hoy a las 12 horas en las instalaciones de Conacyt (salón de usos múltiples), Insurgentes Sur, 1582 PB, colonia Crédito Constructor.

 
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