Usted está aquí: martes 22 de febrero de 2005 Mundo Lula: se reafirmará "sin vacilación" la soberanía de Brasil sobre la Amazonia

Ofrece el mandatario fin a la impunidad de los crímenes por conflictos agrarios

Lula: se reafirmará "sin vacilación" la soberanía de Brasil sobre la Amazonia

La misionera de EU, "responsable de su muerte por apoyar a los sin tierra": latifundista

AFP Y DPA

Ampliar la imagen Rayfran das Neves Sales (al centro) llega custodiado por polic� a la ciudad de Altamira, Brasil, detenido por el asesinato de la misionera estadunidense Dorothy Stang FOTO Reuters

Brasilia, 21 de febrero. El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, prometió hoy un castigo ejemplar para los asesinos de la misionera estadunidense Dorothy Stang y de otros tres defensores de los derechos de los campesinos, para poner fin a la impunidad de los crímenes por conflictos agrarios y reafirmar "sin vacilación" la soberanía del país sobre la Amazonia.

En tanto, el representante de los latifundistas del sudoeste del estado amazónico de Pará sostuvo que la religiosa asesinada el 12 de febrero "es responsable de su propia muerte" por apoyar a los campesinos sin tierra y criticó a Lula por su "radicalismo".

En su emisión radial quincenal, Lula dijo: "no descansaremos hasta capturar a los asesinos. Más que eso: hasta capturar a quienes los mandaron, para demostrar claramente que en nuestro gobierno no hay impunidad, que la Amazonia es nuestra y que vamos a ocuparnos de nuestro territorio con soberanía y sin vacilación".

Dos de los sospechosos del asesinato de Stang ya fueron capturados -uno de ellos, Rayfran das Neves Sales, ya admitió haber matado a la misionera, informó una fuente policial- pero siguen prófugos otro presunto autor material del crimen y el hacendado Vitalmiro Bastos de Moura, quien habría ordenado el asesinato.

Lula atribuyó los asesinatos a "algunos reaccionarios, algunos conservadores del sector maderero", que resisten a las medidas del gobierno para proteger la Amazonia.

Reafirmó entonces su voluntad de hacer acatar las disposiciones de la semana pasada, que crean cinco unidades de preservación ambiental de 5.2 millones de hectáreas y una zona de 8.23 millones de hectáreas, en la cual se prohíbe, por seis meses prorrogables, cualquier nueva actividad forestal, en espera de una ley que defina los usos sustentables de la selva.

"La selva es un bien de la humanidad, un bien de Brasil y una riqueza", subrayó el presidente.

En tanto, el gobierno inició trabajos para brindar protección a por lo menos 65 personas amenazadas por hacendados por su actividad de defensa de los derechos humanos en Pará, informó el servicio de prensa de la Secretaría de Derechos Humanos, con rango ministerial.

Francisco Alberto de Castro, director regional de la Federación Agropecuaria del Estado de Para (Faepa) y del sindicato de criadores de bovinos (Sindicorte), declaró a Afp que Dorothy Stang "se ganó el odio al incitar a los campesinos sin tierra a invadir numerosas propiedades en Pará".

"¿Alguien permitiría a un brasileño en Estados Unidos o Francia incitar a la gente a invadir tierras ajenas?", agregó el terrateniente, quien no mencionó que una de las mayores fuentes de conflicto en Pará es la ocupación de tierras públicas por latifundistas mediante falsos títulos de propiedad.

De Castro reconoció que "nuestro sueño era que (Stang) fuese 'extraditada' (expulsada), pero se naturalizó brasileña", y opinó que la dictadura militar (1964/1985) "realizó la reforma agraria más grande del mundo", en alusión a los contratos de transferencia de tierras públicas.

Muchos de aquellos "pioneros" traspasaron los límites de las tierras atribuidas y se expandieron sobre centenares de hectáreas de tierras públicas: "Tengo amigos que están allí desde hace 30 años. ¿Por qué retirar a las personas que producen para crear reservas ecológicas?", preguntó De Castro.

En cambio criticó el Proyecto de Desarrollo Sustentable creado en 120 mil hectáreas públicas, en las que campesinos sin tierra deben preservar la selva en 80 por ciento -en particular replantando árboles de especies amenazadas-, y en el resto cultivan sus parcelas.

"Hay que vivir entonces de la recolección, como los indios (...) Además, los campesinos no son propietarios. Eso es comunismo", se indignó.

 
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