Usted está aquí: sábado 26 de febrero de 2005 Opinión Renán Castillo y la doctrina paramilitar

Darrin Wood*

Renán Castillo y la doctrina paramilitar

La información difundida por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (CDHFBC) y publicada después el 9 de febrero por La Jornada, ha confirmado lo que muchos in-vestigadores hemos pensado des-de hace años: que el general Mario Renán Castillo Fernández estaba involucrado en la creacion de los grupos paramilitares de Chiapas.

Existe otro documento que da indicios de estas actividades. Es el Manual de guerra irregular, tomo II, del Ejército Mexicano, subtitulado Operaciones de contraguerrilla o restauración de orden. Dicho manual fue publicado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en enero de 1995, poco después de la llegada del general a Chiapas.

La introducción se titula "Antecedentes históricos" y da una clara idea de adónde va el Ejército en su guerra en contra del EZLN.

El primer párrafo (cada párrafo del manual está numerado como en muchos viejos manuales del ejército estadunidense) habla de la victoria de los vietnamitas sobre Estados Unidos. Una guerrilla que finalmente fuerza la salida de las tropas invasoras.

Hay tres ejemplos más, todos de victorias de la contraguerrilla: en la guerra civil de Grecia en los años 40, la insurrección de los Hukbahlahap en las Filipinas en los 50, y la guerrilla del Che en Bolivia a finales de los 60.

La Sedena no menciona las causas primordiales de la derrota de estas tres in-surgencias, un hecho no tan sorprendente cuando miramos el texto.

El ejemplo de la guerra civil en Grecia empieza en el párrafo 513 y termina en el 519. Según la Sedena, "a finales de 1944 surgió en Grecia una insurreccion de origen comunista, acaudillada por Markos, hábilmente asistido por asesores soviéticos". En el escrito, Markos no parece te-ner un apellido, una muestra de que los autores querían ligar el manual a Chiapas desde el principio. Los historiadores llaman a Markos Vafiades líder del Ejército Popular Griego de Liberación (ELAS, por sus siglas en griego).

Los autores tampoco mencionan que el ELAS empezó su lucha en 1942 en contra de la ocupación de la Alemania nazi. Una de las tácticas practicadas por los nazis era el uso de colaboradores civiles griegos para combatir a los partisanos, junto con tropas alemanas sin tanta capacitación como ejército regular -los landeshutzen-, que en otras palabras no son más que paramilitares.

* * *

Los nazis usaron la misma táctica pa-ramilitar en Ucrania y los balcanes. Con la salida de las tropas nazis y la entrada de las tropas británicas se puede decir que la guerra civil empezó por la oposición del ELAS y el Partido Comunista griego a los planes de los británicos y es-tadunidenses para el país.

El párrafo 518 nos dice que la insurrección de Markos iba a ganar, hasta que el gobierno impulsó "tipos de enseñanza militar especializada que respondieran a las necesidades creadas por la insurrección". No menciona nada del masivo en-vío de armas y adiestramiento estadunidense ni de la creación de la Doctrina Truman, que expresa la determinación de Estados Unidos de no dejar que ningún otro país de Europa tuviera un gobierno comunista.

Tampoco se habla de la decisión de Stalin o del mariscal Tito de no contestar la actuación de Estados Unidos en Grecia, dejando al ELAS a su suerte y, finalmente, a su derrota.

En vez de ello, el párrafo 519 afirma que Markos fue derrotado por no saber "dar a su movimiento la infraestructura ideológica adecuada".

La creación de grupos paramilitares por los griegos aliados de Estados Unidos también era un factor importante en la guerra, y los paramilitares eran responsables del "terror blanco", la matanza de gente en poblados rurales, acusada de simpatizar con los comunistas.

Los párrafos 520 a 523 son suficientes para tratar la insurrección en Filipinas. Otra vez los autores y el general Renán Castillo tienen problemas con la verdad.

En el párrafo 522 dicen, "como es fácil suponer, que los rebeldes filipinos (llamados hunk [sic]) al ser rechazados en sus pretensiones políticas, no aceptaron la celebración de elecciones libres para la creación del nuevo gobierno, op-tando por organizarse en guerrillas y hostilizando tremendemente las actividades oficiales del país, con miras a provocar un colapso general y conseguir de nuevo la oportunidad de instalar en el poder a sus dirigentes".

No es "fácil de suponer" porque es pura mentira. El Hukno ng Bayan sa Hapon (huks, para simplificarlo) era el Ejército Popular contra de los japoneses. Creado en 1942 por comunistas y socialistas para combatir la invasión nipona, encabezado por Luis Taruc. Después de jugar un papel importante en la derrota de los japoneses, Taruc y sus compañeros se presentaron como candidatos en las elecciones en 1945 y ganaron varios asientos en el nuevo Congreso.

Inmediatamente después tuvieron en-frentamientos con los terratenientes e in-dustriales del país. Menos de un año después fueron echados del Congreso por el gobierno y así empezó su rebelión armada. La lucha política fue la primera idea de Taruc en la posguerra, aunque los huks guardaban armas por si acaso.

Los autores del manual de la Sedena afirman en el párrafo 523 que "el gobierno filipino respondió con una acción ge-neral, esto es, sicológica, política, económica y educativa, tendiente a neutralizar primero y a eliminar después a estos re-beldes desafiantes, e incluyeron en esta acción operaciones de contraguerrilla que lograron un éxito completo".

Para empezar, el "éxito completo" duró poco más de una década, hasta que el Ejército del Nuevo Pueblo, de origen maoísta, y la nueva versión de los huks volvieron a tomar las armas a finales de los años 60.

El texto menciona la intervención es-tadunidense de 1898 en el párrafo 520, pero por razones no difíciles de entender se olvida de tocar el tema cuando se trata de la contrainsurgencia.

Como en el caso de Grecia, los insurgentes parecían seguros de ganar, pero se enfrentaron a la ayuda de Washington, tanto económica como militar. En Filipinas fue donde el coronel Edward Lansdale, más tarde hecho personaje de literatura por Graham Greene en El americano impasible, empezó sus talentos negros de contrainsurgencia, que serían usados más tarde en contra de Cuba y Vietnam, y co-piados en un sinfín de países.

El uso de grupos paramilitares en contra de los huks era otra de las tácticas usadas por Lansdale en Filipinas.

Hablando del uso de paramilitares en estos conflictos, el autor y activista pro derechos humanos Michael McClintock afirma en su gran obra Instruments of Statecraft: U.S. Guerrilla Warfare, Counterinsurgency and Counterterrorism 1940-1990:

"Acerca del uso de la organización paramilitar, la doctrina estadunidense desde el principio de la guerra fría ha reflejado siempre una falta de confianza por parte de militares tradicionales hacia civiles ar-mados de cualquier tipo.

"Las batallones TEA de Grecia en la guerra fría, los contraguerrilleros de las Filipinas y las diversas formaciones paramilitares de América Latina desde 1961, siempre usaban personal militar activo y de reserva para controlar a los irregulares civiles."

En otras palabras, los civiles armados son útiles en estos conflictos, pero necesitan el control de los mandos de los ejércitos de los países en cuestión. La doctrina estadunidense sería aplicada en todos los sitios mencionados mediante la adopción de sus manuales, muchas veces por gente egresada de Fort Bragg, como el general Mario Renán Castillo, o por militares entrenados por grupos de fuerzas especiales del mismo Fort Bragg.

Otra prueba contundente en el caso de México es el propio Manual de guerra irregular. Operaciones de contraguerrilla o restauración de orden. La llegada del general Mario Renán Castillo a Chiapas puso en práctica la doctrina expuesta en ese documento.

El objetivo de las operaciones está se-ñalado en los párrafos 531 y 532:

"531. Las operaciones de contraguerrilla forman parte de las medidas de seguridad que adopta un comandante de teatro de operaciones en su zona de retaguardia para evitar que las operaciones regulares sufran interferencias ocasionadas por la acción de bandas de traidores y enemigos, por lo cual el comandante de un teatro de operaciones deberá emplear a todos los elementos organizados y aun a la población civil para localizar, hostigar y destruir a las fuerzas adversarias.

"532. Las operaciones de contraguerrilla demandan un esfuerzo coordinado de todas las fuerzas que intervienen en ellas, para lo cual es necesario dar a cada organismo las misiones que pueda cumplir con eficacia. En la inteligencia de que toda operación de contraguerrilla tendrá como finalidad el exterminio de las fuerzas de traidores y enemigos a que van dirigidas."

En el párrafo 547 los autores toman la frase de Mao acerca de que "el pueblo es a la guerrilla como el agua al pez".

En este sentido, dicen que "al pez se le puede hacer imposible la vida en el agua, agitándola, introduciendo elementos perjudiciales a su subsistencia, o peces más bravos que lo ataquen, lo persigan y lo obliguen a desaparecer o a correr el riesgo de ser comido por estos peces voraces y agresivos que no son otra cosa que los contraguerrilleros".

En el libro de McClintock se afirma que los paramilitares son parte de los "contraguerrilleros".

El propio manual señala en sus párrafos 551 a 553:

"551. Por todo lo antes expuesto se puede definir que las operaciones de contraguerrilla son aquellas que se conducen con unidades de personal militar, civil o militarizado en terreno propio para localizar, hostigar y destruir a fuerzas integradas por enemigos y traidores a la pa-tria, que conducen operaciones militares con tácticas de guerrilla."

552. Las operaciones de contraguerrilla comprenden dos diferentes formas de operaciones interrelacionadas que son:

a) Operaciones para controlar a la po-blación civil.

b) Operaciones tácticas de contraguerrilla.

553. Como puede apreciarse, la primera forma no es una operación militar clásica, por lo que puede ser conducida por personal civil o militarizado, aunque dirigido, asesorado y coordinado por el comandante militar del área, mientras que las operaciones tácticas de contraguerrilla son conducidas por unidades militares y militarizadas.

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Leyéndolo se puede entender que una operación como la ofensiva de febrero del 1995 contra el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, un mes después de la publicación del manual, es una acción de las fuerzas regulares, mientras que los ataques contra civiles por parte de paramilitares o "personal civil" sólo necesitan ser coordinados por el comandante, en este caso por el general Mario Renán Castillo por órdenes de sus superiores militares y civiles.

El párrafo 594 habla de la necesidad de "entrenamiento de fuerzas (civiles, militares y militarizadas)". Esto ha sido documentado por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas en su reciente informe y la denuncia presentada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

La cuarta sección del manual, titulada "Organización de unidades para la conducción de operaciones tácticas de contraguerrilla", habla en su párrafo 618 so-bre la "disponibilidad de tropas".

Dice que "el comandante de la fuerza de contraguerrilla puede o no tener el control de la totalidad de las fuerzas en el área de retaguardia para emplearlas. (Pero agrega que) Dichas fuerzas pueden incluir unidades de combate, apoyo de combate y apoyo de servicio. Agregado a esto, el comandante puede tener fuerzas paramilitares o irregulares bajo su control en ciertas situaciones".

Estas "situaciones" han sido también ampliamente documentadas en el informe del CDHFBC.

Al final, una de las pruebas más contundentes en contra de las actividades del Ejército y del gobierno en Chiapas puede ser un documento oficial y público que ellos mismos elaboraron.

Ahora que vemos el uso de grupos paramilitares en Irak, quizá parándolos en Chiapas constituya el principio para terminar con estas actuaciones en todo el mundo. El CDHFBC ha comenzado ya el camino con un buen documento de trabajo. Ojalá que sirva para poner fin a estas actuaciones perfeccionadas por el Pentágono, y otros, en los pasados 60 años. El mundo merece un futuro mejor.

*Analista de asuntos militares.

 
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