Dirigentes sindicales que representan los intereses de la empresa. Autoridades locales que sirven a la empresa bajo el argumento de que ésta provee de empleo a la ciudad. Una empresa que simplemente se aprovecha la situación. Y unos obreros cada vez mejor organizados y que se rebelan contra sus supuestos defensores. Esto es lo que se ha vivido en años recientes en las plantas de la mayor productora de aluminio Alcoa, en la ciudad  fonteriza de Piedras Negras, Coahuila. Hace unos días, la situación dio un giro desfavorable a los obreros: decenas fueron despedidos tras un paro de labores

 

Un trabajador muestra un arnés automotriz como los que manufactura Alcoa Fotografía: Arnie Alpert

Los obreros decidieron rebelarse. El pasado 9 de febrero les informaron que la empresa y el sindicato de la CTM habían llegado a un acuerdo en la revisión contractual. Los obreros fueron los últimos en enterarse. Y estaban inconformes con el resultado: 4% de aumento salarial a cambio de una reducción de prestaciones.

Aquel día, según información del Comité Fronterizo de Obreros (CFO), más de mil 500 trabajadores en las plantas 1, 2 y Subaru de Macoelmex, en Piedras Negras, Coahuila, pararon labores.

Les costó caro. Para el día 18, la compañía había despedido a 22 trabajadores "por paro ilegal de labores". Las tres plantas suman cerca de 3 mil sindicalizados.

Entre quienes se quedaron sin empleo está Georgina Villaseñor, de 50 años, y que llevaba más de tres trabajando en la planta 2, en la hechura de arneses (el cableado eléctrico del coche), a lo que se dedica Macoelmex, subsidiaria del mayor productor de aluminio en el mundo, Alcoa (el ex presidente Ernesto Zedillo, ahora candidateado a la presidencia del Banco Mundial, forma parte de su consejo directivo).

Cuando la despidieron, cuenta Villaseñor, se negó a firmar la rescisión del contrato. También se negaron a hacerlo otros 16 de los despedidos, explica Kevin Lowery, portavoz de la empresa, en entrevista telefónica con Masiosare.

Ninguno de los despedidos fue informado de su indemnización.

El conflicto laboral en Macoelmex, Piedras Negras, no es nuevo (Masiosare, 10/03/02 y 27/10/02). Incluso, en 2002, 20 obreros también fueron despedidos por "paro ilegal de labores".

Sus obreros, con asesoría del CFO, han pasado por diversas instancias a escala regional y nacional hasta llegar a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), donde presentaron en mayo de 2004 una queja "contra México por violar los derechos a la libertad sindical, a la sindicalización y a la negociación colectiva".

La OIT, informa el CFO, "envió el expediente de la queja (caso 2393) al gobierno federal pidiendo una respuesta sobre las violaciones que cometió a los Convenios 87 y 98 de la OIT".

En eso están. En espera de una respuesta del gobierno federal.

Entre los puntos de desacuerdo de los trabajadores con el acuerdo entre empresa y sindicato destacan: 1) con tener un solo minuto de retraso a la semana el obrero pierde el bono de puntualidad de todo un mes; 2) el aguinaldo y las vacaciones se pagarán usando de referente el salario base; 3) se suspende la ayuda escolar; 4) se usará el fondo de ahorro para pagar el transporte de los que viven fuera de Piedras Negras.

Los obreros se rebelaron, sí; pero también tienen miedo, confiesa Villaseñor.

Juan Manuel Sepúlveda, quien trabajaba en la planta 2, inconforme con su despido, decidió presentarse a trabajar al día siguiente. Se lo llevaron detenido "por allanamiento de morada". Gracias a la presión de sus compañeros salió libre unas horas más tarde.

El miedo no sólo es a quedarse sin trabajo, también a la recurrente amenaza que comenzó a circular de nuevo: la empresa empacaría sus cosas y se iría a donde los obreros no fueran tan rijosos (en este caso, Honduras).

Por otro lado, el CFO denuncia que el líder local cetemista, Leocadio Hernández, sistemáticamente llega a acuerdos con la empresa sin consultar a la base trabajadora, y los obreros, a consecuencia, en abierto desconocimiento del dirigente laboral, se unieron espontáneamente en el paro del día 9.

Además, Georgina Villaseñor denuncia que hace unos días el dirigente cetemista amenazó que cualquier persona que acuda al Comité Fronterizo de Obreros ya no será atendida por el sindicato. (El pleito entre este grupo que capacita a los obreros en materia de derechos laborales y la CTM es viejo.)

Al coro de voces se unió el presidente municipal, Claudio Bres Garza, quien hace unos días señaló en un artículo publicado en la prensa local que la empresa no se iba y que el acuerdo entre empresa y sindicato estaba hecho y punto final.

Pero, a pesar del miedo, un sector amplio de los obreros, según el CFO, decidió retar a la empresa con la estrategia del tortuguismo, es decir, disminuyendo la producción. "Mientras sigan haciendo como que nos pagan, nosotros haremos como que trabajamos", anuncian.

Habrá que ver qué ocurre en los próximos días.

Al parecer, los obreros coinciden en su descontento con la representación sindical cetemista. Mientras siga al frente Leocadio Hernández, señala el CFO, seguirá siendo una lucha cuesta arriba defender sus derechos laborales frente a la empresa.