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28 de febrero de 2005
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Ronald Buchanan

LLEGARON LOS ESTADUNIDENSES

Lewis Energy Group, la única empresa estadunidense en adquirir un contrato de servicios múltiples en la cuenca de Burgos, empezará a perforar el mes próximo los primeros seis a 10 pozos de los 150 que piensa hacer en los 15 años que dura su compromiso con Pemex.

A Lewis fue asignado el pequeño bloque Olmos el año pasado en la primera ronda de licitaciones de los contratos. A diferencia de Repsol YPF de España, Petrobras de Brasil y la argentina Techint, las empresas más importantes de Estados Unidos no participaron en las licitaciones, porque la ley les hubiera prohibido adquirir el gas encontrado.

Para Lewis, pequeña empresa texana, eso no fue problema, ya que la exploración sólo es uno de sus múltiples negocios. Además, ya explota ­en escala modesta­ campos gasíferos al otro lado del río Bravo, donde cree que la geología es muy parecida a la de Olmos.

Sin embargo, Lewis no espera ninguna bonanza en Olmos. "Esas zonas no son grandes productoras", dijo el presidente de la empresa, Rod Lewis, en entrevista con Platts, servicio informativo especializado para la industria petrolera. Finalmente, Olmos debe rendir por lo menos unos 40 millones de pies cúbicos al día, calcula Rod Lewis, una fracción muy reducida de la actual producción mexicana de unos 4 mil 600 millones.

A diferencia de los otros bloques licitados, Pemex nunca ha producido gas en Olmos, donde apenas ha perforado un pozo.

Ese hecho ha causado problemas a Lewis. Donde ha habido actividad petrolera ya existente, la mayoría de las disputas con terratenientes sobre uso del suelo ya fueron resueltas.

No así en Olmos, donde, según Rod Lewis, la mayoría de los propietarios son familias adineradas que exigen lo más que se puede para el uso de sus tierras.

"Tratamos de llegar a acuerdos que convengan a ambas partes, pero terminamos pagando 20 o hasta 50 veces más que lo que cobran en Estados Unidos", dijo el presidente de la empresa texana.

El espectro ruso

Con sus 4.8 millones de barriles al día ­frente a casi 1.9 millones de México­ Rusia es el primer exportador de crudo independiente de la OPEP.

Además, la privatización de sus empresas ­en manos rusas­ lo ha convertido en uno de los principales focos de inversión de la industria petrolera internacional.

Ahora, sin embargo, un espectro recorre el mundo petrolero, y no precisamente del comunismo, como en los tiempos de Lenin, sino del nacionalismo.

En una medida que sin duda aplaudirían no pocas empresas mexicanas de ser aplicada aquí, el Parlamento ruso ha dictado que ninguna empresa extranjera va a poder explotar las reservas nacionales de hidrocarburos.

El secretario ruso de Recursos Naturales, Yuri Trutnev, ha aclarado que los extranjeros sí pueden seguir participando en licitaciones para la explotación de reservas, pero únicamente como socios minoritarios en consorcios controlados por rusos.

La medida ha causado confusión y alarma entre empresas involucradas en licitaciones que implican inversiones por miles de millones de dólares. Como México, Rusia necesita de fuertes inversiones en la exploración y desarrollo de campos de petróleo y gas, pues se prevé una próxima brusca caída de la producción en algunos de los ya existentes.

¿Mi pronóstico? Pues una solución muy a la mexicana (por lo menos de las de antaño): las empresas extranjeras emplearán prestanombres locales, surgiendo así una nueva generación de multimillonarios rusos. ¡Arriba el Chelsea!  §

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