Detectan expertos problemas en nivel de aprendizaje y nutrición en beneficiarios
Aún limitados, los avances de Oportunidades
Cuernavaca, Mor., 2 de marzo. Los avances del programa Oportunidades todavía son limitados. A seis años de comenzar operaciones, la escolaridad de los jóvenes de 15 a 19 años aumentó un año, aunque con bajo nivel de aprendizaje; no se ha eliminado la mala nutrición; la anemia, que afecta a la mitad de los niños de 12 a 24 meses, no se ha reducido, entre otras razones porque es inadecuada la fórmula de hierro contenida en el suplemento alimenticio del plan.
Lynnette Neufeld, directora de la División de Epidemiología de la Nutrición del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), resaltó la urgencia de cambiar la fórmula del micronutrimento -de hierro reducido a sulfato ferroso-, pues luego de un seguimiento diario de cuatro meses se observó que los menores que consumen la papilla no mejoraron sus niveles de hierro en sangre, lo cual significa que el organismo no absorbe la fórmula, indicó.
Durante la primera sesión del undécimo Congreso de Investigación en Salud Pública se presentaron los resultados de la evaluación del programa Oportunidades, que realizó un grupo de especialistas del Instituto Nacional de Salud Pública, del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social, de las universidades Iberoamericana de México, de California y Pennsylvania de Estados Unidos, y el University College de Londres.
La investigadora planteó que el suplemento alimenticio de Oportunidades favoreció el aumento de la talla de los niños en un centímetro y es bien aceptado por los menores, pero sólo 33 por ciento lo consumen cuatro veces por semana, y 17 por ciento de una a tres veces. La mitad de los niños reportó no ingerirlo. En 43 por ciento de los casos por no haber recibido su dotación o se les terminó.
Un factor adicional que influye para que los niños dejen de tomar el suplemento es que, en ocasiones, por las precarias condiciones económicas de las familias, los beneficiarios de Oportunidades tienen que compartir la papilla con otros dos miembros de su hogar. El fenómeno observado en las zonas urbanas y rurales por igual se agrava en los hogares más pobres, donde esos suplementos son la única fuente de alimentación infantil.
La investigadora también atribuyó una parte de la falta de éxito del componente de nutrición a la escasa información transmitida a las madres sobre las formas de preparar la papilla. Y es que, comentó, las pláticas educativas no se llevan a cabo en forma regular, además de que las relacionadas con la nutrición son apenas uno de 35 temas que dan las promotoras de salud.
Durante el congreso, que se realiza en las instalaciones del INSP y concluirá el próximo viernes, este instituto suscribió un convenio por el cual la Universidad de Harvard se compromete a evaluar el funcionamiento del Seguro Popular, en un ejercicio similar al que se realizó con Oportunidades y cuyos resultados se presentaron este día.
En el aspecto de la salud, sobresale el incremento de 35 por ciento en la demanda de atención médica, el descenso en el número de días de enfermedad por año de las personas en edad productiva, así como el aumento en la cantidad de consultas prenatales. No obstante, la detección de diabetes, por ejemplo, todavía carece de un impacto en el control de la enfermedad, mientras que el conocimiento de los métodos anticonceptivos tampoco se ha acompañado de una mayor frecuencia en su utilización en las zonas urbanas, advirtió Bernardo Hernández, del INSP.
Sobre las muertes maternas, explicó que se estiman en mil 211 los decesos anuales asociados a embarazo y parto. Si todas las mujeres de escasos recursos estuvieran incorporadas al esquema, los fallecimientos serían alrededor de mil 143, pero si Oportunidades no existiera la cifra se elevaría a mil 290. En las condiciones actuales, se han evitado 79 muertes por año, apuntó Bernardo Hernández.
Respecto al componente educativo, Susan Parker, profesora del CIDE, señaló que el aumento de un año de escolaridad en los jóvenes de 15 a 19 años es un resultado plausible y consistente con los obtenidos en el diseño experimental del programa; sin embargo, el nivel de aprendizaje es más bajo del esperado. Esto se debe a varios factores, entre ellos la falta de información, la heterogeneidad de los estudiantes y la baja calidad educativa de los planteles.
Los ponentes afirmaron que en seis años mejoró el nivel de ingresos de las 5 millones de familias adscritas a Oportunidades y que se reportó un incremento en los gastos de comida. Sin embargo, es indispensable hacer las modificaciones para eliminar las barreras de lenguaje con las poblaciones indígenas, disponer de las condiciones materiales adecuadas para la realización de talleres y sesiones informativas, así como incorporar recomendaciones sobre el uso adecuado de las transferencias monetarias.