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14 de marzo de 2005
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GARROTES Y ZANAHORIAS

CUENTOS PEREGRINOS

Hace una década, cuando iniciaba el proceso de extranjerización de la banca mexicana con la compra de Probursa por el consorcio español BBVA, se comenzó a discutir sobre la capacidad de las autoridades nacionales para mantener una adecuada regulación y supervisión sobre el sistema financiero. Ahora que los bancos que controlan el sistema de pagos son extranjeros, salvo Banorte, el tema ha cobrado relevancia.

Una anécdota puede ilustrar el grado de control que logran ejercer las autoridades mexicanas sobre las entidades financieras que operan aquí.

En la convención anual de la banca, que se celebró en Acapulco la primera semana de marzo, el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, habló sobre las comisiones que se cobran y la información que dan al público. Los usuarios de la banca consideran que el nivel de las comisiones bancarias es elevado, dijo el gobernador. "Dicha percepción se refleja en las múltiples iniciativas de ley que se han propuesto para regular dichas comisiones."

En cuanto a las acciones para evitar un nuevo desastre financiero como el de 1995, Ortiz consideró que se han dado pasos importantes para la supervisión y regulación bancarias. Sin embargo, planteó la necesidad de que se promuevan mecanismos que hagan efectiva la disciplina de mercado, en especial sobre la información que deben divulgar los bancos.

"La variedad de intermediarios y productos financieros, el volumen y complejidad creciente de sus operaciones, así como la velocidad a la que evolucionan los mercados financieros, dificultan cada vez más la evaluación adecuada de los riesgos y del desempeño de los bancos", dijo el gobernador en un discurso ante los directivos de los bancos que operan en el país.

Habló de "la conveniencia" de que en México existan incentivos adicionales que induzcan a los agentes de mercado a ejercer dicha disciplina. "Son ampliamente aceptados los beneficios que conlleva una tenencia accionaria dispersa. Reconocemos que esto ya no es posible en México, porque la mayoría de los bancos importantes son filiales de bancos del exterior. Sin embargo, consideramos que listar una parte del capital de esos bancos filiales en la bolsa tendría un beneficio doble. Por una parte, proporcionaría al mercado señales e instrumentos para ejercer mayor disciplina. Por otra, los accionistas minoritarios contribuirían a que las decisiones del accionista mayoritario no se tomen en beneficio único de la controladora. La presencia de accionistas minoritarios induciría cambios importantes en el gobierno corporativo de las instituciones y contribuiría en varios sentidos a reforzar la estabilidad de la banca."

El garrote al gobernador no se hizo esperar. En el hotel donde se desarrolló la convención, la nueva mesa directiva de la Asociación de Bancos de México (ABM), encabezada por Marcos Martínez, director general de Santander Serfin, ofreció una conferencia de prensa. En ella, el español Eduardo Cepeda, presidente de JP Morgan en México y vicepresidente de la ABM, respondió a la inquietud de Guillermo Ortiz diciendo:

"En este tema del listado [bolsa de acciones de los bancos] puedo añadir una cosa. Aquí ­en la convención­ estuvo el presidente de HSBC, John Bond. Este banco, que es muy grande, está en 77 países del mundo. En ninguno de estos 77 países se le exige listarse en bolsa. Parece un poco peregrino que precisamente en México se les ocurra que para ser un banco hay que estar listado en bolsa".

Los bancos extranjeros y las autoridades nacionales no parecen estar en sintonía § 


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