Usted está aquí: jueves 17 de marzo de 2005 Opinión MEXICO SA

MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

Los precios del combustible son cuestión de Estado en Argentina

Ahora, spam telefónico sobre consumidores

HA SIDO TAL EL ÉXITO de la convocatoria lanzada por el presidente Néstor Kirchner para que los consumidores argentinos "no compren ni una lata de aceite" a la empresa Shell -luego de que ésta aumentara los precios de los combustibles que expende-, que hasta el guardaespaldas del capital trasnacional se ha visto en la necesidad de salir en defensa pública de los intereses corporativos.

LUEGO DE LA "INVITACION" del mandatario, las ventas de Shell en Argentina se desplomaron 70 por ciento, de acuerdo con las estimaciones no del gobierno de aquel país, sino de la Federación de Empresarios de Combustibles.

ADEMAS, EL GOBIERNO de Kirchner aplicaría multas a Shell y a Esso -otra de las trasnacionales que incrementó los precios- "por violar las leyes de defensa de la competencia y, en el caso de los aumentos, por no obedecer a razones objetivas y justificadas".

LO ANTERIOR, EN EL EJERCICIO de las atribuciones legales y soberanas de Argentina, algo que disgustó al guardaespaldas de las trasnacionales, porque el propio director gerente del Fondo Monetario Internacional, Rodrigo Rato, "exigió" a Kirchner "respeto por la inversión extranjera", así como "reglas claras y respetuosas" para los consorcios, y amenazó con incluir el tema en la "agenda de discusiones técnicas" entre el gobierno del país sudamericano y el organismo supuestamente multilateral, "de cara a un posible y futuro programa con el FMI".

DE ACUERDO CON INFORMACION de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), a raíz de la "desregulación" (que permitió que los precios internos se ajusten por los precios internacionales) del sector petrolero en aquel país, "en 14 años los consumidores particulares junto al agro, transporte y la industria transfirieron más de 5 mil millones de dólares a la industria petrolera; ahora, una vez más, los incrementos decididos unilateralmente por la empresa Shell no sólo constituyen un atentado contra el bolsillo de los argentinos y ponen en peligro el proyecto de crecimiento nacional, sino que no encuentran justificación válida en la ecuación económica de la misma empresa ni responden a las condiciones generales que predominan en el sector".

LA TRASNACIONAL REFINA CASI absolutamente petróleo nacional, ya que no tiene producción propia, cuyo precio ha sido establecido en alrededor de 28.5 dólares por barril, por acuerdo entre el gobierno y las empresas productoras, desde hace ya más de dos años. Este valor deja a las petroleras una rentabilidad por demás atractiva, ya que sus costos están por debajo de los 10 dólares. Además, las refinadoras pueden acceder a un insumo pagando apenas algo más de la mitad del precio internacional vigente. De acuerdo con el CAME, Shell importa menos de 10 por ciento del petróleo que procesa, de tal suerte que el incremento por ella aplicado sólo podría explicarse por cambios en los "acuerdos de caballeros" que en materia de precios se han establecido con las empresas locales productoras de crudo.

A DIFERENCIA DE LAS pequeñas y medianas empresas, la industria petrolera en Argentina se encuentra entre las grandes ganadoras de los años 90 "debido a la política de privatizaciones y la transferencia al sector privado de las reservas que habían sido detectadas por la misma. A ello se sumó el auge de sus exportaciones gracias a las sucesivas alzas en los precios internacionales y la autorización para dejar fuera del país el 70 por ciento del valor de sus exportaciones, estimándose que por tal concepto hasta 2003 quedaron en el exterior algo más de 15 mil millones de dólares".

EN EL ULTIMO LUSTRO, SHELL, de acuerdo con la fuente, ha incrementado ferozmente los precios de los combustibles por ella expendidos: 81.6 por ciento en el caso de la nafta especial XL; 77 por ciento en el de la nafta común XL, y 183.8 por ciento en el del gas oil XL.

LA CONVOCATORIA DE KIRCHNER fue calificada de "populista", pero la CAME aclara que "los precios de los combustibles son indudablemente una cuestión de Estado, porque inciden no sólo en el costo de la vida, sino que aumentan los costos de la electricidad, de la cadena productiva y hasta de servicios esenciales como la salud. Claramente, el mercado de combustibles líquidos en Argentina no es competitivo. Las empresas del sector no compiten por mejorar los precios, sino que la competencia se concentra en los servicios que ofrecen y eso se refleja la actitud monopólica que prevalece entre las empresas petroleras, que empobrecen a la economía".

LA SANGRIA NO ES PRIVILEGIO de Shell o Esso en Argentina, sino práctica común en la gran caja registradora de las trasnacionales, llamada América Latina. En Venezuela, por ejemplo, la autoridad fiscal anunció que investiga a las empresas petroleras nacionales y extranjeras que participan en 32 convenios operativos, "debido a que 90 por ciento de ellas ha reportado pérdidas en su declaración de impuestos". Entre ellas, destacan Chevron-Texaco y Royal/Dutch Shell.

Las rebanadas del pastel:

DE LA SOCIEDAD DE CONSUMO y los agobiados lectores: "si se trata de obtener información acerca de las tropelías que regularmente cometen los amigos del gobierno, las autoridades financieras actúan como verdaderos cancerberos del secreto bancario; pero si el asunto se refiere al vergonzoso trafique de bases de datos e información personal de tarjeta-habientes y demás usuarios de los servicios bancarios, entonces esas mismas autoridades actúan como laxante: flojitas, flojitas. Sólo como ejemplo -porque la agresión es recurrente-, en los primeros tres días de esta semana en el teléfono de mi domicilio (número privado) el bombardeo de llamadas ha incluido servicios de aseguradoras, financiamiento para automóviles ("el más barato del mercado"), tarjetas de crédito ("en las mejores condiciones"), oportunidades de inversión, cursos de inglés, productos electrodomésticos, gangas educativas y literarias, suscripciones a una amplia gama de servicios, ofertas infantiles y un sin fin de atractivos productos (sin olvidar los "promocionales" de la misma empresa Telmex), llamadas siempre amparadas en la base de datos de tal o cual institución financiera. Agresión constante, un verdadero spam telefónico, que a los cancerberos les vale, pero que a los consumidores nos tiene hartos"... Servido Don Arturo.

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