Usted está aquí: viernes 18 de marzo de 2005 Economía ECONOMIA MORAL

ECONOMIA MORAL

Julio Boltvinik

Fox vs. los programas sociales del GDF

Severo trastocamiento en los valores de quien ocupa Los Pinos

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

EL SABADO PASADO (12 de marzo) en su programa de radio, y nuevamente el miércoles, Vicente Fox criticó las pensiones alimentarias que el Gobierno del DF (GDF) otorga a todos los adultos mayores de 70 años. Vale la pena reproducir el diálogo que en dicho programa de radio se establece. Es el Presidente el que empieza a hablar del tema de las pensiones cuando todo el programa versaba sobre el Seguro Popular, que es un programa que cubre (algunos) servicios de salud, pero que no tiene nada que ver con pensiones y jubilaciones1. Empieza diciendo: "para todos quienes trabajan para una empresa o quienes trabajan asalariados como funcionarios públicos (sic), todos van haciendo su ahorro para tener su pensión cuando terminan su vida productiva. A mí me parece terriblemente injusto que a otros, simple y sencillamente por estar como (sic) adultos mayores, se les cubra precisamente con el dinero de quienes trabajan". Si esta lógica anti-solidaria total se aplicara en otros campos, no habría educación gratuita para nadie, ni sistemas de salud públicos semi-gratuitos como los de la Secretaría de Salud o gratuitos como los del programa Oportunidades, del cual Fox está tan orgulloso. La frase "que cada quien se rasque con sus propias uñas" puede resumir la filosofía política de Fox.

EL PRESIDENTE HABIA hablado antes de un fantasmagórico plan de pensiones para los no derechohabientes, como si su gobierno estuviera empezando y no terminando (¿estará planeando lo que va hacer durante los seis años de Martita?): "Posteriormente queremos trabajar sobre un plan de ahorro para que vaya a configurar un plan de pensiones y jubilaciones y también un plan de vivienda para estas personas que no son derechohabientes de un sistema de seguridad social, porque quien trabaja para una empresa, quien trabaja para el gobierno, tiene un plan de vivienda y tiene un plan de ahorro; que por cierto aquí es muy importante señalar que el ahorro, las pensiones y las jubilaciones nuevamente es (sic) mérito del propio trabajador o del propio servidor público, puesto que también a ellos se les retiene una cantidad, se guarda en ahorro esa cantidad y es lo que sirve de base al día de mañana para su retiro o su jubilación. Por eso nosotros estamos por la vía de estos sistemas de responsabilidad." Obviamente Fox es un ignorante en materia de seguridad social (¿habrá algún tema en el que no lo sea?). Ignora, por ejemplo, que para el llamado "seguro de retiro, cesantía en edad avanzada y vejez", el grueso de las contribuciones provienen de pagos patronales, equivalentes a 5.15 por ciento del salario básico de cotización, mientras el trabajador sólo contribuye con 1.125 por ciento y el gobierno contribuye con dos cuotas, una proporcional, igual a 0.225 por ciento y una cuota fija (llamada social). (Art. 168, Ley del IMSS).

PERO INDEPENDIENTEMENTE DE su ignorancia, lo que Fox expresa en esta cita es nuevamente su postura de "cada quien que se rasque con sus propias uñas", pero ahora añade los términos méritos y responsabilidad. Estos términos reflejan las concepciones de la derecha que ven a los trabajadores, a la gente del pueblo en general, como irresponsables y flojos. Por tanto, para que merezcan apoyo deben mostrar que son pobres merecedores. Esta visión explica también que Fox esté tan contento con el Oportunidades, programa en el cual los pobres deben portarse bien, deben mandar a sus hijos a la escuela, acudir a las clínicas y a las charlas de salud conforme se les ordena. Como dijo el nuevo jefe del PAN, haciendo gala de su pertenencia a El Yunque: la máxima virtud es la obediencia (como diría Tatiana Clouthier, "ser perros").

LOS ASISTENTES AL programa fueron esta vez Julio Frenk, secretario de Salud; Jaime Sepúlveda Amor, coordinador de los institutos nacionales de Salud, y Maricarmen Cortés, a la cual el Presidente no presentó, pero que es una columnista de asuntos financieros del periódico Milenio. Pero veamos cómo sigue Fox: Después de reiterar su fantasmagórico plan de pensiones, en el cual todos van ir ahorrando, añade como contraste: "Porque de otra manera, yo le escuchaba en (sic) la semana a Josefina en algún programa de radio, a Josefina Vásquez Mota, secretaria de Desarrollo Social, una cifra, pues, escalofriante: que si se pretendiera dar 600 pesos a los adultos mayores de todo el país en este momento, estaríamos hablando de una cifra de 45 mil millones de pesos. Imagínate, pues con eso no podemos entonces construir escuelas, no podemos construir universidades, no podemos poner (sic) hospitales cuando, a cambio, lo que hay que buscar es que todas las personas que tuvieran una vida productiva, vayan haciendo un plan de ahorro, ¿no?". Aquí siguen comentarios de la tal Maricarmen en la misma línea.

TODO EL ARGUMENTO está sostenido en una cifra. Con su usual irresponsabilidad, Fox ni siquiera pide a sus asesores, que mucho nos cuestan a los contribuyentes, que las revisen. La cifra está absolutamente mal. En primer lugar, la pensión universal ciudadana en 2005 tiene un valor de 678 pesos, cifra igual a medio salario mínimo mensual y no a 600 pesos. Por otra parte, si tomamos la población nacional de adultos mayores en 2005, que asciende, según las proyecciones de población del Consejo Nacional de Población (Conapo), a 3.62 millones de personas, y multiplicamos esta cifra por 678 y luego por los 12 meses, el resultado es de poco menos de 29 mil 500 millones de pesos; pero si usamos los 600 pesos que Josefina Vásquez Mota creyó correctos, el cálculo arroja 21,800 millones, menos de la mitad de la cifra dada por Fox.

ALGO ESTA MUY mal si el Ejecutivo federal comete un error de más de 100 por ciento en un cálculo tan elemental. Además, de este costo habría que restar lo que ya está cubriendo el gobierno del DF, que es de 3 mil millones de pesos. La cifra a financiar para el resto del país sería de sólo 18 mil millones de pesos. Compárese esta cifra con las aportaciones que el gobierno federal hará en 2005 al IMSS por un monto de 148 mil millones de pesos y se verá que la primera es sólo 12.2 por ciento de la segunda. Sin embargo, Fox no dice que por eso no "podemos construir escuelas; no podemos construir universidades, no podemos poner (sic) hospitales".

SI LOS ANCIANOS que agotaron su energía año tras año en el arado, en la fábrica, en la mina, en la oficina, en las escuelas y universidades, como vendedores ambulantes, plomeros, carpinteros, etcétera; y la mayor parte de las ancianas que hicieron lo mismo en el hogar, no merecen 18 mil millones de pesos, mientras a los banqueros se les pagarán este año por el adeudo del Fobaproa (hoy IPAB) de puros intereses, 32 mil millones de pesos, entonces es claro que hay una distorsión severa en los valores prevalecientes en quienes ocupan Los Pinos.

VEAMOS UN POCO la base conceptual del programa de pensión ciudadana universal. Quien mejor ha expresado esto es Asa Cristina Laurell, secretaria de Salud del GDF. Ella ha caracterizado la política social del GDF en los siguientes términos: "En primer lugar se trata de una política donde los derechos sociales juegan un papel central que además tienden a la universalidad, es decir, para todos los ciudadanos. Se ha utilizado una forma de focalización. La focalización territorial. Me gustaría subrayar aquí que la focalización territorial está esencialmente vista como una manera de priorizar las acciones en función de lo que son las necesidades. Empezamos por los territorios de muy alta marginación y vamos acercándonos a los demás. No se trata de una focalización individual, ni de una comprobación de pobreza,2 sino de una focalización que permite priorizar las aplicaciones de las políticas... Son programas que deben ir dirigidos a decenas de miles de personas, deben tener un efecto redistributivo y deben tener un bajo costo administrativo... Me gustaría enumerar dos ejemplos de soluciones distintas al compromiso de universalidad, redistribución y solidaridad en el marco de la sustentabilidad de los programas y la prioridad para los pobres, mas no la exclusividad de programas para los pobres".3

LOS DOS PROGRAMAS que analiza la autora son la pensión ciudadana universal y el programa de servicios médicos y medicamentos gratuitos. En el segundo caso, el programa "está diseñado para la población no asegurada del Distrito Federal... aquí la universalidad se está conceptualizando de la siguiente manera: los que tienen seguridad social ya tienen derecho a todos los servicios...que es cerca de 65 por ciento de los habitantes de la ciudad de México. Por tanto, para hacer el derecho a la protección a la salud universal, lo que está haciendo el GDF es un programa complementario para que se logre tener una cobertura completa, un derecho universal...la universalidad está pensada más bien en términos de dos sistemas complementarios" (p.111). Esto lo contrasta con la pensión ciudadana universal que se otorga a todos sin excluir a quienes ya tienen una pensión de otro origen. Laurell discute la sustentabilidad financiera del programa en términos de sus dos parámetros restrictivos: la edad (70 y más) y el monto muy reducido de la pensión.

¿QUE PASARIA EN términos financieros si la cobertura universal de la pensión se alcanzara por el mismo mecanismo de complementariedad con el que se universalizó el derecho a la salud, el de la complementariedad? De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE) de 2002 (las más recientes no han sido divulgadas por el INEGI), de los 3.86 millones de personas de 70 años y más, sólo 380 mil reciben una pensión a nivel nacional (en números redondos uno de cada 10). Por tanto, a nivel nacional no habría gran ahorro si la manera de universalizar la pensión fuese la vía complementaria que se adoptó en materia de salud: otorgarla sólo a quienes carecen de alguna otra pensión. En este momento no dispongo de datos de ancianos (ancianas) que reciben pensión en el DF, que deben ser una proporción más alta que la de nivel nacional. Quizás 20 por ciento o hasta 30 por ciento de los mayores de 70 años cuenten ya con una pensión. En ese caso, en el DF podría haber un ahorro mayor que, quizás, podría destinarse a elevar el nivel de la pensión.

SI CONSIDERASEMOS, COMO la derecha, que las personas son sólo fuerza de trabajo al servicio del capital, y que los viejos, a los que se les ha exprimido la capacidad de trabajo hasta agotarla deben ser abandonados como se abandonan las minas, coincidiríamos con Fox en que es terriblemente injusto que sólo por ser viejos se les pague una pensión. Coincidiríamos con él en que los viejos (y viejas) son desechables. Pero si consideramos que nuestros padres y abuelos son personas, entonces tendremos que estar de acuerdo con López Obrador en que la pensión es un derecho y no una dádiva.

1. Me baso en la trascripción del programa del portal electrónico de la Presidencia de la República (www.presidencia. gob.mx).

2. La autora se refiere a la famosa "prueba de (falta de) medios" o "prueba de pobreza" que todos los sistemas de focalización exigen a los aspirantes a recibir los beneficios del programa.

3. Asa Cristina Laurell, "Principios, concepciones y valores implicados en la política social", en Pobreza, Desigualdad y Marginación en la Ciudad de México, Secretaría de Desarrollo Social del Distrito Federal, México, 2004, pp. 109-110.

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