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21 de marzo de 2005
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Ronald Buchanan

EQUIVOCACION Y MIEDO

Jorge G. Castañeda tiene la solución. Se trata ­conforme a lo que escribe con el periodista estadunidense Nathan Gardels en el Financial Times­ de algo que podría matar tres pájaros de una pedrada. Reduciría la dependencia energética de Estados Unidos y ayudaría al desarrollo económico mexicano y, en consecuencia, menguaría el problema de la migración masiva hacia el norte.

¿Y cuál es esta solución? La creación de un fondo de seguridad energética para América del Norte. El fondo emitiría bonos apoyados por los ingresos petroleros mexicanos en el futuro. El dinero sería utilizado para financiar un crecimiento de la producción petrolera hasta doblar las exportaciones en 2010.

En efecto, la propuesta equivale a hipotecar los ingresos con su subsiguiente bursatilización, así como se empieza a hacer con las hipotecas de vivienda en México, pero a escala global. Los bonos a emitir, según Castañeda y Gardels, serían sumamente atractivos para los inversionistas, como los fondos de pensiones y las aseguradoras, de todo el mundo, y los ingresos para México serían de unos 12 mil millones de dólares al año.

Castañeda es una figura polémica ­un poco como Hugo Sánchez en el futbol­ y eso destaca en un país donde el conformismo a veces se convierte en lastre. La solución que propone es dramática, y qué bueno que sea así en un país donde sólo un ciego no puede ver la miseria, o la desesperación de los que se enfrentan con la necesidad de salir del país. Pero está profundamente equivocado.

Según la columna del Financial Times, Castañeda sostiene su pronóstico de que México podría doblar sus exportaciones de crudo con base en que hay indicios de que las "reservas sin explorar" en el Golfo de México son tan grandes como las que se tienen ahora, eso según José Alberro, ex director general de Pemex Gas, que ya es su consejero. Extraña que Castañeda necesite de consejero para decírselo. ¿No lee los periódicos? El presidente Fox y todos los altos funcionarios de Pemex llevan meses diciendo lo mismo.

El problema es que solamente hay indicios ­basados en estudios sísmicos­ de la existencia de ese petróleo. No hay reservas "sin explorar". Hasta que se haya perforado no se puede hablar de reservas. Y sin reservas ­que sean ya probadas­ nadie invertirá con garantía en la producción futura. Lo demás es vender globos.

Más grave aún, sin embargo, es el error de Castañeda. Propone, por cierto, que los miles de millones de dólares se inviertan en mejorar la educación, la justicia y muchas cosas más. ¿Pero no dijo lo mismo José López Portillo?

Es cierto que el debate sobre el futuro energético no debe ser planteado sobre la defensa del "patrimonio nacional" como en un pleito telenovelesco acerca de la herencia. El auténtico patrimonio de las naciones no reside en sus recursos naturales, sino en saber hacer las cosas, y en cómo generar oportunidades para su gente, y México reprueba estrepitosamente en ambas materias.

Luis Ramírez Corzo, director general de Pemex, dice que hay que aumentar masivamente la inversión en la industria petrolera; si no, nos vamos a convertir en importador de crudo en cuestión de 10 años. ¿Y qué? ¿Tenemos miedo de convertirnos en otra España u otra Sudcorea?§

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