Usted está aquí: martes 22 de marzo de 2005 Deportes Ahora lo importante es concentrarse para Helsinki, asegura Omar Zepeda

El marchista afirma que puede bajar a 3:45 horas su tiempo en el Mundial de Atletismo

Ahora lo importante es concentrarse para Helsinki, asegura Omar Zepeda

Entrenado por Germán Sánchez, se dedica a la venta de cerdos, y recibe 2 mil pesos de apoyo

JORGE SEPULVEDA MARIN

Porque "no quiero ser un derrotado", Omar Zepeda pasó, aun con a la carencia económica, al éxito deportivo en 50 kilómetros al conseguir este domingo en Tijuana su boleto para el Campeonato Mundial de Helsinki a efectuarse del 6 al 14 de agosto siguiente.

No obstante, es sincero: "No he hecho todavía nada. Es apenas como un escaloncito. Sí, tengo el boleto para Helsinki, pero lo importante ahora es saber a qué voy, cómo llegar... sino, para qué ir", responde en su arribo al aeropuerto capitalino este lunes procedente de la fronteriza ciudad.

En el rostro refleja la sencillez de su palabra. Entrenado desde hace un semestre por el ex olímpico Germán Sánchez, quien el domingo, tras competir en Tijuana se retiró de la marcha, asegura Zepeda que se ha sentido muy bien, "sé que puedo mejorar mi tiempo (3:50.17 horas, el mejor, logrado el domingo) porque me gustaría finalizar entre los 10 mejores del Mundial", se plantea como objetivo.

De entrada, aventura que podría bajar su tiempo a 3:45 horas, pensamiento que revoloteó por su mente cuando en plena competencia, allá por el kilómetro 45, lo animó para no decaer en su intento y terminar la prueba de Tijuana, harto de haber tenido cinco o seis abandonos previos, debido a las crisis que lo abatían.

Recuerda que el domingo se paralizó en el kilómetro 36 por la crisis sicológica, "pero fue muy pasajera, y por el hambre (de triunfo) que tenía" pudo salir avante y ahora, luego de platicar con Germán, espera tener alguna otra competencia en Europa donde está el verdadero y más fuerte nivel de caminata, aunque sólo lo hará en recorridos de 20 kilómetros para no desgastarse de más.

Omar recuerda que sus abandonos se debieron a la combinación de variables físicas y por la preocupación económica; no tiene más que el apoyo del gobierno del estado de México de 2 mil pesos, además de los recursos que le dejan su granja "de animalitos (cerdos) que crío y vendo" y los premios que obtiene su esposa, la corredora María Elena Piña, además del apoyo moral que le brinda su hijo de cuatro años, Nazaret.

De Germán, de quien recibe un sólido apoyo sicológico y deportivo, porque estima que "podré llegar a ser de los grandes de la caminata", dice que lo anima y, "luchón y testarudo como es", bien podría lograr un financiamiento oficial ahora que todo el tiempo lo dedicará a la preparación para llegar en las mejores condiciones a Helsinki, en lo que también invertirá los 4 mil dólares que ganó por el tercer sitio en Tijuana, menos 7 por ciento que deberá entregar a la Federación Mexicana de Atletismo.

A los 27 años Omar quiere llegar a los Juegos Olímpicos de Pekín, por lo que continuará preparándose en Zinacantepec, Toluca, en el Viejo Mundo, al lado de Germán, en quien tiene, asegura categórico, un experimentado ex atleta y ahora un buen entrenador, "porque quiero trascender como los Segura, los Sánchez", como los mexicanos exitosos.

 
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