La Jornada Semanal,   domingo 27 de marzo  de 2005        núm. 525
 

Waldina Mejía Medina

Lo indio en Misterio indio

Joaquín Pasos Argüello (Granada, mayo 1914/enero 1947) fue, a los dieciséis años, uno de los principales precursores la vanguardia nicaragüense, liderada por José Coronel Urtecho y Luis Alberto Cabrales, la cual se propuso una lucha formal y decisiva contra "la tendencia deplorable del parnasianismo". Murió a los treinta y dos años, a consecuencia de su dipsomanía. Dejó una producción no cuantiosa sino antológica que va de los primeros poemas creacionistas hasta los últimos más profundos, todos recogidos en el libro Poemas de un joven, dividido en cinco secciones: "Poemas de un joven que no ha viajado nunca", "Poemas de un joven que no ha amado nunca", "Poemas de un joven que no sabe inglés", "Misterio indio", "Otros poemas" y "Canto de guerra de las cosas".

Seleccionamos Misterio indio por su propuesta aprehensión del indio o lo indígena y la diversidad textual de sus dieciocho poemas: Cinco aparentan rezos y canciones populares, con metáforas ya plenamente socializadas (Oración a Santo Domingo, Villancico indio, Corrido de la corrida, Pequeño canto para bien parir, Canción); siete contienen temas cotidianos y muy humanos, con el indio como aparente protagonista (Nosotros, Muchacho, Los indios ciegos, Los indios viejos, India caída en el mercado, El indio echado, Verdulera); seis son muy rítmicos y de influencia creacionista (Raudal, Día, Tormenta, Dos llantos, Cementerio).

Según Pablo Antonio Cuadra, citado por Matus, "Joaquín Pasos pudo haberlo titulado Poemas de un joven que nunca conoció al indio, porque Pasos fue toda la vida un poeta citadino, y no sólo nunca viajó, sino que tampoco nunca salió al campo. Sin embargo, conoció al indio mejor que nadie, y él mismo se hizo indio en su poesía para redescubrirnos al indio como es por dentro, en el mismo misterio de su ser".

Para Matus, Misterio indio refleja "una vuelta a, y penetración en, la conciencia indígena con el propósito de redescubrir la identidad del contemporáneo mestizo latinoamericano; de redescubrir el enterrado lado indio de su doble herencia: indígena y europea. Joaquín Pasos logra en esta vuelta, expresar los valores inherentes al indígena, entre ellos el papel importante del misterio, de la naturaleza y de lo elemental. El enfoque en el indio, entonces, equivale a una afirmación y revalorización del él mismo".

Pero, ¿de verdad se incorpora al indio o lo indígena en los poemas de Misterio indio? Veamos: los textos del primer grupo encajan en la búsqueda vanguardista de lo nacional en lo folclórico y tradicional, como expresó Pablo Antonio Cuadra: "Ahora el folklore alza ironías entre los poetas. Ayer era el encuentro de nuestras raíces. Nuestras vinculaciones con el canto del pueblo".

Por eso "Oración a Santo Domingo", de intensa rima interna o "chinfónica", parece rezo popular a los santos, y recoge así un aspecto de la religiosidad del pueblo en general:

Porque nos alejas de las bebidas viejas de las viejas
porque cuidas los potreros y capeas de mal a los terneros porque sos bueno en soles para los frijoles y el arroz.
Porque con vos todo es chiche como el brinco del tapachiche porque nuestro amor en flor en tu Sierra se encierra porque tenés las vidas de nosotros a tu cuello prendidas, te bailamos la vaca y el ternero chingo
Santo Domingo.

Ciertamente el texto "Villancico Indio" enaltece el mestizaje racial al afirmar que el niño Dios es hijo de la Virgen de España y de "algo mucho mayor". Y recuérdese que la población nicaragüense es sobre todo mestiza:

es un español todo indio,
un indio todo español.
[...]
vamos a buscar al indio
al indio nacido hoy
que nació de hembra de España
y de algo mucho mayor.
[...]
Y si dudáis de su sangre
española, mi señor,
¡diga la Virgen de España
si ese indio es su hijo o no!

Para Pasos "lo indio" es "lo mestizo". Y este mestizaje es idílico: se evade así la violencia y discriminación que sufrió el nativo en la Conquista y la colonización.

Pero, de acuerdo con Valle, "como este español es igualmente indio, por bárbaro, según la ideología [de Pasos] acerca del indígena, tiene defectos que se prestan a la caricatura y a la subestimación":

Corrido de la Corrida

Allá está el indio llanero,
borracho, cantor, torero,
en cotona y sin sombrero,
descalzo, apostando el cuero.

¡El ternero fiero, el ternero fiero, el ternero fiero!

[...]
¡No es por eso la llorona!
Vergüenza es lo que me estaca,
es que tenés la cotona,
todita llena de caca!

¡La vaca flaca, la vaca flaca, la vaca flaca!

Por eso "El Indio Echado", del segundo grupo aquí definido, repite un prejuicio de conquistador blanco:

Que llamen también a mis hijos
y les muestren con ira mi modorra...
¡Mi bella modorra, y mis lindos hijos
que no he tenido tiempo de procrear todavía!
[...]
Llévenme sin tocarme bajo el árbol más inactivo
desde donde se divisa el molino que no gira,
el recodo de aguas estancadas,
el cementerio de los pájaros...
Que llamen a otros para que les cuenten cómo es esto.
Que llamen a mis hijos, a mis lindos hijos
a quien dejo, antes de morir, mi más cariñoso bostezo.

¿Y qué decir del texto "Muchacho"?:

Deja el agua que está sucia, muchacho.
Yo te miro como una de esas caras
que encontramos a diario en las oficinas.
Muchacho feo.

Le das vueltas y vueltas al papel
porque sientes algo en ti
completamente imposible de decir.
Muchacho babososo.

Sobre todo,
muchacho hediondo.

Según Albizúrez Palma, "las perspectivas de los vanguardistas adquieren un tono paternalista cuando descubren o inventan al indio y a la propia tierra". El indigenismo estaba lejos, no en el tiempo, sino en su espacio real y cultural. En ellos no hay una visión política y económica que reivindique al indígena como ser humano en el sistema económico que lo margina, y "lo redima en su condición social, a partir, esencialmente, del problema de la tenencia de la tierra" (Jaén, 2004: 71).

Y "si Pasos fue el poeta de la vanguardia también fue el ideólogo de la reacción", un "intelectual orgánico de la oligarquía nicaragüense militando por su causa y sus proyectos políticos". No era capaz de cuestionarse la legitimidad de su herencia europea y católica y sus privilegios feudales coloniales, obtenidos con el despojo económico y el exterminio étnico (y hasta físico) del nativo. Así, Pasos inventa al indio a través de esta ideología, que le impidió ser coherente entre su gran sensibilidad social y sus interpretaciones.

Pero esta gran sensibilidad de Pasos produjo textos de gran significación humana como: "Nosotros", "Los indios ciegos", "Los indios viejos", "India caída en el mercado", "El indio echado", cuyo protagonista sólo aparentemente es indio.

En "Nosotros", por ejemplo, se refleja no sólo la situación del campesino pobre, sino de todos, pues todos moriremos y seremos "lodo":

Estamos desamparados en el mundo hediondo,
El aire se ríe de nosotros,
el agua se ríe de nosotros.
El fuego se va, no podemos guardarlo solo,
te digo que se ríe de nosotros.
Para tener el árbol, necesitas sembrarlo en el lodo,
Para tener el lodo, necesitamos morirnos nosotros.
La fruta que te comes, fue tu abuelo hecho polvo,

Así se aborda el dolor y el sin sentido ante la nada que es la muerte, tema que es retomado en "Cementerio":

Tengo un triste recuerdo de esa tierra sin horas,
la picada de pájaros, la que se desmorona.
[...]
En la tierra aburrida de los hombres que roncan
se hizo piedra mi sueño, y después se hizo polvo.

Igualmente, la "visión" sensual de "Los indios ciegos" es aplicable a todo invidente:

Abramos un camino en el aire,
para mirarnos,
busquemos un rincón en el aire
para acostarnos.

Sin luz en el cuerpo
sólo con fuego.
Este color de sombra tiene tu cara.
Este color de sombra es la sombra de tu alma.
Abramos un camino en el aire
con tu brazo.
Si no te ven mis ojos, que te vea
mi carne.

¡Ah! No tenemos luz en el cuerpo
Tenemos fuego.

También "Los indios viejos", con sus tropos "rurales", puede expresar una experiencia compartida por todos los ancianos:

Los hombres viejos están sentados junto a un río
que siempre va despacio.
Ante ellos el aire detiene su marcha,
el viento pasa, contemplándolos,
los toca con cuidado
para no desbaratarles sus corazones de ceniza.

Los hombres viejos sacan al campo sus pecados,
éste es su único trabajo.
Los sueltan durante el día, pasan el día olvidando,
y en el tarde salen a lazarlos
para dormir con ellos calentándose.

Asimismo, "India caída en el mercado" recoge la miseria e invalidez de una pobre mujer hambrienta, no necesariamente indígena:

Pobre india doblada por el ataque
todo su cuerpo flaco ha quedado quieto
todo su cuerpo sufrido está pequeño, pequeño
todo su cuerpo tronchado es un pajarito muerto.
[...]
Ella se desmayó, la desmayaron.
Al lavarle el estómago los médicos
lo encontraron vacío, lleno de hambre,
de hambre y de misterio.
Muy doloroso cuadro, Carlos.
Muy doloroso y sumamente amado.
[...]
Abran, abran
todas las gentes malas sus entrañas
y no encontrarán nada.

Por espacio, no revisaremos los hermosos poemas del tercer grupo sobre fenómenos naturales -supuestamente como los ve el "indio"- ("Raudal" y "Tormenta"), la inexorable muerte ("Dos llantos", "Cementerio") y la contagiante alegría de vivir el "aquí y ahora" del poema "Día". Los poemas de Misterio indio abordan lo folclórico, lo mestizo, la pobreza y experiencias humanas generales, pero no incorporan nada peculiar de alguna etnia específica nicaragüense, ni reivindican al indio, contextualizándolo en un sistema productivo que lo ha despojado de sus bienes económicos, culturales y hasta de su vida. Esto era imposible para Pasos, por su vida e ideología oligárquica, acorde con su abolengo feudal colonial. Así que inventa al indio -que resulta ser mestizo- a través de esta ideología que no le permitió ser coherente entre su gran sensibilidad humana y sus interpretaciones. Pero la gran calidad poética y sensibilidad social de sus textos nos hablan de un poeta preocupado no sólo por la forma y la fama, sino también por el ser humano y su dolor, el dolor del mundo, que es el dolor insoslayable de todo auténtico poeta.