Usted está aquí: viernes 1 de abril de 2005 Sociedad y Justicia Murió Terri Schiavo, tras 15 años de agonía

La vida de la mujer, centro de una disputa familiar

Murió Terri Schiavo, tras 15 años de agonía

Minutos antes del fallecimiento, los hermanos de la paciente fueron desalojados de la clínica

Hecho arbitrario: el Vaticano

AFP

Pinellas Park, florida, 31 de marzo. Terri Schiavo, quien vivió 15 años en estado vegetativo persistente, murió este jueves a los 41 años, tras pasar 13 días sin alimentación, después de que se le retiró el catéter que la mantenía viva, dijo un portavoz de su familia, el fraile católico Paul O'Donnell.

La mujer ''falleció hace unos momentos'', dijo O'Donnell cerca de las 9:54 locales. Sus padres, quienes emprendieron una férrea pelea para evitar la muerte, no hicieron declaraciones de inmediato; se hallaban en el centro de cuidados de Pinellas Park (oeste de Florida), donde se encontraba su hija.

El presidente estadunidense, George W. Bush, expresó sus condolencias a los padres de Terri Schiavo. Apremió a quienes apoyaron a los padres de la mujer a "continuar trabajando para construir una cultura de vida en la que todos los estadunidenses sean bienvenidos, valorados y protegidos, especialmente quienes viven a merced de otros''.

Enconos hasta el último momento

George Felos, abogado del viudo de Terri, Michael Schiavo, ofreció sus condolencias a su cliente y a los familiares de la mujer, y dijo que murió de manera "tranquila, pacífica y suave" en el centro de cuidado, donde vivió varios años.

Según Felos, una discusión de último minuto obligó a la policía a desalojar a los únicos familiares de Terri que se encontraban con ella -su hermana Suzanne y su hermano Bobby- minutos antes de su muerte.

Sólo Michael Schiavo, otra abogada y varios empleados del centro estaban en la habitación cuando la mujer murió.

Sus padres fueron avisados pero no llegaron oportunamente; sin embargo, estuvieron el tiempo que quisieron con el cuerpo, aseguró Felos.

El abogado afirmó que 15 minutos antes de la muerte los hermanos de Terri se resistieron a abandonar la habitación cuando las enfermeras se lo pidieron, pues iban a revisarla. Bobby se habría resistido y un policía intervino. Llamaron al esposo para alertar que la mujer entraba en el "proceso final"; por tanto, acudió de inmediato y, al encontrarse con la discusión, ordenó que sacaran al hermano, porque su esposa ''tenía derecho a morir en paz''.

El joven salió furioso del lugar. Luego unos sacerdotes que han hablado en nombre de la familia en las últimas semanas denunciaron que no los dejaban entrar, y uno mencionó que estaban "matando" a la paciente. En medio de las denuncias, Terri murió.

La batalla legal

Schiavo sufrió un infarto en 1990 que ocasionó que su cerebro dejara de recibir oxígeno, dejándola en estado vegetativo después de una breve etapa en coma.

Michael Schiavo se dedicó desde entonces a cuidarla y buscar su rehabilitación. En 1993 presentó una demanda por impericia contra médicos que la trataron por infertilidad y que debieron haberle detectado algún desorden alimentario.

Ganó poco más de un millón de dólares por la demanda y a partir de ese momento se peleó con su familia política, supuestamente porque le pidieron compartir el dinero. Los suegros alegaron que desde entonces se negó a seguir tratando a su esposa.

En 1994, tras un proceso de rehabilitación infructuoso, Michael se dio por vencido y decidió no tratar a su esposa de una infección y dejarla morir naturalmente. Luego se retractó. Ese mismo año, Mary y Bob Schindler, padres de Terri, iniciaron una acción legal para quitarle la custodia sobre la enferma, pero perdieron.

En 1998 el esposo pidió el retiro del catéter alimentario con el argumento de que Terri le comentó a unos amigos que no querría ser mantenida viva por medios artificiales si algo catastrófico le pasaba.

La corte admitió los testimonios y en abril de 2001 ordenó, por primera vez, la interrupción de su alimentación. Dos días después un tribunal de apelaciones ordenó reanudar la alimentación para revisar el caso.

La batalla legal por evitar la muerte de Terri continuó, y en octubre de 2003 se le desconectó nuevamente el tubo alimentario.

Para entonces el caso ya recibía atención en los medios, y el gobernador de Florida, Jeb Bush, intervino en él por primera vez para evitar la muerte de Terri.

Seis días después la legislatura de Florida aprobó una ley especial impulsada por Bush, la cual ordenó su reconexión para seguir evaluando el caso. En septiembre de 2004 la Corte Suprema de Florida declaró inconstitucional esa ley y en febrero de 2005 se ordenó nuevamente la desconexión, que esta vez sería definitiva, el 18 de marzo.

Privados de cualquier otro recurso, sus familiares apelaron al Congreso estadunidense, que tres días más tarde aprobó una ley especial para Terri, ordenando a los tribunales federales, que antes no habían intervenido en el caso, que lo revisaran. Los tribunales federales se negaron en total 12 veces a ordenar la conexión o a intervenir en el asunto.

Durante todo este tiempo los padres de la mujer, así como sus hermanos, clamaron en vano que la reconectaran, apoyados por activistas conservadores, religiosos y antiaborto, que calificaron el proceso de "asesinato". El Vaticano afirmó hoy que fue "arbitrario" adelantar la muerte de la mujer

Terri será cremada y sus restos sepultados, por orden del tribunal, en una tumba de la familia de su esposo en Pensilvania, a pesar de que sus padres querían mantenerla con ellos en Florida. Se practicó una autopsia al cadáver por deseos de su esposo, quien quiere que con esto se desechen las acusaciones de su familia política, de que su estado pudo haber sido provocado porque Michael la maltrataba. Los resultados de la necropsia se darán a conocer en aproximadamente tres semanas, según fuentes médicas.

 
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