380 ° DOMINGO 3 DE ABRIL DE 2005
 

El camino del FIOB y su apuesta por el desarrollo
Los indios sin fronteras

Arturo Cano

La historia es sencilla y enredada, como el queso Oaxaca: atraviesa miles de kilómetros, cruza dos países, abarca dos décadas y habla ocho idiomas, si no más


Imágen de jornaleros indígenas en California Fotografía: David Bacon
El andar del protagonista de esta historia arranca en Oaxaca, brinca a Sinaloa, toma aire en Tijuana y se atora en San Quintín, aunque enseguida se vuela la barda a la California del norte. Esto, claro, es un decir, pues desde hace unos 20 años esta historia, la del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB), sucede simultáneamente en todos estos lugares.

Comienza, digamos, el día en que Rufino Domínguez Santos se hace asiduo asistente a las tertulias del rojo Ernestino Sixto Chávez, educador de jóvenes, además de reparador de radios y televisiones en Juxtlahuaca, en la mixteca oaxaqueña. Años más tarde, quizá con ese círculo de estudios en mente, Rufino nombrará Lenin a su primogénito.

O inicia cuando Odilia Rivera tiene 11 años y sus padres la separan de los cálidos brazos de su abuela en San Bartolomé Zoogocho, en la sierra zapoteca, para llevarla a California. "De pronto ya hablaba inglés y al último aprendí el español", dice Odilia, ahora de 35 años, hecha una mujerona trilingüe que acaba de abrir la oficina del FIOB en Los Angeles y se proclama enemiga de los "usos y costumbres" si suponen que las indígenas sólo participen en política "porque cocinan rico".

Los proclives a las formalidades dirían que el caminar comienza en Los Angeles, Califonia, el 5 de octubre de 1991, cuando los dirigentes de cinco grupos de la baja y la alta Californias se juntan para crear la primera organización indígena con un pie en México y otro en Estados Unidos.

O comienza en 2000, cuando el FIOB se parte y está a punto de la extinción hasta que su máximo dirigente de entonces es expulsado en una guerra sin cuartel.

Podrían elegirse muchos momentos más, pero donde quiera que comience su historia, el FIOB es una organización peculiar cuyo carácter panétnico parece darle ventaja sobre sus homólogas de mestizos, los clubes de oriundos, toda vez que no vive esa suerte de personalidad escindida entre ayudar a las comunidades de origen y entrarle a la política, sea del otro lado o aquí en México.

Con 20 mil miembros, tres de cada cuatro en Oaxaca, el FIOB enfrenta realidades distintas en cada lugar. En el sur de México, una batalla por la sobrevivencia; en Baja California una lucha cuesta arriba contra las duras condiciones de los campos agrícolas; y en California esa misma guerra aparejada a la pelea por la regularización migratoria de muchos de sus miembros.

El FIOB está formado por migrantes esforzados ­pero en este caso a sus pesares se añade la discriminación racial incluso de otros mexicanos­, por jornaleros agrícolas e indígenas urbanos de Baja California, por familiares de "norteños", y por una franja de profesionistas y activistas indígenas que trabajan en sus comunidades de origen.

En Oaxaca, el FIOB asesora a sus autoridades municipales, organiza cajas de ahorro y ha comenzado a ensayar proyectos productivos.


El voto en la asamblea del FIOB
Fotografía: Eduardo Stanley
 

En Baja California batalla en los campos repletos de jornaleros y en el frente urbano de Tijuana con actividades encaminadas a la conservación de las culturas indígenas.

Lo mismo hace en California, donde además participa en las luchas por los derechos de los migrantes indocumentados.

Hace un par de semanas, en la capital de Oaxaca, el FIOB realizó su V asamblea ­­la anterior fue en Tijuana­, y un centenar de delegados renovó su dirección y reformó sus documentos básicos. También se cambió de nombre aunque mantuvo las siglas: el apellido "oaxaqueño" le quedaba ya chico por su crecimiento entre indígenas de otros estados, así que sus miembros decidieron llamarse ahora Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (al principal órgano de dirección, sin embargo, sólo llegó un dirigente no nacido en Oaxaca).

En esa asamblea el FIOB ratificó su "misión": "Contribuir al desarrollo y autodeterminación de los pueblos indígenas migrantes y no migrantes, así como luchar por la defensa de los derechos humanos con justicia y equidad de género a nivel nacional".

Nada más. Igual de complicado que su "visión": "Ser una organización indígena binacional fuerte, constructiva y autosuficiente".

Rufino

Adiós al "oaxaqueño", dice Rufino Domínguez Santos, feliz, recién relecto coordinador general del FIOB. Rufino tiene 40 años, un corte de cabello juvenil y cinco hijos. Cuatro de ellos nacieron en California. El acta de nacimiento de Lenin, el ya referido primogénito, es prueba de la ruta migratoria de sus padres, pues está fechada en San Quintín, Baja California. Lenin tiene ahora 21 años y estudia en la universidad estatal de California en Fresno.

Los cuatro restantes se llaman Iván, Rubén ("por Jaramillo"), Esteban y Tonyndeye. Este último, nombre mixteco, es el de un bebé cuyo nacimiento coincide ya con el Rufino maduro que pone por delante su orgullo étnico y se declara creyente "en el dios de la lluvia" venerado en su natal San Miguel Cuevas.

De ahí sale Rufino a la secundaria de los maristas ("nos enseñaban la Teología de la Liberación") y en Juxtlahuca acude a las reuniones de una célula de rojos en el taller de don Sixto. "Ahora pienso que la lucha debe ser pacífica, propositiva, con inteligencia", dice.

De San Miguel Cuevas vuelve a salir Rufino en 1984, porque un "cacique" a quien había enfrentado lo amenaza de muerte y recala en los campos de Sinaloa, donde se queda apenas unos meses, aunque suficientes para participar en la creación de la Organización del Pueblo Explotado y Oprimido. Rufino brinca a San Quintín, Baja California, "en donde participé en grandes movilizaciones y huelgas ". A fines de ese mismo año, Rufino llega a Madera, California, y pizcando en los campos comienza su historia de político binacional.

Ciertamente, Rufino busca, se reúne, negocia, con funcionarios de México y Estados Unidos. Aquí, ha participado en reuniones con el presidente Vicente Fox y es uno de los integrantes del consejo para asuntos indígenas encabezado por Xóchitl Gálvez.

En Estados Unidos, ha sostenido reuniones con legisladores nacionales y locales, y es cliente frecuente de fundaciones y espacios académicos en los cuales los "objetos de estudio" se hablan de tú a tú con los expertos.

Puesto a escoger, Rufino prefiere a los políticos estadunidenses. "Son racistas y discriminan, pero cuando negocian, cumplen, cosa que aquí en México no ocurre".

Algo sabe Rufino Domínguez del trato con funcionarios. Fundador del Proyecto de los Pueblos Indígenas de Asistencia Legal Rural de California (CRLA, por sus siglas en inglés), Rufino es durante ocho años trabajador comunitario y en 2001 recibe el premio "Liderazgo por un Mundo Cambiante", de la Fundación Ford, el Instituto de Abogacía y la Universidad de Nueva York.

Ustedes y nosotros

Las dificultades de una organización binacional se expresan diáfanamente en algunas discusiones de la asamblea. Los delegados de Oaxaca dicen "nosotros" para referirse a sí mismos y "ustedes" para hablar de los venidos de California. Igual hace el otro bando.


Imágen de jornalero indígena en California
Fotografía: David Bacon

Allende la frontera es donde evidentemente el FIOB cuenta con los dirigentes más habituados a un debate a partir de documentos previamente muy discutidos, y también más duchos en el lenguaje de las fundaciones que otorgan los financiamientos que sostienen muchas de las actividades del frente.

La mayor parte de los dirigentes en Estados Unidos son trabajadores comunitarios con poca instrucción formal. La mayoría del lado oaxaqueño son profesores o abogados. En su informe de labores, Rufino Domínguez suelta dos o tres golpecillos a los de Oaxaca porque sus incumplimientos y su falta de participación han atorado varios proyectos. "Mandan tarde los informes, se extravían, acá no hay costumbre de rendir cuentas", resume.

Juan Romualdo Gutiérrez, electo vicecoordinador general, hace el contrapunto: "La realidad que se vive aquí es muy distinta". En Estados Unidos, arguye, los dirigentes tienen proyectos muy definidos ­sean de salud, educación o derechos humanos­, mientras que en Oaxaca las urgencias de las comunidades los obligan a entrarle a todo, a "racionalizar" los financiamientos y a "no ser tan cuadrados".

Gracias a ello, dice Romualdo, han duplicado la membresía del frente en Oaxaca durante los últimos cinco años. Los de California echan los ojos al cielo cuando oyen ese dato y no presumen sus afiliados porque, dicen, allá los posibles miembros son migrantes que se mueven todo el tiempo mientras en Oaxaca se afilian comunidades enteras.

A lo largo de tres días, los puntos de desencuentro se revelan de manera abierta o velada en las mesas de trabajo. La "manera de hacer las cosas" allá o acá es el centro. Una historia largamente repetida en las zonas de migrantes. Los que se quedan se quejan de que los idos ya no entienden cómo se hacen las cosas en México y desconocen los problemas reales de las comunidades. Los que se fueron hablan de impericia, de burocratismo, cuando no de corrupción.

De ese calibre son las pelotas que se avientan, por ejemplo, los alcaldes y los migrantes de Zacatecas. Con una diferencia notable con respecto al frente: las organizaciones de migrantes zacatecanos no cuentan con "contrapartes" fuertes en México. Ellos dan el dinero para el programa 3x1, por ejemplo, y en los municipios zacatecanos lo manejan los alcaldes, a veces con la supervisión de alguna persona de confianza de los migrantes, pero siempre alguien que recibe órdenes, no un igual. (Recientemente se ha comenzado a dibujar un cambio entre los zacatecanos, en el cual, curiosamente, ha desempeñado un importante papel el "asesor binacional" del FIOB, Gaspar Rivera-Salgado, también mixteco).

Los del FIOB, en su singularidad, no tienen propiamente "contrapartes" fuertes, sino una organización con dirigentes en ambos lados de la frontera.

Tan es así que hasta 2001, el máximo dirigente del FIOB, Arturo Pimentel, era un residente en Oaxaca. Después de una cruda batalla interna, que estuvo a punto de acabar con la organización, Pimentel fue destituido en medio de acusaciones de corrupción y de abuso de poder.

El costo de esa ruptura sigue muy vivo y quizá fue uno de los factores que influyó en la relección de Rufino Domínguez. Tal vez no están listos para otro de Oaxaca.

Y quizá también pesó que los de California consiguen los financiamientos y tienen más fácil acceso a los funcionarios.

Se pregunta a Domínguez por qué lo religieron: "No sé, yo no quise. Los miembros de Oaxaca y Baja California consensaron".

El presidente municipal

Juan Romualdo Gutiérrez es presidente municipal de San Miguel Tlacotepec aunque no hizo campaña electoral. Es más, ni siquiera estaba en su tierra cuando lo eligieron pues andaba en una protesta de la sección 22 del SNTE, como maestro y dirigente sindical que es, en la ciudad de México.


La videodocumentalista Yolanda Cruz con otras dos mujeres del frente Fotografía: David Bacon

Nomás le dijeron que había ganado y debía presentarse a tomar su cargo.

Quizá en la carrera de otro político el nombramiento equivaldría a pasar de capitán a cabo, pero Romualdo, quien ya fue diputado local en Oaxaca, parece tomarlo como una gran victoria. En ello influye, seguramente, que Arturo Pimentel es del mismo pueblo.

Una comunidad para la que, reconoce Romualdo, el FIOB ha sido al tiempo esperanza y conflicto. "Cuando nos dividimos el pueblo se convulsionó".

Esta vez, asegura, la elección transcurrió sin complicaciones pese a que en Tlacotepec "no hay estatuto" para elegir a las autoridades, es decir, no hay reglas fijas. Esta ocasión fue así: "bajaron" 370 personas y se les repartieron boletas en las que anotaron los nombres de sus preferidos. El nombre de Romualdo se repitió 107 veces, sobre los 96 de su más cercano competidor.

En 1998 Romualdo necesitó más para ganar la diputación local del distrito Juxtlahuaca-Silacayoapan. Fue la primera derrota del PRI en la región, y el FIOB la obtuvo en alianza con el PRD. El triunfo le permitió crecer y "desarrollar a las comunidades".

En el trienio siguiente, sin embargo, quien se lanzó como candidato fue Pimentel, en plena disputa interna. Fue derrotado.

Hoy, después de cuatro años de reconstrucción, el FIOB tiene presencia en 73 comunidades de la mixteca, la zapoteca, el Istmo y los Valles Centrales, con 15 mil afiliados, informa Romualdo.

Los del FIOB, dice el abogado mixteco Francisco López Bárcenas ­quien no milita en el frente­ "estuvieron a punto de desaparecer", pero "han ido pasando de una tragedia a una esperanza".

Por lo pronto, a sus 37 años, el profesor Romualdo ha dejado su puesto sindical para volver a su pueblo como alcalde gracias, dice, al "voto mayoritario de la mujer".

(Según la investigadora Cristina Velásquez, en 18% de los 418 municipios oaxaqueños que se rigen por "usos y costumbres" las mujeres no votan).

Las verdades de Odilia

A ratos, la asamblea parece más didáctica que deliberativa. Y lo es, porque los asuntos "pesados" se resuelven en deliberaciones "en corto" entre los delegados de los distintos estados (y países).

En una mesa, alguien propone que la coordinación femenil cambie de nombre para llamarse "de la mujer".

"¡Pero que se cambie en verdad, no sólo en el papel!", lanza Odilia Rivera, una maciza zapoteca en la mitad de sus treinta, que intimida un poco a sus compañeros.

En la FOCOICA (la federación oaxaqueña en California), sigue Odilia, la pusieron como "un adorno", porque los hombres acostumbran invitar a las mujeres a las reuniones sólo "porque cocinan muy rico".

El rechazo a la interpretación más extendida de los "usos y costumbres" le viene de lejos a Odilia, de su niñez en San Bartolomé Zoogocho, en la sierra norte de Oaxaca: "Si los usos y costumbres son eso poco que yo recuerdo de mi pueblo, las fiestas donde las mujeres no salen de la cocina, entonces no deben estar en nuestros estatutos".

Ya en el otro lado, y muchos años después, Odilia no se ha librado de ese trato entre sus paisanos: "No te consideran porque eres muy joven, eres mujer o no naciste en el pueblo".

En sus documentos, el FIOB expresa así lo que Odilia dice a su modo: "Promover una práctica dinámica y positiva de 'usos y costumbres'".

Rufino explica sin alzar la voz los ejemplos de "malos" usos y costumbres: "no permitir la participación de la mujer, la violencia intrafamiliar, el alcoholismo".

Entre los aspectos "positivos" que deben promoverse, un documento considera el tequio y otras prácticas comunitarias que contribuyen al desarrollo, además de "incluir a la mujer como parte esencial de las cofradías y asambleas comunitarias".


La toma de protesta de la nueva dirección binacional
Fotografía: David Bacon
 

Ese camino, naturalmente, no es sencillo. En la asamblea del FIOB, los dirigentes de Oaxaca dejan fuera de la dirección a Centolia Maldonado, una joven que es la animadora principal de los proyectos productivos con mujeres en la mixteca.

Entrevistada a cada rato por investigadores y personaje central en un videodocumental de la historia del FIOB, Centolia provoca "los celos" de los dirigentes hombres, admiten algunas delegadas.

A lo largo de toda la asamblea, anda por ahí Yolanda Cruz, la documentalista chatina que tras el asesinato de su padre, un organizador comunitario, fue a dar al otro lado de la frontera, protegida por un cuñado, y estudió Artes Liberales en Evergreen, Washington, y luego cine en la Universidad de California en Los Angeles.

La lista de premios y becas que ha ganado esta documentalista trilingüe de 30 años contrasta con su menudita figura y con el humor de quien se define indígena profesional: "Crecí entre antropólogos y sociólogos que iban a estudiar a mi familia y terminaban estudiados ".

Un acto de la asamblea es precisamente la exhibición de Sueños Binacionales, el video con Centolia como personaje femenino central.

Rufino Domínguez lo sabe y dice sin dobleces que entre sus compañeros "el machismo está latente y tienen miedo de dejar de ser los prominentes líderes".

Al terminar su discurso nombra a Centolia su asesora.

El motor del racismo

Odilia trabaja con el FIOB apenas desde mediados de 2003. Antes se dedicaba a sus propios negocios, el restaurante Lindo Oaxaca e Importación de Artes Mestiza.

Ahora coordina talleres con migrantes zapotecas: salud, violencia doméstica, nutrición, son algunos de los temas.

Pero quizá su mayor orgullo son los talleres que describe como "terapia histórica", donde los participantes aprenden a "valorar sus raíces" y deshacerse del estigma de ser "oaxaquitas".

El pragmatismo transfronterizo

El andar cuidadoso y transfronterizo afina el pragmatismo de los dirigentes del FIOB. En octubre de 2002, bajo el gobierno de José Murat es encarcelado su principal dirigente en Oaxaca, el entonces diputado Juan Romualdo Gutiérrez. Algunas denuncias de Pimentel son la supuesta causa. El FIOB arma una campaña internacional en la que acusa de "represor" al mandatario local. Gutiérrez es liberado en ocho días.

Cinco meses después, Murat inaugura, con el FIOB, una estatua de Benito Juárez en Fresno, California.

Hoy, dice Rufino, el FIOB analiza presentar una demanda contra Murat en Estados Unidos. "No hemos olvidado".

La prioridad del frente es, sin embargo, el actual gobierno de Ulises Ruiz, que desde su llegada al poder aprieta las tuercas a las organizaciones sociales levantiscas. Los del FIOB velan armas: si insiste en no dialogar y en su política "represiva", dicen, "vamos a lanzar una campaña binacional de desprestigio de este gobernador y haremos una protesta binacional".

En el cierre de su asamblea, los dirigentes hacen un recuento de arrestos, asesinatos, hostigamientos y el consabido llamado a que "el gobernador intervenga para frenar la violencia y la represión".

Pero a nadie debería extrañarle si a la mitad de su sexenio Ulises Ruiz devela un busto del Benemérito en Los Angeles.

Cascada de fundaciones

El informe de Rufino Domínguez es un recuento de acciones que dibujan las tareas del FIOB en ambos países, y también de la cascada de recursos que le otorgan diversas fundaciones gracias a la madurez que proyecta la organización indígena y a la habilidad de sus asesores.

A la asamblea, por ejemplo, todos los delegados de las Californias, de ambos lados, llegan en avión.

La Fundación Welfare y la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas del gobierno mexicano apoyaron un proyecto para educar a los agentes municipales en el manejo de recursos públicos (ramos 28 y 33).

Un proyecto de educación sobre derechos humanos, laborales y abogacía recibió el respaldo de la Fundación MacArthur y ha permitido capacitar a más de mil personas en Oaxaca y Baja California, además de mantener algunas de las oficinas del FIOB, que cuenta con representaciones en Juaxtlahuaca, Oaxaca capital, Huajuapan de León, Tijuana, Fresno, Los Angeles y Santa María. En todas trabaja más de una decena de personas que reciben salarios gracias también a las fundaciones.

Una parte del trabajo que culminó en el "plan estratégico" del FIOB se hizo gracias a las fundaciones Vanguard y Rockefeller. Esta última también ha otorgado recursos a un programa de "desarrollo de capacidad binacional" (computación, administración, contabilidad, diseño de proyectos).

En fase de arranque está un proyecto en la mixteca: horticultura, avicultura, artes y alimentos y cajas de ahorro, son algunas de las áreas que recibieron el apoyo de la Fundación Interamericana.

Sólo con cuatro de sus proyectos binacionales, dice orgullosamente Domínguez, "vamos a aportar a nuestras comunidades 628 mil 955 dólares".

La mayor parte de los recursos no los maneja el FIOB, sino asociaciones no lucrativas que ha creado ex profeso. En Estados Unidos, el Centro Binacional para el Desarrollo Indígena Oaxaqueño, Inc.

Ese dinero, se siente obligado a aclarar Rufino Domínguez, "no es para repartirse entre nosotros, es para educar, capacitarnos, prepararnos para defender nuestros derechos con inteligencia".

No cruzar los brazos

Bernardo Ramírez conoció al FIOB en 1989, cuando cumplió su cuota migrante en California. Fue y vino entre sus estudios y la necesidad de dinero. Ya con su título de abogado fue "otra vez a trabajar en las flores".

Actualmente forma parte del equipo que da servicios jurídicos gratuitos y asesora a las autoridades municipales del frente para que sepan pedir al gobierno estatal los recursos que les corresponden. "Muchos son migrantes y cuando regresan a cumplir sus cargos desconocen los programas ".

El equipo de abogados también auxilia a los migrantes que tienen problemas por los vehículos estadunidenses que han internado a México. "Todas las policías los friegan", dice el abogado.

El abogado habla también de las cajas de ahorro, a cargo del Consejo Regional de Mujeres, que ya funcionan en 12 comunidades, con la finalidad, muchas veces, de resistir mientras los maridos logran acomodarse en el otro lado.

Como muchas organizaciones migrantes, el FIOB hace sus pininos en pequeños proyectos productivos que alguna vez, dicen sus entusiastas, contribuirán a frenar la migración. Ramírez, quien vive a diario en pueblos que se vacían, admite: "Retener a la gente es muy difícil, pero no podemos quedarnos con los brazos cruzados".

El futuro de Oaxacalifornia

"Hasta hoy me quiero regresar pero ya es casi imposible... tengo una hija de 17 años", dice Odilia. Con excepción de una hermana que se regresó matrimoniada y de la abuela que la siguió, toda la familia de Odilia está en Los Angeles.

San Miguel Cuevas, el pueblo de Rufino, tenía mil 500 habitantes hace 20 años. Ahora sólo viven ahí 200 personas. "De todos los que nos hemos ido desde los cincuenta, sólo un señor ha regresado, puso una tiendita y ahí vive".

Oaxacalifornia va para largo.

Sobre todo por la creciente pobreza en las zonas de mayoría indígena de México. Incluso los que no se iban se van cada vez más. Como se ha documentado en estas páginas, los mayas yucatecos y chiapanecos ya le pegan muy al norte, igual que los mixtecos guerrerenses, grupos que antes no se aventuraban a cruzar la frontrera.

El investigador Ed Kissam estima que para 2010 los indígenas mexicanos serán 20% de los jornaleros en la ya mexicanizada agricultura del vecino.

Jonathan Fox y Gaspar Rivera-Salgado han hecho un detallado recuento (Masiosare 368, 09/01/05) de la presencia oaxaqueña en California: la Guelaguetza, una enorme liga de basquetbol, la proliferación de restaurantes oaxaqueños, el surgimiento de programas radiofónicos y de periódicos binacionales.

La última reserva laboral de México llegó para quedarse en Oaxacalifornia, Pueblayork y anexas.

La canción mixteca

Cada uno de los nuevos o ratificados dirigentes dice unas palabras. Odilia saluda en mixteco y Lázaro en purépecha.

Rufino pide la ratificación del "asesor binacional" Gaspar Rivera-Salgado, conductor clave de la asamblea y clave también en la relevancia actual del frente. Rivera-Salgado es sin duda el intelectual orgánico del FIOB. Ex profesor de sociología de la Universidad de California, es ahora consultor independiente en temas de migración.
Rufino completa el consejo de asesoría con el nombramiento del académico estadunidense Jonahthan Fox.

 

Otro acuerdo: el FIOB abandona "Mi linda Oaxaca" y decide que, "por ser más universal y no hacer referencia a ningún lugar específico", su único himno es la "Canción Mixteca".

La maestra Julita López entona, en mixteco, el himno del FIOB. Ella y su marido ­Tiburcio Pérez, quien ahora cursa un doctorado en España- fueron pioneros en la educación bilingüe y bicultural en Tijuana y San Quintín.

La mayoría de los asistentes no siguen la canción en mixteco. Pero luego dos centenares entonan en español esos versos de migrantes: "Qué lejos estoy del suelo donde he nacido..." Y así termina la asamblea del FIOB: "y al verme tan solo y triste..." La canción es bella pero miente: en el exilio de la sobrevivencia, el FIOB existe precisamente para que los indígenas de la diáspora no anden "cual hoja al viento".


Sabiduría de braceros


Fotografía: Eduardo Stanley

Hijo de un pueblo de braceros, Rufino Domínguez sabe de los sufrimientos de las generaciones anteriores de migrantes. Activista informado, conoce el funcionamiento de las visas de trabajo temporal (H2A) y es enemigo de la propuesta migratoria de George W. Bush. "No es un plan bueno, pues los trabajadores huéspedes no tienen derechos laborales ni humanos. Lo que se requiere es la legalización".

A cada rato, los indios del FIOB publican desplegados y hacen declaraciones contra la guerra, contra Bush y Schwarzenegger.

Pero también reparten en México: "Desaprobamos al presidente Vicente Fox por su falta de capacidad de negociar un programa de legalización".


Las lenguas del FIOB

Las lenguas que se hablan entre los militantes del FIOB son zapoteco, mixteco, español, inglés, triqui, mixe, nahua y chatino. Muchos hablan sólo una, otros dos y una pequeña franja, entre la que se encuentran algunos de los dirigentes "cultivados" -como les gusta decir a los del frente- son trilingües en español, inglés y su lengua materna. Son casos excepcionales.


Una dirección pluriétnica

La nueva dirección del fiob se integra "equilibradamente" con representantes de Oaxaca, Baja California y California. La novedad en el frente es la integración de un purépecha. Una mixe y una zapoteca completan el cuadro pluriétnico. Los jefes máximos, por supuesto, siguen siendo los mixtecos.