Usted está aquí: domingo 10 de abril de 2005 Cultura Revive en San Francisco el mural zapatista destruido en Taniperla

Compartiendo terreno con el alma beatnik, la pintura se vuelve parte de la ciudad

Revive en San Francisco el mural zapatista destruido en Taniperla

A siete años de su creación y ataque por parte del Ejército federal, la obra se ha vuelto contagiosa y surgen encarnaciones en EU y ahora en Cataluña, Brasil y Argentina

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Ampliar la imagen Quienes deseen conocer una reproducci�ompleta a color del mural original, podr�encontrarlo en el libro Una tierra para sembrar sue� Historia reciente de la selva lacandona 1950-2000, escrito por Jan de Vos, publicado por el Fondo de Cultura Econ�a FOTO Hermann Bellinghausen

San Francisco, California. En el callejón Jack Kerouac, que no mide ni 50 metros y une la amplia avenida Columbus y la populosa calle Grant del Barrio Chino, hay pintado un mural brillante que hace falta limpiarse los ojos para verlo bien. ¿Qué dejá vú hay en esta visión, rodeada de listones con los colores del arcoiris (la bandera gay, característica de esta ciudad), del mural Vida y sueños de la Cañada del Perla? Es, y no es el mismo que destruyó el Ejército federal el 11 de abril de 1998 en Taniperla, en la selva de Chiapas, al otro día de la instalación del municipio autónomo Ricardo Flores Magón, que este domingo 10 de abril cumple siete años.

Larga ha sido la vida del mural "destruído", que existe en diversas partes del mundo después de su fallida erradicación, y que ahora retorna a la selva Lacandona. El Zapata del retablo cabalgará de nuevo tras la montañas del municipio Flores Magón, mientras no ha dejado de hacerlo en el resto del mundo.

En North Beach, corazón de esta ciudad, por ejemplo, cabalga desde noviembre de 1999. A pocos pasos atraviesa Broadway, y a tres cuadras se levanta la pirámide (como llaman al rascacielos triangular que alberga las sedes de algunos de los bancos más poderosos del planeta), símbolo instantáneo del downtown y el distrito financiero de la bahía.

El mural de Taniperla ocupa la mayor parte de un costado de ladrillos de la célebre librería City Lights, fundada en 1953 por el poeta Lawrence Ferlinghetti, casa de mil batallas durante medio siglo, escaparate del movimiento beat, pero también de las luchas contra las guerras -de Corea en los años 50 a Irak ahora- y el apoyo a las causas justas, desde el rechazo al golpe de Estado en Guatemala en 1954, la Revolución cubana, Vietnam, el 68 y la caída de Allende en Chile, hasta el alzamiento zapatista, la liberación de Timor Occidental y la resistencia palestina.

Pero City Lights es, ante todo, "una biblioteca donde se venden los libros". Una editorial literaria y política completamente independiente. Un punto clave en el mapa mundial de la poesía. Una ventana a las resistencias particulares del globo, una trinchera local contra el macartismo, el reaganismo y el bushismo que hoy va tendido. Como el chaplinesco nombre lo indica, la librería es un faro para este puerto del Pacífico. Es casa de la libertad.

Aquí, con una gran fiesta que aún es recordada, centenares de personas inauguraron el mural zapatista a pocas semanas del año 2000. Allí estuvieron entonces Elaine Katzenberger, del equipo de City Lights Books (editora del libro pionero en inglés sobre el zapatismo Primer mundo: ja ja), Gary Gach (autor de muchos libros, entre ellos una popular guía de Budismo para idiotas) y Jeff Conant, así como la comunidad chicana de La Misión, los viejitos progre de Marin County, los comités de lucha de la universidad de Berkley y un montón de gente más.

A unos pasos, en la otra acera del callejón, el Café Vesuvio es un museo literario en uso, un bar tan mítico como la librería vecina. Desde la misma ventana donde se sentaba Jack Kerouac a escribir o ser importunado por los fans que querían verlo borracho, o bien reunirse con Allen Ginsberg, Gregory Corso, Lawrence Ferlinghetti y Kenneth Rexroth, hoy sirve de mirador privilegiado para contemplar el mural que fue destruído en Taniperla, al borde de Montes Azules, cuando la pintura estaba fresca todavía.

Rencarnaciones contagiosas

Otras rencarnaciones del mural han hecho apariciones espectaculares en Italia, Francia, Alemania, Estados Unidos y el Estado Español. Este fin de semana asomará en Cataluña, Argentina y Brasil. Y en La Culebra. Su destrucción lo volvió sumamente contagioso.

La versión sanfranciscana, que ya aparece en todas las guías turísticas de la ciudad, se permite un detalle que en 1999 tenía sentido: aprovechando una pequeña ventana tapiada con ladrillo que conserva los barrotes, los autores del mural retraron al dibujante y maestro universitario Sergio Checo Valdez, en aquel entonces preso en el penal de Cerro Hueco (junto con el concejo autónomo del municipio zapatista Ricardo Flores Magón); su "delito" era haber participado en la creación del mural.

Desde la celda alegórica, Valdez "suelta" largos listones de colores que van a dar a las faldas de las mujeres tzeltales en la ribera del Perla.

Arriba la noche estrellada y el día azul. En medio, hileras de insurgentes encapuchados asoman armados tras las montañas donde ya se mira el horizonte. Abajo, la escuela, las reuniones comunitarias, las milpas, las veredas, las casas de los pueblos. Tras ellos, el maestro Ricardo Flores Magón esparce semillas que extrae de su morral y Emiliano Zapata pasa en su caballo oscuro.

En el Vesuvio, James Joyce y los beatniks comparten los muros con Jefferson Airplane, Greatful Dead, Bob Dylan, Rimbaud, Martin Luther King y Dylan Thomas. El largo ventanal que da al Jack Kerouac Alley asoma a las riberas míticas del Perla.

Los campesinos reales del módico edén retratado en el mural de marras seguramente se sorprenderían de ver hasta dónde vino a parar lo que habían pintado en la casa municipal de Taniperla, antes del ataque militar y policiaco, antes de que la comunidad se convirtiera en lo que es hoy: un campamento militar y un pueblo en manos de los paramilitares priístas.

Desde el Café Vesuvio no es raro que alguien alce su vaso y cante La sal de la Tierra con los Rolling Stones: "Let's drink to the hard working people/Let's drink to the lowly of birth/Raise your glass to the Good and the Evil/Let's drink to the salt of the Earth" ("Brindemos por el pueblo trabajador/Brindemos por los de abajo/Alza tu copa por el Bien y el Mal/Vamos a brindar por la sal de la Tierra").

 
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