Usted está aquí: sábado 16 de abril de 2005 Espectáculos Taraf de Haidouks, de gitanos harapientos a virtuosos musicales

El grupo rumano actuará el 24 de abril en la sala Nezahualcóyotl

Taraf de Haidouks, de gitanos harapientos a virtuosos musicales

De no haber sido por el grupo, muchos de ellos hubieran muerto, afirma su descubridor Michael Winter

Presentarán en México el cuarto álbum de su carrera, Banda de gitanos

JUAN JOSE OLIVARES

Ampliar la imagen En su natal Rumania s�tocaban en bodas o celebraciones locales; ahora se presentan en todo el mundo

Taraf de Haidouks es una agrupación musical presentada como "la mejor banda de gitanos en el mundo", lo que puede ser corroborado por audiencias y críticos de muchos países de los cinco continentes, incluido México.

La verdad es que los oriundos de una zona marginada de la villa Clejani, cerca de Bucarest (Rumania), son músicos modestos-honestos que en 2002 hicieron estallar la sala Nezahualcóyotl con su energía gitana, su virtuosismo musical y la irreverencia de su alegría. Ahora regresan al mismo foro el próximo 24 de abril para presentar su cuarto álbum editado por Discos Corasón, Banda de gitanos, que compila tres conciertos que ofrecieron en Bucarest, donde hasta hace poco eran considerados "unos gitanos harapientos".

Clejani es lugar de origen de un sinnúmero de bandas de gitanos que amenizan bodas y celebraciones locales (gitanos que se dedican a otras actividades, pero no profesionalmente a la música). Esa música fue escuchada alguna vez por los belgas Michael Winter y Stéphane Karo, quienes, encantados, viajaron al lugar y grabaron en una cinta casera a una banda liderada por el viejo violinista Neculae Neacsu, pero con la intención de volver y hacer una grabación profesional.

Quisieron regresar, pero el régimen comunista de Nicolai Caucescu (1987-1989) se los impidió, debido a que los gitanos no eran considerados rumanos. Terminó el periodo comunista y muchos de ellos, grandes de edad y enfermos, iban a terminar sus días como la mayoría de los gitanos: en el olvido. Los musicólogos regresaron para sacar de gira a un conglomerado de varios de los mejores músicos de la región; el resultado fue Taraf de Haidouks, que editó en 1990 su primer disco con título homónimo.

"De niño, en casa de mis padres, escuché antiguas baladas de músicos gitanos. Decidí ir a Rumania, grabé a algunos, fue una experiencia loca. Luego del periodo comunista regresé a la villa con mi amigo Stéphane, reconocí a algunos de ellos, los grabamos y decidimos llevarlos a Bruselas. En octubre de 1990 organicé el primer tour. De allí han surgido una gran cantidad de historias sobre ellos en todos los continentes", relata vía telefónica Michael Winter.

"Su único trabajo era tocar en celebraciones o bodas. Pero para el más viejo, Neculae, pertenecer al grupo fue un nuevo comienzo, pues ya ni siquiera en esas fiestas lo contrataban, ya que estaba enfermo y quizá iba a morir. Ahora se siente un jovencito. Algunos otros quizá hubieran muerto, fue una oportunidad de trabajar de nuevo".

Banda de Malvados Honorables

Taraf de Haidouks -cuyo significado es algo así como Banda de Malvados Honorables- está integrado por 12 músicos de diferentes generaciones. Todos son originarios de Rumania, menos el clarinetista Filip Simeonov, gitano de Bulgaria. Todos son líricos y han adquirido los conocimientos por herencia familiar. Entre su acústica se pueden escuchar violines, acordeones, címbalos, flautas, contrabajos y voces.

Otros de sus discos son Honourable Brigands, Magic Horses and Evil Eye, Dumbala dumbala, y la historia de su vida ha sido plasmada en un largometraje (dirigido por Tony y Elsa Gatlif) y han tenido múltiples participaciones en otras cintas. Pero los Taraf no son profetas en su tierra. Son reconocidos en los cinco continentes; han tocado en foros al lado de músicos como Kronos Quartet, pero en Rumania son menospreciados.

"El problema en Rumania es que mirar ahora a los gitanos es algo muy pose. La cultura oficialista de Rumania se avergüenza de los gitanos como los de Taraf, pero sí presenta a otros en los canales oficiales, muy bien adornaditos para que den esa imagen. Hay un menosprecio hacia gente como los de Taraf, porque vienen de una villa; dicen que son sucios, analfabetas. Luego de ver los diarios de otras partes del mundo, ahora a los Taraf los quieren invitar a tocar allá".

-¿Aún hay ese tipo de racismo?

-El racismo es para todos no sólo para ellos. Cuando estaba la dictadura no había racismo porque no se escuchaba nada (ironiza Winter). En esa época no había gitanos, sólo rumanos, no había racismo porque todos eran considerados iguales, todos iban en el mismo barco, según decían. Cuando llegó la democracia la gente dijo: jodidos gitanos.

Como se dijo, son más reconocidos fuera de sus fronteras por públicos que raras veces comparten gustos musicales: europeos, latinos, asiáticos, gustosos de la música clásica, del punk, del jazz, de la música tradicional, etcétera.

"Es una historia común que las audiencias de distintas partes del mundo como las de Japón, Inglaterra o México, tengan una experiencia parecida. Y de esto hay diferentes lecturas. Lo que siempre encontrarás es un espectáculo espontáneo, total. El éxito radica en que es un espectáculo de gente común que realmente se ve auténtica. Para un país latino es más fácil entender esta sonoridad gitana, pienso que hay más cercanía, más que en Japón. Sin duda hay gente que se percibe más cercana, tal vez sea cuestión de personalidad de cada cultura. Podría decirse que en Inglaterra son más fríos, pero de igual manera reaccionan a su modo y los aceptan como tal", asegura Winter.

Antes de grabar su cuarto disco, los de Taraf estaban encantados de aparecer por primera vez en televisión en su país, pero se preocuparon por la exageración publicada en los titulares de un diario local que decía que el actor Johnny Depp les habría pagado 100 mil dólares por tocar en su club. "La mafia andará tras nosotros", dijeron.

Viajeros por naturaleza

En los meses que no están de gira -asegura Winter-, los músicos regresan a su tierra para participar en las celebraciones en las cuales se interpreta diferentes estilos gitanos, así como baladas épicas. "Los gitanos son viajeros por naturaleza, pero los de Taraf dicen cada tres meses ¿cuál es el siguiente tour?, pero cuando están en la gira ya quieren regresar a sus casas; extrañan los problemas de casa, a sus hijos y esposas. Cuando están en casa quieren viajar, cuando viajan quieren estar en casa", dice el musicólogo belga.

Regresan los gitanos con un interés especial en México debido a que en su reciente visita tocaron varias bandas oaxaqueñas mixes, que tienen un origen y vida similar a la de ellos.

"La música gitana quizá ha influido en Europa recientemente por una cuestión de moda, por algunas películas que llevan consigo música de este tipo. Pero en Europa, muchos músicos han sido influidos por este tipo de música. Pero sin duda, hay mucha identificación con los países latinos, por todas esas cuestiones de marginación.

Las presentaciones de Taraf son: el miércoles 20 de abril: teatro del Pueblo, Aguascalientes. Jueves 21 de abril: Teatro Diana, Guadalajara. Domingo 24 de abril: Sala Nezahualcóyotl, ciudad de México.

Lunes 25 de abril: Plaza Fundadores, San Luis Potosí. Martes 26 de abril: Sala Nezahualcóyotl.

 
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