Usted está aquí: domingo 17 de abril de 2005 Política Polevnsky y López Obrador, un proyecto en favor de los pobres

Arrancan campaña por el gobierno mexiquense y gira de resistencia

Polevnsky y López Obrador, un proyecto en favor de los pobres

La candidata de PRD-PT ofrece aplicar programas sociales similares a los del DF

Una multitud brinda apoyo al jefe de Gobierno del Distrito Federal, en Ecatepec

JAIME AVILES ENVIADO

Ampliar la imagen Leonel Godoy Rangel, presidente nacional del PRD; Andr�Manuel L� Obrador, jefe de Gobierno del Distrito Federal, y Yeidckol Polevnsky, candidata perredista a la gubernatura del estado de M�co, durante el arranque de campa�n Ecatepec FOTO Agencia MTV/Jos�lberto Rosales

Ecatepec de Morelos, Mex., 16 de abril. Ante unas 10 mil personas mojadas, rabiosas, gritonas y optimistas, Andrés Manuel López Obrador inicia su "gira de resistencia" para denunciar por todo el país la injusticia que está sufriendo, y Yeidckol Polevnsky Gurwitz arranca su campaña en pos de la gubernatura mexiquense. Dos personajes, dos empresas políticas, un solo proyecto, un acuerdo expreso y muy visible.

Para sacar a los priístas del palacio de gobierno de Toluca, donde llevan por cierto más de 70 años, y evitar al mismo tiempo que sean remplazados en nombre del "cambio" por algún otro panista boquiflojo y farsante, la candidata del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y del Partido del Trabajo (PT) -mismos que integran la alianza Unidos para Ganar- abre su juego poniendo tres cartas sobre la mesa.

Gobernará, dice, en torno de "algunos" compromisos. "Primero que nada, limpiar la casa, sanear las finanzas públicas, trabajar con un equipo confiable y honesto", palabras que auguran zafarrancho de combate contra la legendaria corrupción de la clase política mexiquense, que volvió escandalosamente multimillonarios, por ejemplo, a los socios de la mafia de Atlacomulco, pero que no causan tanto estrépito como la siguiente oración:

"Además, me comprometo a bajarle el salario a los nuevos gobernantes, y antes que nadie a la gobernadora", una promesa, ésta sí, que desata aullidos de júbilo, aplausos y cohetones, pero que puede resumirse en un solo concepto: austeridad.

En segundo lugar, prosigue la joven señora Polevnsky, "por el bien de todos, primero los pobres. Esto significa que aplicaré la política social que Andrés Manuel puso en marcha con tanto éxito en la ciudad de México, y lo haré en beneficio de los niños, los jóvenes, las madres solteras y las personas con capacidades especiales y, desde luego, se establecerá la pensión universal para todos los adultos mayores".

"¡Sí se puede!"

La gente responde bajo sus plásticos, sus paraguas, sus mantas, vociferando desde sus cachuchas y playeras negras y amarillas: "¡Sí se puede, sí se puede!"

En el templete baten palmas Leonel Godoy, Jesús Ortega, Ricardo Monreal, la diputada Marcela González y otra mujer del perredismo local, así como Oscar Yáñez, del PT, y Fernando Schütte, otrora dirigente de la megamarcha contra la inseguridad pública, que después de conocerlo terminó haciéndose muy amigo de López Obrador, mientras Fox se peleaba sin remedio con los demás animadores de aquel evento, diseñado en parte para acorralar al pejelagarto en su pantano.

Acometidas por los cohetones, las nubes de Ecatepec se sacuden y salpican nuevas oleadas de llovizna sobre la explanada del palacio municipal, a sólo unas cuadras del templo católico donde muchas mujeres y niños llevan más de una hora arreborujados en el atrio del pintoresco Millonésino Cepeda, el obispo golfista y taurino que vive y reina sobre las almas de aquí, en franco divorcio con los votos de pobreza que alguna vez expelió.

Vestida de saco y pantalón negros, camisa blanca y moñito antidesafuero en la solapa; el pelo rojo y abundante, peinado en lo alto con severidad; las cejas muy pobladas, los ojos dulces y persuasivos, las mejillas chapeadas con luz natural, la sonrisa grave y a la vez pícara, Yeidckol Polevnsky muestra sus habilidades en materia de conexión con el público, al interrumpir en repetidas ocasiones su discurso para hacer suyos los comentarios de la gente.

"A Andrés Manuel lo quieren sacar de la carrera presidencial quienes únicamente desean conservar sus privilegios", está diciendo con voz nasal y rítmica, pero alguien entonces le grita: "¡Es que no tienen madre!"

Ella corta la lectura, reacciona y confirma, con pudorosa timidez: "Es cierto, no tienen progenitora", pero articula esa frase inclinando la cara y haciendo un mohín tan chistoso que le arranca un aplauso más al auditorio.

Pejestrategia

A los lados del templete hay dos pantallas gigantes que reproducen alternadamente los rostros de Yeidckol Polevnsky y de López Obrador. El desaforado pero de ningún modo destituido jefe de Gobierno del Distrito Federal viste pantalón claro, chamarra beige, camisa de algodón amarilla cerrada hasta el último botón, y luce descansado, contento y tranquilo. No parece saber que una cámara de video lo encuadra a cada rato en close up. Sin embargo, mueve los labios, frunce las cejas, entorna los ojos como si actuara a propósito, acompañando con esos gestos los párrafos finales del discurso de la candidata, que ahora habla acerca del problema del agua y afirma y reitera que no descansará un momento hasta lograr que el agua llegue entubada a las casas y termine la distribución mediante pipas. Llevada por su entusiasmo, acuña un eslogan espontáneo: "¡Alto a las pipas, agua para todos!"

Acto seguido, se refiere a la educación y a la investigación científica y tecnológica, "indispensable para generar productos con valor agregado, si queremos salir del estancamiento", dice, mientras Andrés Manuel toma nota en un papelito, que guarda poco después cuando ella corona su alocución pidiendo vivas para la democracia, la paz, la justicia, la dignidad, el PRD, el PT, el estado de México y el país.

Entre renovados aplausos, sí-se-pue-des y cohetones, que otra vez ordeñan las nubes, el maestro de ceremonias anuncia a López Obrador, pero la gente ensordecida apenas se entera. De todos modos, Andrés Manuel se planta frente a los pequeños micrófonos, aparece inclinando la cabeza en las pantallas gigantes, colocando sus notas sobre el podio, alzando la vista, mojándose los labios con la punta de la lengua, aguzando la mirada antes de arrancar con una intensidad que no habrá de abandonarlo hasta la última línea de su pausada y enérgica arenga.

"Estoy aquí para defender mi derecho a votar y a ser votado, pero también para defender el derecho del pueblo de México a elegir a sus gobernantes. La canallada del desafuero no es sólo un agravio a mi persona, sino también un atropello a todos los ciudadanos del país", empieza blandiendo el índice de la mano derecha y despertando las primeras aclamaciones corales: "¡No-estás-solo, no-estás-solo!", que él mismo interrumpe deseoso de continuar.

"En México se acabaron los tiempos en que desde Los Pinos se decidía quién era y quién no el próximo presidente de la República. Ese ahora es un derecho del pueblo y nadie logrará que la historia de México retroceda al pasado como quieren nuestros adversarios..." La plaza repite: "¡No-estás-solo, no-estás-solo!"

Pero López Obrador trae en mente las palabras que vomitó Roberto Madrazo por la mañana, al inaugurar la campaña electoral del candidato priísta al mismo cargo que pretende Yeidckol Polevnsky. "Somos el partido de la propuesta, no de la confrontación, el partido del mensaje, y Enrique Peña Nieto está lleno de mensajes", gritó el cómplice mayor del golpe de Estado contra el gobierno de la ciudad de México. Ante semejante fanfarronada, Andrés Manuel responde:

"Con la canallada del desafuero nuestros adversarios pensaron que íbamos a caer en la provocación y a responder con la violencia. Pero se equivocaron. Nosotros no necesitamos la política de la fuerza sino la fuerza de la política, y no nos van a desgastar acusándonos de que nosotros provocamos la caída de la bolsa o la inestabilidad del peso; luchando pacíficamente junto a las grandes mayorías nacionales que nos apoyan, no permitiremos que nos hagan responsables por el fracaso de la política económica que durante más de 20 años ha desangrado a este país."

Receta sencilla

Una vez establecido lo anterior -un claro mensaje a los cada día más nerviosos mercados bursátiles-, se refirió a las ideas centrales del discurso de Polevnsky, a la importancia de los compromisos formulados por ella, que prometió aplicar en el estado de México la sencilla receta merced a la cual en los cuatro años recientes se convirtió en el político más exitoso del país: "Si hay austeridad, y no permitimos la corrupción, el presupuesto siempre alcanzará para cumplir los programas en beneficio de todos".

Este domingo, Andrés Manuel López Obrador estará en Chalco, el miércoles en Villahermosa, el jueves en Guadalajara, el viernes en Tepic, el sábado en Acapulco, el domingo siguiente en la marcha del silencio -del Museo Nacional de Antropología al Zócalo-, y el lunes 25, según su abogado Javier Quijano, volverá a despachar desde el cargo para el cual fue democráticamente electo el 2 de julio de 2000 al mismo tiempo que Vicente Fox.

 
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