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PETROSUR, ALGO MAS QUE RETORICA
18 de abril de 2005
La creación de una compañía petrolera integrada por los países de América del Sur no es idea nueva, aunque en las últimas semanas el tema suena cada vez más. La iniciativa está apoyada por Venezuela y, al menos públicamente, Brasil no la ve con malos ojos. Consideraciones comerciales han hecho que el proyecto marche lentamente, pero la ola de nacionalismo que recorre el subcontinente puede ser el combustible que lo impulse.

Jonathan Wheatley, Sao Paulo

CONTENER EL EFECTO
DE LOS ALTOS PRECIOS

Los precios del crudo permanecen elevados y volátiles. Para muchas economías esto tiene un efecto adverso en una serie de productos, más allá de la gasolina, diesel y gas. Pero no en la mayor parte de América Latina, o cuando menos en menor proporción.

Los tres mayores productores netos ­Venezuela, Ecuador y México­ se han beneficiado de los recursos obtenidos por los altos precios. El efecto más grande ha sido en Venezuela, donde el petróleo representa una cuarta parte del PIB y la mitad de las exportaciones. El impacto macroeconómico es menor, pero significativo en los otros dos países.

Del lado del consumidor, todas las naciones productoras cuentan con algún fondo de estabilización diseñado para protegerlos a ellos y a la industria de las variaciones violentas de los precios. En otros son comunes los controles de precios.

"En los tres países los fondos de estabilización no han probado ser un medio efectivo para neutralizar el ciclo de los precios", dice Paula Vieira de Cunha, economista para América Latina de HSBC en Nueva York. "En los tres casos el alza de los precios del petróleo ha coincidido con la expansión de parte del gobierno."

El ejemplo extremo es Venezuela, donde la integridad fiscal, las políticas y la supervivencia de Hugo Chávez dependen del precio del hidrocarburo por arriba de 30 dólares por barril. Los altos precios del último año han generado un flujo de dólares que ha sido usado por el gobierno central y no por la empresa petrolera.

Ecuador ha mostrado la misma situación aunque en menor medida. Da Cunha señala que México ha hecho un mejor trabajo en cuanto a la disciplina del fondo de estabilización con una menor parte de las ganancias derivadas al gasto público.

En otros países, los gobiernos han tomado distintas medidas para reducir el efecto negativo del alza de los precios. Argentina es el caso más sobresaliente, donde la vieja escuela peronista del presidente Kirchner le llevó a llamar a un boicot público de Shell cuando la compañía elevó en marzo los precios de la gasolina entre 2.6 y 4.2 por ciento para contrarrestar el alza del crudo. Las ventas de las 967 gasolineras de Shell cayeron 60 por ciento en los primeros días del boicot y a principios de abril revocó el alza de precios.

En Brasil Petrobras tiene un monopolio virtual de los derivados del crudo, principalmente por medio de la producción en refinerías propias. Los precios de esos derivados, como nafta y combustóleo, siguen a los del mercado internacional. Pero en el caso de la gasolina, diesel y gas que se venden a consumidores más que a la industria, existen fuertes controles. Cuando los precios internacionales suben, Petrobras subsidia a los consumidores. Pires señala que por esa razón, la gasolina es 17 por ciento más barata, el diesel 21 y el gas doméstico 30 por ciento de lo que deberían costar. La última vez que Petrobras ajustó los precios de estos productos fue en noviembre de 2004 aunque los precios del crudo han crecido 30 por ciento sólo en este año.

Hacia el fin de la década de 1990 y principios de esta, Petrobras se ha movido hacia los criterios del mercado. Desde que inició el gobierno del presidente Lula en 2003 los precios se han fijado con criterios políticos más que por imperativos comerciales. Esto ha causado tensión entre Petrobrás y el banco central  §
JW

"Hemos dado un paso importante hacia la formación de Petrosur", dijo el presidente venezolano, Hugo Chávez, el pasado 2 de marzo en Montevideo. Fue una declaración directa hecha en una ocasión especial. Chávez y sus colegas Luiz Inacio Lula da Silva, de Brasil, y Néstor Kirchner, de Argentina, estuvieron en esa ciudad para la asunción del presidente Tabaré Vázquez.

La reunión congregó a buena parte de la izquierda del continente. El sentido de camaradería era evidente. Argentina anunció que los tenedores de más de tres cuartas partes de sus bonos en situación de moratoria habían accedido a un pago de 25 centavos por dólar; Chávez, Lula y Kirchner declararon que desde ahora negociarían como grupo con el Fondo Monetario Internacional.

Chavez-da-SilvaLa declaracíon de Chávez sobre Petrosur capturó el tono de la reunión. Petrosur es un viejo sueño del venezolano. Significaría la fusión de las firmas petroleras de América del Sur, PDVSA (Venezuela), Petrobras (Brasil) y la que decidiera sumarse. Pero, como en otras cuestiones en esa reunión, la retórica puede superar las posibilidades de acción.

La reunión de Montevideo ocurrió dos semanas después de que Chávez y Lula celebraron en Caracas lo que se llamó la "alianza estratégica". Ambos convinieron la versión preliminar de un acuerdo entre Petrobras y PDVSA que cubre la cooperación técnica en biodiesel y etanol, transportación marítima y la construcción de una refinería en el noreste brasileño.

En este caso, también, la retórica fue relevante. "Lo que estamos haciendo aquí es concretar una aspiración de los que lucharon por la liberación de Venezuela y Brasil, que soñaron con dos naciones libres y soberanas", dijo Lula. "La solución para las economías de Venezuela y Brasil y otros países de Sudamérica no está en el norte ni del otro lado del océano, sino en nuestra integración."

Fue como si Chávez hubiera escrito el texto de Lula. Pero desde esa reunión ha persistido la confusión acerca de qué se acordó y qué se espera de ello. La Jornada en la Economía habló en Brasil con representantes de Petrobras, de los ministerios del Exterior, de Minas y de Energía. Cada uno pasó la pelota a los otros. Tras la reunión de Caracas, un ejecutivo de Petrobras dijo que la refinería se construiría en el estado de Pernambuco a un costo de 2.5 a 3 mil millones de dólares y que los trabajos se iniciarían en 10 meses. José Eduardo Dutra, presidente de Petrobras, redimensionó las cosas: los acuerdos fueron genéricos y excluyeron un presupuesto o una localización específica para la refinería.

Los analistas han cuestionado por qué Petrobras está planeando construir una refinería de petróleo en el sureste del país si es que quiere construir otra de modo simultáneo. "Si Brasil crece 5 por ciento anualmente hasta 2010, habrá una necesidad" dijo Adriano Pires, experto en el sector del Centro Brasileño de Infraestrutura en Río de Janeiro. "Pero si la economía crece al ritmo de los años recientes, no se necesita esa refinería."

Pires dejó entrever que hay poca lógica comercial en la cooperación entre Petrobras y PDVSA. Ambas producen petróleo crudo. Para alcanzar la mezcla adecuada en la refinería, ambas requieren importar crudo ligero. Petrobras no tiene razón de importar nada de Venezuela.

"La lógica detrás de una cooperación será política más que comercial", dijo Pires. Los precios de los derivados del petróleo en Brasil los fija el gobierno. Los precios del gas doméstico, por ejemplo, no han cambiado desde que Lula asumió la presidencia en enero de 2003, a pesar del incremento de los petroprecios. "Ninguna compañía tomará la decisión comercial de construir una refinaría en este clima", añadió. "El riesgo regulatorio es enorme."

Esto no significa que no ocurra. Hay una ola de nacionalismo en la región que, si gana ímpetu, podría desplazar las consideraciones comerciales. El petróleo, que está firmemente en el sector público, sería un instrumento ideal en términos políticos. Pero la política externa de Lula, que ha mostrado elementos de "tercermundismo", ha sido también consistente en materia comercial. Cualquiera que sea la retórica, Lula ha rechazado políticas populistas en aras de la responsabilidad fiscal. Las diferencias con Chávez son mayores que las semejanzas. La creación de Petrosur no es inminente  §

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