Usted está aquí: lunes 18 de abril de 2005 Cultura Con El mejor cazador termina Héctor Mendoza su serie de teoría actoral

Obra en la que el dramaturgo refleja la forma como se construye un personaje

Con El mejor cazador termina Héctor Mendoza su serie de teoría actoral

Mediante cinco piezas combina las ideas de Diderot y Stanislavsky; "y voy más allá", dice

CARLOS PAUL

Ampliar la imagen "Mi lucha es para que el actor mexicano tenga conciencia de lo que hace", dice H�or Mendoza FOTO Mar�Melendrez Parada

Con el texto teatral El mejor cazador, en el que se ve reflejada la manera en cómo se construye un personaje, el maestro, director y dramaturgo Héctor Mendoza concluye su teoría actoral integrada por cuatro obras más.

Considerado el "mejor texto teórico-teatral" de la serie que conforma toda su metodología, integrada por las obras Actuar o no, La guerra pedagógica, Creator principium y El burlador de Tirso, el maestro Mendoza en esta ocasión "relaciona mucho mejor la anécdota de la obra con la parte teórica, lo que hace que tanto la obra como su puesta en escena sea más visible y audible".

Muchos fueron los años de reflexión y experiencias que llevaron al también dramaturgo poder llegar a concluir su teoría actoral, que hoy se puede considerar un importante legado a la historia y trabajo escénico mexicano.

En Actuar o no, explica, se pone de manifiesto "lo necesario para saber qué es lo que sucede con el funcionamiento del actor, es decir, definir lo que es actuar, ponerse de acuerdo respecto de lo que va a ser la base, porque ya una vez definido qué es actuar se puede pasar a otra cosa".

Luego de ese breve texto, y aunque no está escrita en ese orden, le seguiría La guerra pedagógica, obra en la que se reflexiona sobre "dos singulares métodos actorales enfrentados. Mediante esa especie de conflicto la idea es hacer que el alumno reflexione sobre cómo llegar a tener un buen resultado escénico.

"Aquí, se tocan dos principios de entrenamiento actoral". Esta obra de teatro, comenta Mendoza, quizá sólo llegue a ser publicada, "pues es un texto dramático muy difícil de poner en escena, debido a que requiere de ciertas especificaciones que son un poco latosas para el público en general, no así para los interesados, por ello quizá sólo va a ser editada".

Después viene uno de los textos teórico-teatrales más aceptados por el público en su montaje, Creator principium. En esta obra, considera Mendoza, "vamos más allá de esos principios sobre la educación del interprete. Se aborda esencialmente el manejo de la creencia escénica".

Con El burlador de Tirso lo que se desarrolla "es el enfrentamiento con el personaje, la manera de construirlo. Esta obra resultó quizá la más teórica y poco anecdótica, lo cual fue difícil para el público al verla en escena".

Luego de esos textos, expresa el autor de Las cosas simples y Tema original y variación, "sentí que hacía falta un elemento más respecto de la creación del personaje, el cual se refiere sobretodo a esas líneas de pensamiento, que tiene todo ser humano, pero que en este caso las utiliza el actor para su desempeño.

"Son dos líneas de pensamiento, entre las que se oscila: una consciente y otra inconsciente, esa sería la propuesta teórica que se desarrolla en El mejor cazador".

El cuerpo completo de esta metodología actoral; "está basado tanto en Diderot como en Stanislavsky, y a lo mejor -dice Mendoza- fui un poco más allá que ellos, pues decidí exponerla mediante obras de teatro y no en un libro que a lo mejor nadie iba a leer. Diderot hizo su teoría en forma dialogada y Stanislavsky en forma novelada, lo cual da cierta amenidad; yo quise ir más allá y poner en escena mi teoría actoral que creo es donde le corresponde".

Como maestro Mendoza aprende mucho de sus alumnos y ellos de él, pero lo que aprende sobre todo de ellos es "qué posibilidades tienen como actores mexicanos para actuar mejor. En la actualidad -destaca- siento que los interpretes de nuestro país se inclinan más hacía lo stanislasvkiano, pero que no lo llegan a desarrollar del todo, en cuanto a estilo, porque Stanislavsky no sólo es un sistema educativo, sino también impone un estilo de actuación. Y es respecto a esto que tengo mis divergencias y mis propuestas".

No busco, concluye, "que las personas piensen como yo, pero sí que el actor mexicano tenga conciencia de lo que hace. Actualmente la lucha es por eso, porque el actor sea más consciente, pues todavía seguimos en cierta medida funcionando a la española, es decir, el actor improvisado, acientífico, más que el actor teórico y consciente de su quehacer escénico. Es hacía allá dónde todavía estamos caminando, creo que ya es hora de que el actor piense y eso poco a poco lo estamos logrando".

El mejor cazador cuenta la historia de un maestro de actuación y la manera en cómo se involucra con sus alumnos y cómo éstos se relacionan con la vida personal del docente, quien es invitado a participar en un montaje y a pesar de su gran amplitud de criterio, reacciona ante los celos, yendo con ello en contra de lo que predica en clase.

En esta obra el maestro Mendoza aprovecha para poner en escena ("pues nunca antes había tenido oportunidad"), algunas partes de Los cuernos de Don Friolera, de Ramón del Valle Inclán.

Con las actuaciones de Laura Padilla, Fernando Escalona, Sergio Alvarez y Pastor Aguirre, El mejor cazador será estrenada el próximo 22 de abril, a las 20 horas, en la sala Xavier Villaurrutia, del Centro Cultural del Bosque. Paseo de la Reforma y Campo Marte, atrás del Auditorio Nacional.

 
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