Usted está aquí: domingo 24 de abril de 2005 Cultura Intenso trabajo en el Auditorio para afinar Sueño de una noche de verano

El Ballet del Teatro de la Scala de Milán concluye hoy su gira por México

Intenso trabajo en el Auditorio para afinar Sueño de una noche de verano

ANGEL VARGAS

Ampliar la imagen Aspectos de la preparaci� ensayos del ballet de la Scala de Mil� En la �a gr�ca se ve a la primera bailarina Gilda Gelati en su camerino FOTO Jos�arlo Gonz�z

El viernes fue el día más agobiante para el Ballet del Teatro de la Scala de Milán desde que inició su primera gira por México, el pasado miércoles.

Los bailarines no bien terminaron de recuperarse de las dos funciones que han ofrecido de El lago de los cisnes, cuando debieron levantarse muy temprano para tomar una clase y enseguida dedicar gran parte del día para poner a punto Sueño de una noche de verano.

Tan intenso trabajo se debe a que la compañía italiana presentó este sábado la primera de las tres funciones de esa coreografía de George Balanchine, luego de haber ofrecido por la noche la tercera y última de El lago de los cisnes.

La producción de Sueño de una noche de verano resulta tan espectacular sobre el escenario como en los preparativos tras bambalinas. Así pudo constatarse ayer durante las varias sesiones de ensayo que tuvieron lugar desde las 10 de la mañana y hasta llegada la hora de la comida.

El despliegue humano en el Auditorio Nacional, donde se realizan las funciones, es impresionante, de locura.

Ultimas indicaciones

Mientras en el escenario los mánagers o entrenadores de los bailarines detallan con ellos y ellas cuestiones de técnica y expresión, y el director artístico Frédéric Olivieri da indicaciones desde las butacas, en el backstage no cesa el movimiento ni el ruido de escenógrafos, tramoyistas y demás personal técnico.

Dentro del coloso de Paseo de la Reforma pueden verse lo mismo hadas que mariposas, príncipes que gráciles y bellas mujeres que se transforman en pétalos de flor, o simpáticos ratones, seres de un universo onírico y poético que parecen desafiar la ley de gravedad y los límites del cuerpo humano.

Pero hay también personas reales, que lucen preocupadas o concentradas, o que dan instrucciones, o que mueven incansablemente de un lugar a otro utilería o diferentes aparatos y herramientas.

Es el entrecruce de dos universos, el real y el fantástico, que tienen el fin común de crear un resquicio de sorpresa, emoción, sentimientos y alegría que rompa con esta nebulosa, incongruente y no pocas veces jodida realidad, todo mediante el grácil arte de la danza y del no menos de la música.

La primera sesión de ensayo es con piano, y los bailarines se reservan lo mejor de su esfuerzo para más tarde, en cuanto las acciones son acompañadas por la Orquesta de las Américas y el Coro del Teatro de la Scala de Milán, considerado entre los mejores del mundo, todos bajo la dirección concertadora de Roberto Rizzi.

La forma de trabajar de la agrupación italiana es disciplinada y estricta, perfeccionista, cual debe ser, aunque sin el rigor extremo, casi castrense de lo que se ha podido ver, por ejemplo, en las pasadas visitas de los ballet Nacional de Cuba o el Kirov.

En este montaje de Sueño de una noche de verano entran en acción 32 niñas mexicanas que fueron seleccionadas ex profeso, y de cuyo entrenamiento se encargó el italiano Biagio Tambone.

Todas ellas muy lindas, disfrazadas de ninfas, disciplinadas y atentas a las instrucciones que les dan los maestros. Sus movimientos son delicados y armónicos en el escenario. Se dicen emocionadas y nerviosas. Viven un sueño en una mañana de primavera.

Hoy habrá dos funciones de esta coreografía, la cual cuenta con música de Félix Mendelssohn, a las 12 y 18 horas, en el Auditorio Nacional.

 
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