Jueves 5 de mayo de 2005
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Director: Alejandro Brito Lemus
Calidad de vida


Antirretrovirales e insulina
LAS COMBINACIONES RIESGOSAS


Más del 10 por ciento de la población mexicana vive con uno de los dos tipos de diabetes mellitus, afección que puede tener complicaciones para positivos al VIH bajo tratamiento antirretroviral.

En este artículo se detallan las maneras en que aparece la diabetes I y II y cómo hacer convivir el tratamiento anti VIH y el indicado para la diabetes.


Por Gabriela Hernández *


La diabetes se presenta cuando la glucosa en la sangre, también conocida como el azúcar sanguíneo o glicemia, es demasiado elevada y se encuentra por encima de los valores considerados como normales (70-110 mg/dl). En la sangre siempre hay glucosa, ya que el organismo la utiliza como fuente de energía, pero es perjudicial para la salud si se acumula en exceso.

La glucosa proviene de los alimentos y también puede ser producida por el hígado y los músculos y es transportada por la sangre a todas las células del cuerpo. Por otro lado, la hormona llamada insulina, producida por el páncreas, ayuda a la glucosa a introducirse en las células del organismo. Si el páncreas no produce suficiente insulina o si ésta no funciona adecuadamente, la glucosa no puede entrar en las células y se acumula en la sangre. Cuando la concentración de la glucosa sanguínea se eleva demasiado, por encima de los valores normales, se produce la diabetes.

Existen dos tipos de diabetes, la diabetes mellitus tipo I y la diabetes mellitus tipo II:

Diabetes mellitus tipo I
Las personas con este tipo de diabetes tienen capacidad nula o mínima para segregar insulina desde el páncreas y dependen de la administración exógena (inyecciones de insulina) para mantener compensada su carencia. Anteriormente llamada diabetes juvenil o insulinodependiente, generalmente se diagnostica en niños, adolescentes o personas jóvenes aunque pudiera presentarse a cualquier edad. La diabetes tipo 1 representa del 10 al 15 por ciento de todos los diabéticos.

Tratamiento
El paciente necesita inyectarse insulina. Existen distintos tipos, los más conocidos son: insulina lispro (Humalog), insulina regular premezclada, insulina ultralenta, e insulina NPH o lenta.

El médico decide cuál utilizar dependiendo el caso de cada paciente. Generalmente la ingestión de alimentos va de acuerdo al tipo y momento de inyección de la insulina. En general a estos pacientes se les recomienda que fraccionen sus alimentos en cinco comidas por día: desayuno, comida, cena y dos colaciones, una a media mañana y una a media tarde.

Cuando el paciente con diabetes tipo I comienza a tomar tratamiento antirretroviral contra el VIH, no se alteran ni se modifican las inyecciones de insulina, es decir, no existe una interacción que modifique tanto los niveles de insulina como la absorción de la medicación antirretroviral.

Diabetes mellitus tipo II
Es la más frecuente, representa del 85 al 90 por ciento de todos los diabéticos. Su tratamiento no depende obligatoriamente de la insulina exógena, aunque pudiera necesitarla para controlar las hiperglicemias. Esta forma de diabetes comienza generalmente con una resistencia a la acción de la insulina, en la cual, las células adiposas (donde se almacena la grasa), las musculares y las hepáticas no utilizan la insulina adecuadamente. Al principio, el páncreas le hace frente a esta resistencia produciendo más insulina. Con el tiempo, pierde la capacidad de secretarla en cantidades suficientes para mantener la glicemia bajo control y sobreviene la diabetes.

Tratamiento
Se controla principalmente con alimentación adecuada, que varía de acuerdo a la actividad física del paciente. El cambio en el consumo de carbohidratos debe ser el principal objetivo; tienen que eliminarse de la dieta azúcares simples (azúcar de mesa, miel, mermeladas, cajetas, refrescos, panes dulces, caramelos, chocolates) y sustituirlos por carbohidratos complejos ricos en fibra, pues una dieta alta en fibra disminuye la glicemia. También se recomienda fraccionar los alimentos en cinco comidas, con el objetivo de mantener controlados los niveles de glucosa. En algunos casos se utilizan medicamentos hipoglicemiantes, es decir, que bajan los niveles de glucosa. Ninguno de estos medicamentos tiene interacción con los medicamentos antirretrovirales.

El aspecto más importante a considerar en pacientes con diabetes y que comienzan a tomar tratamiento antirretroviral es que uno de los efectos secundarios de ciertos medicamentos es alterar los niveles de glucosa e inducir resistencia a la insulina, tales como algunos medicamentos del grupo de inhibidores de proteasa y algunos de la familia de los inhibidores de la transcriptasa reversa análogos a nucleósidos, como d4T y Abacavir. En pacientes con diabetes que tomen alguno de estos medicamentos hay que monitorear constantemente los niveles de glucosa y realizar pruebas de resistencia a la insulina cada año para ver que no se alteren debido al tratamiento antirretroviral. Lo ideal sería que los médicos no elijan este tipo de medicamentos en pacientes diabéticos, para que no se descontrole la enfermedad como efecto secundario del tratamiento.

 

Nutrióloga del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias