Jueves 5 de mayo de 2005
Director fundador: CARLOS PAYAN VELVER
Directora general: CARMEN LIRA SAADE
Director: Alejandro Brito Lemus
Editorial

A pesar del gran arraigo de la homofobia en el cuerpo de los individuos y de la sociedad, un nuevo consenso social comienza a formarse, según el cual el comportamiento enfermizo y patológico que amenaza la convivencia social no es la homosexualidad sino su contraparte: la homofobia, esa intolerancia y odio hacia quienes se inclinan amorosa y sexualmente por personas de su mismo sexo. La ecuación se ha invertido y la gente empieza a percatarse de ello: el enfermo no es el gay o la lesbiana que decide ordenar su vida sentimental y erótica de acuerdo a esa elección, sino quien padece aversión obsesiva contra esas opciones sexuales al grado de cometer todo tipo de agresiones contra esas personas.


Al igual que el racismo y el sexismo, la homofobia es un problema social que impide el acceso a la igualdad de derechos de un sector de la población. Pero a diferencia de las otras formas de segregación y discriminación, los estragos causados por la homofobia no han sido aún cuantificados. Debido a la exclusión de que son objeto las personas homosexuales, se carece de cifras y datos que den cuenta del daño producido. En amplios sectores las conductas homofóbicas aún gozan de legitimidad, incluso al interior mismo de las familias y las escuelas. Y en el peor de los escenarios, la transmisión del VIH/sida, la homofobia se ha convertido en el principal obstáculo para hacer frente a la epidemia, pues la población masculina con prácticas homosexuales es la principal afectada.
Resulta muy alentador que cada vez un mayor número de instituciones y organizaciones civiles se involucren en el tema. La campaña contra la homofobia emprendida por el Conapred y el Conasida ha sumado apoyos de diversos sectores, ubicados más allá de la comunidad gay. Se trata de un primer esfuerzo que deberá sostenerse y encontrar continuidad para garantizar al largo plazo un verdadero impacto.