Usted está aquí: domingo 8 de mayo de 2005 Opinión BAJO LA LUPA

BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

"Escenario Halevy" y balcanización de Irán y Arabia Saudita

LA TEOCRACIA CHIITA de Irán ha sido la gran triunfadora de las dos guerras que ha librado el eje anglosajón en Afganistán e Irak bajo la coartada del montaje hollywoodense del 11 de septiembre, donde el gran perdedor ha resultado el sunnismo. Esta crucial premisa teológico-geopolítica debe servir de anclaje mental para no extraviarse en los meandros desinformativos que intentan ocultar lo obvio, cuando se escudriñan los hechos y no la verborrea.

MIENTRAS EN AFGANISTAN fue reinstalada la narcocracia que exporta la mayor cantidad de opio (de donde proviene la heroína y la morfina) del mundo (Andrew North; BBC 05/05/05), en Irak no solamente está a punto de instalarse una teocracia chiíta aliada de Irán, sino, sobre todo, el sensible ministerio del petróleo del nuevo gabinete recayó en manos del chiíta posmoderno Ahmed Chalabi, un criminal convicto en Jordania por sus fechorías bancarias, y hombre de todas las confianzas y fianzas de los neoconservadores Paul Dundes Wolfowitz y Richard Perle, los diseñadores de la invasión ilegal a Irak. En realidad, Chalabi simboliza la bisagra entre la dupla Cheney-Bush y la teocracia de los ayatolas chiítas de Irán, que en algunos rubros han reanudado sus añejos vínculos del putrefacto Irán-Contras de la década de los 80: la triangulación crapulosa entre Reagan (y su vicepresidente, Bush padre), el premio Nobel de la Paz (sic) al israelí Shimón Peres y la contra nicaragüense, cuando se permutó cocaína por armas de contrabando.

DE CIERTA MANERA ha retornado al poder en Washington toda la fauna del Irán-Contras cobijada por los Bush, padre e hijo: desde el británico-estadunidense John Dimitri Negroponte, supremo espía global, hasta el criminal convicto Elliot Abrams, ahora encargado de la agenda "democrática" (¡super-sic!) para el planeta con olor a estupefacientes. También se deduce que los ayatolás chiítas son grandes maestros en el tablero de ajedrez geopolítico.

EL 99 POR CIENTO de la casuística sobre el proyecto nuclear iraní, de predominante pensamiento lineal, afirma la inminencia de una guerra para junio, ya sea encabezada por Estados Unidos o mediante un ataque unilateral de Israel al estilo del bombardeo del reactor iraquí Tammuz-Osirak en 1991, que inició de facto el concepto de "guerra preventiva". El ex marine Scott Ritter, anterior jefe de inspectores de la ONU en Irak, quien sentenció correctamente la inexistencia de "armas de destrucción masiva" (Salon; 19/03/02), luego de fustigar que las elecciones en Irak habían sido "confeccionadas", acaba de asegurar que Bush había firmado en secreto una "orden presidencial" para atacar las plantas nucleares de Irán en junio, y que los neoconservadores piensan ocasionaría el "cambio de régimen en el rico país petrolero de 70 millones de habitantes" (Mark Jensen; UFPPC; 19/02/05), lo cual vendría a refrendar las filtraciones de Seymour Hersh, consagrado investigador de la revista The New Yorker ("Las guerras que vienen"; 17/01/05). ¿Por qué en junio? ¿Por la mayor claridad celestial o por las elecciones presidenciales del 17 de junio donde el clérigo Rafsanjani parece ser el favorito del complejo sistema esotérico chiíta?

MICHEL CHOSSUDOVSKY, feroz economista de la Universidad de Ottawa, detalla extensamente el escenario ominoso de una guerra de Estados Unidos e Israel contra Irán, que incrusta en el contexto de una guerra global contra Rusia, China y la Unión Europea con el fin de "militarizar la cuenca del mar Caspio, lo que llevaría eventualmente a la desestabilización y a la conquista de Rusia" ("Planeado ataque estadunidense-israelí contra Irán"; Global Research; 01/05/05). No hay que tomar a la ligera los lúcidos asertos de Chossudovsky, pero quizá sobredimensiona el poderío militar de Estados Unidos que se encuentra "sobre-extendido" en varios teatros bélicos, además que una guerra contra Irán no sería un paseo veraniego.

DEBKA WEEKLY (22 de abril y 6 mayo 05), que no pocos analistas señalan como vocero oficioso del Mossad, los célebres servicios secretos israelíes, asegura que la "intifada primaveral en Khuzestán, la región más rica en petróleo de Irán, es un operativo de la CIA y el MI6" (servicios secretos británicos), amén de preparar la secesión de los kurdos de Irán.

TAMBIEN CON MENTALIDAD balcanizadora, pero con diferentes instigadores, Geostrategy-Direct (04/05/05) de la publicación World Tribune, con sede en Washington, amarra navajas entre sunnitas y chiítas, específicamente entre Arabia Saudita e Irán, y asevera que la Casa Real habita por encima de los arreglos en energía y seguridad, y con el apoyo de Estados Unidos (sic), "alienta disturbios con la minoría árabe" de la antigua Persia en la provincia de Khuzestán, como represalia por el apoyo de Irán a la minoría chiíta en Arabia Saudita.

DESDE OTRA PERSPECTIVA alejada de la intoxicación desinformativa de los multimedia anglosajones, los astutos estrategas chinos -quienes hace mucho no se comen los cuentos texanos y que han realizado estratégicas inversiones petroleras y gaseras con la teocracia de los ayatolas chiítas de Irán-, sin excluir la posibilidad de un ataque quirúrgico a las plantas nucleares de Irán, y luego de enumerar los múltiples inconvenientes de otra aventura militar estadunidense, aducen que "Estados Unidos ha lanzado una guerra sicológica para presionar a Irán con el fin de que obedezca mediante amenazas" (El Diario del Pueblo; 24/01/05). Bajo la Lupa se inclina también por el escenario de guerra sicológica y, a lo sumo, por una operación quirúrgica de Estados Unidos y/o Israel como ha propalado Edward Luttwak (The Daily Telegraph; 23/0105). El problema es que Irán jugará exquisitamente al borde del precipicio para sacar el máximo de beneficios, lo cual podría sacar de sus casillas a los nerviosos texanos.

EN ESTE CONTEXTO, nada menos que Ephraim Halevy, anterior jefe del Mossad y ahora consejero en seguridad nacional del primer ministro, general Ariel Sharon, en un extenso artículo de corte hermeneútico, esboza la "Pax Americana que viene" para el Medio-Oriente (Haaretz 23/04/05). Luego de comentar el "amplio fracaso estratégico" del juvenil presidente Bashar Assad, por lo que "pagaría un alto precio y, quizá aún la pérdida del poder" en Siria, refiere que Líbano será el "centro de atención internacional" donde colisionará la influencia de Francia y Estados Unidos con la de Irán, mientras se derrite la de Siria. La parte más visceral de su texto se lo dedica a Arabia Saudita, "un gobierno de 5 mil príncipes que alentó el fundamentalismo islámico", donde un "escenario aterrador" puede llevar al establecimiento del "estado de Al-Qaeda" y su consiguiente balcanización. No es ningún secreto aseverar que este "escenario aterrador" (sic) es con el que sueñan los neoconservadores straussianos y el Mossad. Halevy reconoce que "Estados Unidos se encuentra desgarrado (sic) entre la necesidad inmediata de asegurar el flujo del petróleo, mientras mantiene lazos estrechos con el gobierno existente (sic) en Riad". Viene la parte más seria del escrito: "Estados Unidos no tiene otra opción que profundizar (sic) su presencia en el Medio Oriente" el "tiempo necesario" por "10 (sic) o más años", además de ejercer un "fideicomiso político tutelar en las porciones gobernadas por la Autoridad Nacional Palestina", y recuerda que el ejército estadunidense "permaneció (sic) en Europa por más de 60 años después de la Segunda Guerra Mundial". Aunque las tropas de ocupación de Estados Unidos todavía siguen en Europa y Japón, la equivocación de Halevy no es relevante, quien delata su inclinación subliminal hacia la teocracia de los ayatolas chiítas de Irán, a quienes no toca ni con el pétalo de una rosa. Sobre el "proyecto nuclear" iraní, refiere que las "nuevas condiciones regionales no le favorecen", sumado del "asedio internacional" del trío europeo (Gran Bretaña, Francia y Alemania) y Estados Unidos, lo cual en su conjunto "favorece a Israel". Llama la atención que no considere a Rusia, proveedor de la tecnología nuclear iraní y se entusiasma con la situación internacional sobre el proyecto nuclear de Irán: "este es el experimento más fascinante (sic) y significativo (sic) que tiene lugar en la actualidad conforme Irán trata de zafarse de la presión internacional", y es "posible que la sorpresa favorable en los años venideros sea la contención (sic) de Irán y la neutralización (sic) del peligro que significa para Israel". Queda claro que una "contención" no es una guerra, pero tampoco define el significado de "neutralización". Concluye que Bush ha apostado todo en la "hoja de ruta" para resolver el contencioso palestino basado en el plan del príncipe heredero saudita Abdalá de 2002, y asienta que la "configuración del Medio Oriente estará ligada a la preservación (sic) del poder y a la presencia (sic) de Estados Unidos en la región (...) La retirada (Nota: no especifica, pero se infiere que por lo mínimo sea de Gaza) será el primer (sic) eslabón de la cadena que configurará las fronteras permanentes (sic) de Israel. La continuación (sic) será decidida en tres años (Nota: se infiere que sea por el fin del periodo bushiano) no solamente por el equilibrio de fuerzas entre Israel y sus vecinos, pero en gran medida por los resultados (sic) en las otras campañas (sic) que se escenifican en nuestro entorno".

PESE A LOS TRIUNFOS "democráticos" de Estados Unidos en Líbano y, quizá, en Siria, ¿cómo afectará la "continuación" de la retirada israelí en Cisjordania y, quizá, en el Golán sirio, el empantanamiento de Estados Unidos en Irak (Martin Sieff; The Washington Times; 03/0505), ya no se diga en Afganistán?

SI LOS PATRONES de conducta recidivistas reflejan la realidad mucho más que la verborrea, entonces, habría que sopesar el escenario más creíble que se perfila en el hipercomplejo Medio Oriente detrás de la espesa humareda desinformativa y su modalidad de guerra sicológica. En lo concerniente a Israel, pareciera que la balcanización de Arabia Saudita antecede a la de Irán, mientras que respecto a Estados Unidos pareciera al revés. ¿Qué balcanización empezará primero?

 
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