Usted está aquí: viernes 13 de mayo de 2005 Opinión ASTILLERO

ASTILLERO

Julio Hernández López

Relojerías

El Tiffany de gobierno

Tiempos panistas

Maratones y Cortes

EZLN vs. Inter, ¿en CU?

A FALTA DE MEJOR entretenimiento, los relojes políticos han sido puestos a funcionar con intencional falta de sincronía, de tal manera que, a la hora de la hora, nadie sepa con certeza el momento de la verdad. La relojcracia de efímera moda comenzó con un descubrimiento sensacional hecho por la publicación que de manera habitualmente enfermiza (crónica, pues) ataca a Andrés Manuel López Obrador. Según el Salinews, el señor López es una especie de potentado de clóset, un millonario clandestino que estaría siendo delatado por el error de llevar en la muñeca una máquina de medir el tiempo de costosa marca. "¡Al ladrón, al ladrón!", gritan los saqueadores de la riqueza nacional, entusiasmados porque al fin creen haber encontrado un indicio material de deshonestidad en quien se asume defensor de los pobres pero porta un Tiffany nada proletario y, además, ¡horror!, viste trajes Hugo (Cha)Boss. (Enloquecidos como es-tán, los adversarios de A. M. Lo insinúan la posibilidad de iniciarle a éste una especie de juicio de desafuero con pulsera por haber aceptado el comprometedor regalo de parte de la familia de un colaborador inmediato.)

NADIE EN SUS CINCO SENTIDOS debería darle mayor atención a esa argucia que al mismo Cronos le parecería fuera de tiempo, pero el reloj que en vez de cucú lleva un pejelagarto debió salir al paso a subastar como en vagón del Metro la pieza impugnada y a ofrecerla próximamente en rifa a los reporteros que con mucha dignidad rechazaron la oferta de un chayote con manecillas. La insólita historia del reloj cándidamente regalado (por la familia Buenrostro) y el ex presidente desarmado (o sea, provisionalmente sin armas, luego de que se le cayó la del desafuero) pareció caer de perlas a Santiago Creel y a Felipe Calderón, quienes con rapidez se treparon al carrusel mediático.

QUERIENDO SER SIMPATICO y revelando a la vez una vena humorística tan plomiza como la que en su momento mostraba Ernesto Zedillo, el relojito de Bucareli también bromeó sobre el tema, a sabiendas de que junto con Roberto Cantoral debe pedir que ya no sean marcadas las horas, porque el rating se acaba, pues no será lo mismo hacer campaña como secretario en uso de recursos públicos y con reflectores propios del cargo, que ya sin el peso de la charola (por más devaluada que esté) de Gobernación. Santiaguín, que el 1º de junio conmoverá a la nación cuando anuncie la fecha en que dejará el hueso, se ha reunido en una especie de sesión de traspaso con la Marigol del gabinete foxista, la señora Josefina que está puesta para entrar a un relevo muy disputado. El tal Felipillo, siempre se-riecillo, siendo según eso una especie de herederillo de glorias doctrinales panistas, también le entró al batidillo de la Semana del Reloj, convocando incluso al marchante Andrés Manuel a que ya deje de desfilar.

EL ESPOSO DE LA SEÑORA Marta, mientras tanto, anda bien metido en su propio maratón (según eso carretero, que no es lo mismo que a las carreras). Entre zancada y zancada, el corredor guanajuatense sigue riñendo con el populismo y sus innombrables practicantes. En el ajetreo atlético, el maratonista patrocinado por la Coca-Cola ya ni siquiera distingue hacia cuál meta se dirige, pues aparte de los dardos tradicionales contra pejes no identificados, ahora se ha lanzado contra alguien con quien había hecho el uno-dos, el ciclista Ernesto Zedillo, contra cuyas políticas ¡también populistas! se lanzó el licenciado Fox, al igual que contra rescates bancarios, carreteros y demás transas que ahora señala el buen Vicentín como si fuese candidato de lo que se da en llamar izquierda o como si fuese un ciudadano inconforme y no quien formalmente preside a la nación. Y, a propósito de formalidades, la ca-baña presidencial está insistiendo en que es absolutamente legal el uso de recursos públicos para la oficina de apoyo a la llamada primera dama. Legal, tal vez, pero no legítimo ni ético. Un abuso como el que se ha vis-to en cuatro años y medio de matriarcado no puede ser válido sólo porque clavadistas ambiciosas aprovechen las lagunas legales para darse un enriquecedor chapuzón sexenal (junto con sus hijitos, desde luego).

A LAS SEIS PARA LAS CINCO (el ministro a domicilio, Mariano Azuela, fue la manecilla definitoria), la Suprema Corte también muestra sus horarios sin concierto. Mira hacia el pasado, reivindicando la facultad del Presidente de vetar el presupuesto federal que fuese aprobado por la Cámara de Diputados pero, al mismo tiempo (reloj de sol en espera de iluminación venida de las alturas), deja para el lunes venidero la puntualización de los alcances específicos de la medida, abriéndose la posibilidad de que el aparente paso dado ayer pueda ser un retroceso, o un embrollo, mañana y en el futuro anualizado de los citados presupuestos y los eventuales vetos sobrevivientes.

EL TIFFANY DE GOBIERNO, mientras tanto, dedica su tiempo oficial a dirigir campañas electorales en otras entidades y a preparar sus promesas de campaña electoral, agotado ya el espacio real del poder capitalino, convertido todo en simple espera con recursos públicos para inauguraciones y anuncios, en pretexto mañanero para declaraciones. Ni siquiera hay suspenso como, por ejemplo, en los anuncios que ya cansan del procurador de Justicia del estado de México, Alfonso Navarrete Prida, que ahora lleva su novela sobre el asesinato de Enrique Salinas de Gortari por senderos literarios que sólo buscan escándalo, que a la vez enturbie o tape lo verdaderamente importante.

ASI PASA EL TIEMPO, con lectores que envían porras o desafectos por la confesión chivista y santera de este tecleador, y con comentarios diversos respecto del partido intergaláctico venidero, para el cual la lectora Victoria Nufar ([email protected]) propone que el encuentro entre la se-lección nacional del EZLN y el Inter de Milán se realice en el estadio de los Pumas, territorio universal y autónomo. Y mientras este tecleador platica aquí sobre el Comité de Lectores en Defensa de La Jornada San Luis, que se acordó el miércoles y se instalará el próximo martes en la capital potosina, ¡feliz fin de semana!

Fax: 5605 2099 * [email protected]

 
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