Usted está aquí: lunes 23 de mayo de 2005 Política La Escalera Náutica, proyecto fantasma

Obras suspendidas, pese a la inversión de $386 millones

La Escalera Náutica, proyecto fantasma

FABRIZIO LEON DIEZ ENVIADO

Bahia de los Angeles, BC. Bahía de Los Angeles es uno de los peldaños de la Escalera Náutica; el otro es Santa Rosalillita, que da hacia el océano Pacífico, donde se prevé la construcción de una carretera de 134 kilómetros de largo, por el cual se transportarán yates y veleros para depositarlos en el Mar de Cortés. Sin embargo, las obras están detenidas.

En esta bahía no sólo se planea un parador náutico -donde atracarán hasta 50 embarcaciones- con muelle, hotel, restaurante, mantenimiento y tiendas, sino también, a largo plazo, un centro para el desarrollo de "una marina turística, con capacidad para 500 naves en agua y 400 en seco, terrenos urbanizados y campos de golf, para lo cual se necesitan 330 hectáreas" que linden con la playa, según información de Fonatur.

Ubicada en el paralelo 29 sobre el golfo de California, Bahía de los Angeles tiene una belleza que impacta. Surge en medio de un desierto poblado por enormes cirios -especie de cactos- verdes. Su mar es de un azul intenso, y frente a las costas, como si flotaran, varias islas componen un archipiélago presidido por la isla Angel de la Guarda, magnífica porción de tierra seca que a la distancia parece un enorme lomo de ballena. Es un pequeño poblado de alrededor de mil habitantes, que tiene en su costado la reserva Valle de Cirios, residencia del borrego cimarrón.

Aquí viven una temporada las ballenas azul y de aleta. En verano habitan sus frías aguas los tiburones ballenas, miles de delfines y cinco de las siete especies de tortugas que habitan en el planeta. Zona de almejas y peces lenguados, esta bahía, con playas pedregosas y atardeceres y madrugadas alucinantes, ha sido considerada la "segunda ensenada natural más hermosa" de la península, por Fernando Jordán, el periodista más documentado en Baja California, quien en 1950 acuñó la idea de que esta región es "otro México".

Sus habitantes tenían como principal problema el abasto de agua potable y los altos costos por la generación de energía eléctrica. Ahora enfrentan una nueva preocupación: que les expropien sus tierras para la Escalera Náutica. De todos estos planes poco saben los dueños de gran parte del terreno.

A los 86 ejidatarios de la zona les preocupa que aquí se repita la experiencia de los comuneros de Huatulco, Oaxaca, o de los ejidatarios de Loreto, donde los desarrollos turísticos creados por Fonatur "han sido elefantes blancos", según los califican especialistas de El Colegio de México.

También les irrita que en el mapa que aparece en la página de Internet donde Fonatur ofrece el proyecto a los inversionistas se haya cambiado el nombre de Bahía de Los Angeles por Coronado, denominación de una de las islas del archipiélago. "¿No los podríamos demandar por cambiarnos el nombre?", preguntó uno de los integrantes del ejido Tierra y Libertad, durante la entrevista que sostuvo La Jornada con varios de ellos.

Francisco Savín Smith, presidente del Consejo de Vigilancia, advirtió que "Fonatur no ha venido a invitar al ejido a participar en el proyecto. Esto no es fomento del turismo. Lo que quieren es expropiarnos una tierra para la Escalera Náutica, supuestamente como de utilidad pública. Es lo que hace Fonatur, no nos invita a estar en el negocio, trae inversionistas y pone en marcha el proyecto.

"No estamos en contra de la inversión, sino que nos oponemos a la forma en que se realiza. Hablamos del patrimonio de nuestros hijos y nietos. Ese es un punto clave. No estamos de acuerdo con los procedimientos que el gobierno federal ha utilizado para desalojar y despojar de sus tierras a ejidos en Huatulco o Loreto."

Interviene Raúl Espinosa Pérez, presidente del comisariado ejidal: "nosotros somos los dueños de las tierras y nunca se han acercado para decirnos, '¿quieren que hagamos una marina o el puerto de abrigo?' Jamás. El Fonatur me provoca duda, porque fomento turístico no hace. Es como una empresa privada que se vale de medios económicos del gobierno para hacer negocio y despojar a la gente" .

La marina de los Grossman

Hace 20 años, la familia Grossman inició los trámites para construir una modesta marina frente al pueblo. Teresa Grossman sabe del negocio, es presidenta de la Asociación de Marinas de México y dueña de la marina del puerto San Carlos, en Sonora, cuyo prestigio es notable: dio vida al pueblo.

Luego de años de trámites, el 13 de mayo de 2004, el Diario Oficial de la Federación publicó el título de concesión en su favor para operar la marina de Bahía de los Angeles. En este proyecto la familia Grossman ha invertido alrededor de 500 mil dólares, lo cual contrasta con lo que ahora el Fonatur prevé destinar para la rehabilitación de 11 marinas: alrededor de 45 millones de dólares (500 millones de pesos).

Tras realizar largos y engorrosos trámites para concretar su obra, los estudios de impacto ambiental fueron rechazados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), pues, se presume, este proyecto nunca fue de la simpatía del director del Fonatur, John McCarthy: obstaculizaba los planes para la construcción del parador y centro náutico que a mediano plazo se prevé ofrecer como franquicia del proyecto Mar de Cortés-Escalera Náutica y vender en cifras aún desconocidas.

Alerta entre ejidatarios

Lo que ocurrió con los Grossman ha puesto en alerta a los ejidatarios. "Es absurdo. Desde hace 20 años el proyecto es de los Grossman. El Fonatur, en pocas palabras, se los arrebató y lo magnificó a escala regional, involucrando a cuatro estados y cometiendo un atropello. Cuando los Grossman realizaron el trámite para hacer la marina y el puente terrestre, entre Santa Rosalillita y Bahía de los Angeles, fue cuando Fonatur se agenció la idea y se la vendió a Vicente Fox", afirma el oceanólogo Antonio Reséndiz, militante ecológico, ejidatario y ferviente naturista que hace 25 años vive aquí.

Añade: "académicos y biólogos de algunas partes del mundo están preocupadísimos de lo que se vaya a destruir. A este lugar hay que dejarlo como está: silencioso, natural y sin basura. Sí, hay que conseguir recursos económicos, pero para dejarlo así y para atraer turismo inteligente, respetuoso".

Por su parte, Teresa Grossman cuenta a La Jornada: "El puente terrestre fue idea de mi marido desde 1992. Compramos un terreno en cada una de las partes y empezamos a hacer todos los trámites para pedir la autorización de impacto ambiental. Ya que íbamos a empezar la obra nos la cancelaron porque la Secretaría del Medio Ambiente decidió que no debía haber una marina en Bahía en los Angeles, aunque ya me habían dado dos autorizaciones de impacto ambiental. Después de 10 años tengo paralizado el proyecto. No fue suficiente el permiso de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), porque siempre pone como condición que lo apruebe la Dirección de Impacto Ambiental. Aun cuando ya teníamos dos autorizaciones, me dijeron que no podía empezar la obra".

-¿Es el mismo proyecto con que iniciaba la Escalera Náutica operada por Fonatur?

-Es un proyecto nuestro de más de 20 años, e inclusive yo había dado asesoría al Fonatur. Pero este sexenio no hay mucha comunicación entre nuestra asociación de marinas y el Fonatur.

"Nosotros platicamos de una asociación para el puente terrestre. Se suponía que lo íbamos a hacer conjuntamente, por lo que en esa reunión se firmó un convenio de Escalera Náutica, en el que Bahía de Los Angeles era uno de los puntos donde se iba a construir una marina. Todo firmado por el Presidente, seis secretarios de Estado y cuatro gobernadores. Y a la fecha no se ha hecho nada.

"Sólo pensábamos hacer una rampa de botado para embarcaciones en Santa Rosalillita, y de ahí llevarnos las lanchas a Bahía de los Angeles por carretera. Originalmente teníamos planeada una rampa y espacio máximo para 100 embarcaciones, pues no pensamos hacer crecer el proyecto hasta que no hubiera demanda.

"Posteriormente el Fonatur nos propuso asociarnos con él para crear un parador náutico y solicitamos la concesión de la SCT para 504 espacios, pero porque nos íbamos a asociar con el fondo, pero después la dependencia nunca firmó con nosotros y empezaron a difundir y publicar que era un proyecto de ellos. La última vez que platicamos me dijeron que el puente terrestre lo iban hacer desde Santa Rosalillita a un lugar que se llama Coronado, en un sitio que se conoce como La Gringa y que está al norte de Bahía de los Angeles, pero ya no conmigo, y luego me cancelaron los permisos y me dijeron que en Bahía de Los Angeles no puedo hacer nada.

"Si no fuera por la intervención del Fonatur, nosotros ya hubiéramos iniciado el paso de las embarcaciones. No entiendo por qué cuando Fonatur se enteró de que nosotros teníamos el proyecto del puente terrestre, los permisos y el dinero para hacerlo, John McCarthy decidió invertir dinero del gobierno cuando ya había inversionistas dispuestos a arriesgar su capital en el mismo proyecto."

-¿Hace falta una escalera náutica?

-Originalmente el concepto de Escalera Náutica comprendía la creación de tres paradores del lado del Pacífico que ayudaran a los turistas que no tuvieran la autonomía de combustible a bajar y subir de San Diego a Cabo San Lucas. La escalera náutica original no abarcaba la construcción de marinas en todo el golfo de Cortés, Sinaloa, y Sonora, sólo se plantearon tres paradores náuticos con un costo máximo de medio millón de dólares cada uno, no se iban a hacer marinas de destino, más bien se pensó como un servicio de ayuda a las embarcaciones.

"Pero lo que el Fonatur hizo en este sexenio fue hacer público un conjunto de desarrollos náuticos sin tener los terrenos, permisos ni la asesoría de los especialistas y principales inversionistas en marinas.

Los empresarios prefieren irse a Costa Rica

"Si hubiera escogido un lugar, comprado un terreno, conseguido los permisos, entonces podría vender una franquicia, pero ni siquiera se han concluido los tres eslabones que originalmente se necesitaban en el Pacífico.

"En estos cuatro años anteriores no se ha inaugurado ninguna marina del Fonatur."

-¿A qué atribuye esta situación?

-Mi opinión es que les pasó un poco lo del aeropuerto en la ciudad de México. Deberían haber comprado los terrenos en los lugares propicios y no hacer tanta publicidad. Porque ahora, luego de tanta promoción para la Escalera Náutica, todos los grupos ecologistas están en contra de las marinas. Eso me parece injusto, porque atraen turismo, y éste es muy buena opción para quitar un poco la presión de la explotación de la pesca comercial.

"Después de haber invertido 10 años, un dineral, permisos y todo, vemos que no tenemos ninguna seguridad. Luego de la experiencia con el Fonatur y el gobierno, nosotros, como empresarios, no haríamos una marina en México. Mientras las cosas no cambien, preferimos invertir en Costa Rica."

 
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