Jueves 2 de junio de 2005
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CALIDAD DE VIDA
CANCER LINFÁTICO ASOCIADO AL VIH

Las afectaciones al sistema inmunológico en los pacientes con VIH los hacen susceptibles a desarrollar enfermedades oportunistas. Pese a la efectividad de las terapias antirretrovirales, que ha disminuido la incidencia de ciertos tipos de cáncer, el que afecta el sistema linfático sigue siendo un peligro que hay que considerar.

Por Mario Alberto Reyes
El linfoma es un cáncer que afecta al sistema linfático, parte del sistema de defensas, conformado por una amplia red de vasos que recorren el organismo y desembocan en los ganglios linfáticos, ubicados en varias partes del cuerpo, como cuello, axilas, ingles, abdomen y tórax. Los vasos contienen un líquido denominado linfa que tiene la función de transportar nutrientes, desechos y linfocitos (células sanguíneas que auxilian al cuerpo a combatir las infecciones, reconocer cuerpos extraños y destruirlos).

“ Cuando una persona tiene un linfoma significa que algunos de sus linfocitos están fuera de control y se agrupan en los ganglios con la posibilidad de aumentar de tamaño y el peligro de formar tumores. Se denomina Linfoma No Hodgkin (LNH), para diferenciarlo de otros que tienen un comportamiento distinto”, comenta el doctor Jorge Vela Ojeda, jefe de Unidad de Servicio de Hematología, del Centro Médico Nacional La Raza.

Síntomas

La sintomatología presentada por quienes tienen LNH consiste en el crecimiento de los ganglios linfáticos o adenopatía, la cual suele ser indolora y no causa molestias, por lo que, salvo al tacto, puede pasar desapercibida durante largo tiempo. Otros síntomas son sudor excesivo, especialmente en las noches, fiebre, pérdida de peso inexplicable, falta de apetito, cansancio anormal, tos o falta de respiración y lesiones en la piel como tumoraciones.

La aparición de adenopatías no significa necesariamente la existencia de algún linfoma, pues hay muchas causas por las cuales pueden crecer los ganglios, por ejemplo infecciones derivadas de problemas de caries dental o de tuberculosis, por lo que la única forma de hacer el diagnóstico diferencial es a través de la extracción y análisis de una parte del ganglio inflamado.
En la mayoría de los casos se ignora por qué aparece un linfoma. Se ha relacionado con cuestiones ambientales y ciertos productos tóxicos, pero no se ha demostrado una relación directa con ninguno de ellos. En cambio, se han observado algunos factores que lo predisponen, como por ejemplo las enfermedades virales, como el VIH/sida.

Linfoma en portadores del VIH/sida
Las personas seropositivas tienen mayor disposición a adquirir no sólo linfomas sino cualquier tipo de cáncer a causa de la debilidad del sistema inmunológico. En contraste con otros como el de sarcoma de Kaposi y el cervical, también asociados al VIH/sida, y cuyos registros han disminuido como consecuencia de la mayor efectividad de las terapias antirretrovirales, el ocasionado por el LNH mantiene la misma incidencia. De hecho, pueden detectarse más casos de este cáncer debido a que los portadores viven más tiempo, señala Vela Ojeda.

El especialista comenta que el LNH relacionado con el VIH/sida, está asociado al virus de Epstein Barr, un tipo de herpes que afecta a casi todos los humanos en la adolescencia, y tiene su origen en los linfocitos B. Gracias a que dichas células están en casi todo el cuerpo, los tumores pueden aparecer en muchos lugares como hueso, cerebro, abdomen y pulmones, y se extienden por medio del sistema linfático. De acuerdo con los investigadores del Centro Médico La Raza, el LNH es la cuarta causa de cáncer más frecuente en México, sólo antecedido por el cérvico-uterino, de mama y de próstata.

Tratamientos más comunes

Para mejorar su calidad de vida, el seropositivo con LNH debe recibir cualquiera de los tratamientos destinados a combatir el linfoma como pueden ser quimioterapia, terapias combinadas, radioterapia, trasplante o autotrasplante de progenitores hematopoyéticos, es decir, de células madre de un donador o de células propias.

Recientemente, señala Vela Ojeda, está disponible una nueva clase de medicamentos, denominados anticuerpos monoclonales, que se inyectan, y a diferencia de la quimioterapia, que destruye células tumorales y sanas, el anticuerpo monoclonal funciona como una medicina “inteligente” porque al penetrar la sangre del paciente, busca directamente a las células cancerosas y las destruye, respetando a las sanas.

Estos medicamentos fueron aprobados para ciertos tipos de linfomas, es decir, no se autorizaron específicamente para los relacionados con el VIH/sida, aunque actualmente muchos doctores lo utilizan para tratar personas seropositivas con este tipo de cáncer.
El tratamiento del LNH es un procedimiento agresivo, y aunque puede curar al paciente, también puede causar serios efectos secundarios y disminuir la calidad de vida. Los portadores del VIH con recuentos de células T mayores a 200, con linfoma en una etapa temprana, menores de 35 años de edad y sin problemas relativos al sida, tienen las mejores posibilidades de curación del linfoma.

El LNH puede progresar más rápido en los portadores del VIH y puede ser más difícil de tratar. Sin embargo, menciona el doctor Jorge Vela, hoy en día quienes son seropositivos y tienen LNH, tienen un mejor pronóstico en materia de salud debido a los avances científicos registrados.

“ Anteriormente, ser paciente seropositivo con LNH era sinónimo de un rápido deterioro físico, ahora, con los tratamientos modernos que hay para ambos padecimientos, la situación se ha modificado para bien y hay una mayor tolerancia a los medicamentos”, finaliza Jorge Vela.