Jueves 2 de junio de 2005
Director fundador: CARLOS PAYAN VELVER
Directora general: CARMEN LIRA SAADE
Director: Alejandro Brito Lemus
Crónica sero por Joaquín Hurtado
Que muera la homofobia
Cuando el silencio parecía secarme la lengua. Cuando el vértigo me arrojaba hacia un lago sin fondo. Cuando mi pájaro arcoiris agonizaba bajo el asedio de los gatos. Cuando le gritaba a mi madre con palabras sin sonido. Cuando compraba todos los diarios del día para escudriñar la imposible noticia: “El sida por fin vencido”. Cuando me moría por la noche para revivir en los rastrojos de la mañana. Deme doctor un kilo de diazepam porque mi cuerpo sin cuerpo no soporta tanto miedo. Y cuando el médico ya me prescribía los soporíferos, recordé la orden de Paco Galván: ¡déjate de pendejadas y vete a buscar un hombre!

Y hoy, cuando preparo los detalles de la rueda de prensa para dar a conocer la Campaña contra la Homofobia en Monterrey, recuerdo emocionado la insolente sugerencia del entrañable Paco.
Historia: balbuceos de lucha a favor de la liberación homoerótica para detener la peste, luego virar arrepentido y desvelarse por los niños, rodear por la derecha de la “africanización” de la epidemia. Después repetir como periquito la monserga de: “en México hay que atender la heterosexualización del sida”, y al final, ¡zaz!, darme cuenta que por restarle peso a los nefandos y poderosos deseos de mi sangre me había puesto la soga al cuello. Los gays no confrontábamos la realidad de los cuadros epidemiológicos: el sida ha sido, es, y quizás siga siendo, el verdugo de los míos, los hombres que tenemos sexo con otros varones. La canoa del salvamento ya hacía aguas por todas partes por obra del desdén.

En las próximas horas estaremos ante grabadoras, miradas, cámaras y preguntas para reclamar el foco desvaído, para acomodar la realidad en los cajones de la ineludible realidad: el sida es asunto de hombres que amamos a otros hombres. El sida es producto del silencio, la discriminación y la tierra de nadie del estigma.

¿ Pero cómo podemos existir los homosexuales cuando del trabajo te echan, cuando en el barrio levantas una ola de murmullos, cuando llaman a tu madre para decirle que se va a ir al infierno por haber parido a un monstruo, cuando la enfermera te mira feo no por el VIH que chacualea en tus venas sino porque seguro te gusta abusar de niños, cuando te persiguen , te sentencian, te acuchillan, te despedazan con la impunidad que da el odio sistemático al distinto? Hago cuentas. Aún es tiempo de replantear la historia. Mi historia. Muera la homofobia. Que viva mi tierno amante, el soldado chacalón.