A LA MITAD DEL FORO
Hobbes y los motivos del lobo
Las excepciones de los contratos sexenales
JAMES WOLFENSOHN ENTREGA el mando del Banco Mundial a Paul Wolfowitz. Y el subsecretario de la Defensa, ponente de la guerra de Irak en el Pentágono, se despojará de la piel de oveja del combate a la pobreza, tardío descubrimiento de Wolfensohn. La pobreza es el lobo del hombre, podríamos parafrasear a Hobbes. El poder puro y duro, el del imperio del Nuevo Orden Global, tiene en Wolfowitz al personaje indicado para esgrimir el arma del hambre, de la marginación, del subdesarrollo sostenido y sustentable.
DESPUÉS DEL NO de los franceses a la Constitución Europea, Jacques Chirac nombra primer ministro al aristocrático Dominique de Villepin, al enarca, cuyo talento retórico disgustó a la Casa Blanca al decir no a la resolución propuesta ante el Consejo de Seguridad de la ONU por John D. Negroponte. Chirac no es el general De Gaulle, dicen los socialistas. Ni sombra del que se fue a Colombey les Deux Eglises cuando los franceses le dijeron No. Vencido por el delfín de Mitterrand, Chirac designa al suyo mientras concede el ministerio de Estado a Nicolás Sarkozy, abogado ajeno a "las grandes escuelas", practicante de la meritocracia de cuño thatcheriano. Sarkozy conserva la presidencia del partido en el poder.
EXTRAÑOS TIEMPOS ESTOS de la recreación del mapa geopolítico cuyos contornos se borraron entre 1985 y 1989. La ultraderecha y la extrema izquierda se unen en Francia para decir No al tratado constitucional elaborado bajo la dirección de Valéry Giscard D´Estaing. Y para colmo, el cemento de esa unidad contra natura es la xenofobia, el miedo a los trabajadores migrantes del resto de Europa. Felipe Calderón podría reivindicar la adopción panista del "centro" ibérico de Aznar, el de la ultraderecha heredera del franquismo. En ese hoyo negro se encontrarán con Andrés Manuel López Obrador, centrista confeso en declaraciones al New York Times. Para mayor confusión, los del No se entusiasman con la inminente derrota del canciller Schroeder en Alemania y la asunción de Angela Merkel al cargo en el que se eternizó Konrad Adenauer, Der Mann. El hombre cuyo nombre lleva la Fundación de la Democracia Cristiana que ha financiado a los partidos de la derecha en la América nuestra.
EL GOBIERNO DE TONY BLAIR consideró "absurdo" convocar al referéndum. El Partido Laborista también se refugió en el centro omnivalente, sigue la pauta de los partidos sin objetivos que optan por el cambio de piel: hay que atender a las encuestas y llegar al poder con el voto útil; ya encumbrados, dicen, haremos lo debido. Y nunca lo hacen. El No de Francia y Holanda es de rechazo a sus gobiernos, al desempleo, al determinismo de la globalidad. Equivalente al determinismo histórico cuyos dogmas han sustituido con los de la nueva ortodoxia económica y el fundamentalismo imperial de la verdad única. Dentro de unas semanas, Tony Blair asumirá la presidencia rotativa de la Unión Europea. La flema británica desestima el rechazo al "neoliberalismo anglosajón" que unió a la ultraderecha y a la izquierda radical.
CLARO COMO EL LODO. En México, Vicente Fox y Carlos María Abascal recitan a dúo los motivos del lobo. Llega al Palacio de Covián la derecha católica, apostólica, patronal y sinarca. Santiago Creel se despide de la desdentada Secretaría de Gobernación y se lanza al vacío. Francisco Barrio olvida la humildad franciscana. Bajo manto cardenalicio, Cárdenas, el de Jalisco, anticipa que será el puntero en el photofinish de la elección interna. Y Felipillo santo describe al señor Santiago como un buen hombre, pero "malísimo" secretario de Gobernación. Desmantelaron las instituciones del sistema y el poder se convirtió en arena que se les escapa entre los dedos. En olor a santidad, el presidente Fox agradece su notable desempeño al que se va a la contienda electoral y luego instruye al sustituto para que se haga garante de comicios limpios y equitativos. Y el consejero presidente del IFE, Carlos Ugalde, le corrige la plana. Esa es tarea del instituto desde que se hizo ley su autonomía plena en 1996.
EMILIO CHUAYFFET, HOY líder de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, supo y pudo llevar a buen puerto la reforma electoral emprendida desde las mesas de negociación instaladas en Bucareli. Los tropiezos a la hora de instalarse la segunda legislatura del sexenio zedillista, primera en la que el PRI no tuvo la mayoría en la Cámara de Diputados, impidieron que el del estado de México fuera elevado a los altares republicanos a la altura del huasteco Jesús Reyes Heroles. Eso y la facilidad con la que el doctorcito Zedillo se ponía a sana distancia de los compromisos personales y políticos: defenestró a Chuayffet luego de haberle dado posesión de sucesor en ciernes en Palacio Nacional. La reforma electoral se hizo. Nadie habló de ingeniería política, ni de urgencias estructurales.
A FIN DE CUENTAS, Gobernación perdió preminencia, dejó de ser conducto político del presidente en turno. Aunque persistieran el temor a las "investigaciones políticas" y el pavor a la Federal de Seguridad, Gestapo criolla y potencial vía al poder hasta su disolución por presuntos nexos con el narco y otras amenazas a la seguridad pública y nacional. Dejó de serlo al concentrarse el poder de distribuir el gasto público en la Secretaría de Programación y Presupuesto. Los que iban con el sombrero en la mano a solicitar recursos la convirtieron en auténtico conducto político de titulares del Ejecutivo surgidos del sector financiero, ajenos al quehacer político y a los avatares de las contiendas electorales.
MANUEL BARTLETT MANTUVO el control político y preservó el orden sin acudir a la represión por sistema. Porque hubiera impedido disputarle a Carlos Salinas la sucesión de Miguel de la Madrid. En todo caso, ahí se acabó el poder que "no se ve, pero se siente". Le quitaron los dientes. La fama de Fernando Gutiérrez Barrios duró la víspera. Patrocinio González Blanco dejó Chiapas para despachar en Bucareli. Hasta que vino el vendaval del EZLN y "nos alevantó". Y obligó a Salinas a recurrir a Jorge Carpizo para "garantizar" elecciones legales y equitativas. El jurista que definió los "poderes metaconstitucionales" cumplió la encomienda. Ernesto Zedillo tendría cuatro secretarios de Gobernación: Esteban Moctezuma, Emilio Chuayffet, Francisco Labastida y Diódoro Carrasco.
CARLOS MARIA ABASCAL es el segundo del sexenio del cambio. Pero ya no es conducto político, enlace del Poder Ejecutivo con el Legislativo, con los gobiernos de los estados de la Unión, con los partidos políticos de la pluralidad democrática que son gala de la transición y víctima propiciatoria del presidencialismo empantanado en las contradicciones y paralizado por la incapacidad absoluta de hacer política, de negociar, de resolver los conflictos entre intereses opuestos y las contradicciones de un sistema de clases que cierra los ojos y niega la existencia misma de los estratos, de los estamentos, de la persistencia y el resurgimiento de viejos prejuicios racistas, por miedo, pánico ante la violencia criminal y la inseguridad rampantes. Sin embargo, bajo el signo de Cristo Rey llega a Gobernación la visión patronal de una derecha católica y recalcitrante que llegó al poder y sacó a Juárez de Los Pinos.
NADA PODRA HACER en una secretaría que ya no es ni remedo de añejo ministerio del interior. Pero los tropiezos del titular del Ejecutivo y los tartajeos de su incontinencia verbal han servido de mampara al incontenible avance de la ultraderecha que se dijo de "centroizquierda". Nada queda del gabinetazo plagado de talentos a los que Vicente Fox dijo haber extendido contratos de seis años. El no iba a hacer los cambios inconsultos y prepotentes del cesarismo sexenal en el priato tardío, dijo. No actuaría como todos los que, de paso, consolidaron el poder constituido, establecieron las instituciones sobre cuyas ruinas ha fincado la estabilidad de la que hace gala al concluir prematura y apresuradamente su administración. Son legión los que han dejado el gabinetazo legal y el de la cercanía cortesana en las cabañitas.
JOSÉ SARUKHAN, EL primero, con visión de científico que le permitió anticipar el vacío y dejar el cargo a tiempo. Siguieron Rafael Rangel y Juan Hernández, el que puso las botas sobre la mesa al comparecer ante una comisión del Congreso. Jorge G. Castañeda renunció a la cancillería y Luis Ernesto Derbez dejó Economía en manos de Fernando Canales. Desplazaron de Turismo a Leticia Navarro y ahí despacha Rodolfo Elizondo. Francisco Barrio dejó la Secodam y luego dejaría el liderazgo de la diputación panista para perseguir la quimera presidencial, en lugar de exorcizar a la corrupción que, desde luego, provenía del pasado. Y Alfonso Durazo, cuya carta de renuncia sembró el pánico en las alturas y esperanzas frustradas en la oposición plural. Y Ernesto Martens, Felipe Calderón, Víctor Lichtinger, Adolfo Aguilar Zinser, Alejandro Gertz Manero, Raúl Muñoz Leos, Rafael Macedo de la Concha, Francisco Ortiz, Carlos Flores Alcocer, José Luis Romero Hicks.
CADA HOYO ABRE un ciento. Tomás Ruiz pasó de Banobras a una curul y después de caer la maestra milagrosa, a la Lotería Nacional con la ingrata tarea de cuadrar las cuentas de picos, palas, azadones, misas y favores concedidos para honra y prez de Su Majestad... Y el inefable, incólume Luis Pazos: banquero del federalismo. Pero el desfile, la marcha de sonámbulos distrae de los pasos firmes dados para consolidar el poder de la ultraderecha y reafirmar el de la cofradía, de los cercanos, los que integrarán el cerco de la vieja guardia del Macabeo abajeño: Ramón Martín Huerta en Seguridad Pública; el notario Daniel Cabeza de Vaca en la Procuraduría General de la República. Y bajo el signo de Joseph Le Maistre, Manuel Espino al frente del PAN. De un partido que no se animaba a decirse partido en el poder y hoy se ufana del poder incontestable de un partido oficialista.
OJO, NO DICE "partido oficial": todo ha cambiado. Wolfowitz del Pentágono al Banco Mundial. Francisco Gil se aferra a la vicepresidencia económica y rechaza la dirección del BID. El lobo del hambre. Y los motivos del lobo en ministerio del interior del Estado laico: "Por la señal de la santa cruz..."