Usted está aquí: domingo 5 de junio de 2005 Política A la CNDH le ha faltado el apoyo del Ejecutivo

Entrevista a MIREILLE ROCCATTI, FISCAL ESPECIAL PARA LOS CRIMENES CONTRA MUJERES EN CIUDAD JUAREZ

A la CNDH le ha faltado el apoyo del Ejecutivo

"La tortura en el país persiste, pero ya no es lo cotidiano"

"No todo mundo ve a la comisión y al ombudsman con buenos ojos; hay mucho golpeteo, mucha descalificación", señala al cumplirse 15 años de la creación del organismo de los derechos humanos, el cual dirigió

VICTOR BALLINAS

Ampliar la imagen Mireille Roccatti realiza un balance de su labor al frente de la CNDH FOTO J. Guadalupe P�z

Mireille Roccatti, ex presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), señala que a ese organismo le ha faltado el apoyo del Ejecutivo en su trabajo, y aunque hay avances en la defensa de los derechos humanos, "yo no voy a decir ni a cerrar los ojos pensando que ya no hay tortura en el país, pues ésta sigue existiendo de manera más sofisticada, pero también es cierto que ya no es lo cotidiano, ya no es la mecánica de la investigación policiaca".

Roccatti, quien presidió la CNDH del 8 de enero de 1997 al 13 de noviembre de 1999, dice a La Jornada que la comisión evidentemente tiene muchos pendientes con la sociedad, pues la violación de derechos humanos es una actitud de la condición humana y es una práctica reiterada. La primera y única mujer que ha estado al frente de la CNDH en sus 15 años, sostiene que la labor del ombudsman frente al abuso del poder es la denuncia, sin importar que ello implique su remoción, como le ocurrió a ella cuando en noviembre de 1999 fue removida por el Senado de la República con apoyo del PRI y el PAN.

La ahora fiscal especial para los crímenes contra mujeres en Ciudad Juárez y que paradójicamente en 1998 emitió su recomendación sobre esos feminicidios, y que fue lo que meses más tarde le costó su cargo, dice con vehemencia: ante el abuso del poder, la conducta del ombudsman debe ser la denuncia, el señalamiento, la recomendación, para que se sancione al abusador de este poder; en todo momento debe emitir una recomendación muy firme.

-¿Sin importar que ello implique la remoción del cargo del ombudsman?

-Y me lo pregunta a mí -responde la ex titular de la CNDH, quien sabe que vivió precisamente esa circunstancia.

-Sí, porque usted lo vivió, ¿no?

-Así fue, pero a mí nunca me tembló ni la mano ni la voz.

-¿Esa debe ser la conducta del ombudsman?

-Sí. Si uno está convencido y a cabalidad desempeña la función para la que fue designado, nunca debe haber temor ni al desprestigio ni a la pérdida de un cargo público; creo que se gana más en la autoridad moral.

Mireille Roccatti hace un rápido recuento de los retos que tuvo que enfrentar al presidir la CNDH. "Recibí asuntos muy relevantes de mi antecesor, como fue la recomendación que emitió Jorge Madrazo sobre Aguas Blancas", pero también recuerda el asunto de plátano y cacao en Tabasco por la contaminación que provocan las instalaciones de Pemex.

Rememora que en noviembre de 1997 vivió el grave problema de la matanza de Acteal, en Chiapas; "yo tuve a mi cargo la investigación y nos desplazamos para allá, estuvimos tres o cuatro semanas investigando y conviviendo con la gente de Chiapas, tratando de entender la problemática, y se emitió una recomendación. También actuamos en el caso del municipio de El Bosque, donde hubo enfrentamientos y muertos, igual en el caso de Taniperlas, cuando se crearon los municipios autónomos, y hubo una oposición muy fuerte del gobierno del estado y se quisieron desmantelar esos municipios".

En rápido recuento señala que en enero de 1997 "tuvimos que hacerle frente al problema de los barrenderos de Tabasco, en el municipio del Centro", y detalla: "después de que estuvieran haciendo campamentos y huelgas de hambre, que estuvieron en el Senado, en la Suprema Corte, frente a Palacio Nacional, finalmente se instalaron en la CNDH, donde permanecieron entre tres y cuatro meses hasta que el gobierno del Distrito Federal los desalojó, y se emitió una recomendación".

Otro de los problemas que la ex titular de la CNDH enfrentó fue el asunto relacionado con algunas averiguaciones previas en Morelos, donde recomendaciones de la comisión estatal no habían sido aceptadas ni recibidas, muchos menos escuchadas. "Recuerdo ese momento, porque los diputados del Congreso morelense presentaron una queja para que atrajéramos el caso".

En su rápido hilvanar de recuerdos toca el asunto de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez. "Tuvimos en nuestras manos los casos de homicidios de mujeres en Ciudad Juárez y emitimos la recomendación en mayo de 1998, al entonces gobernador panista Francisco Barrio, y al presidente municipal de esa ciudad fronteriza". Esa recomendación, en la que Roccatti aseguraba que había irregularidades en las investigaciones, y que criticó la postura de Barrio, que decía que "por usar minifaldas, irse a los bares y a bailar de noche, las mujeres son responsables de que las maten", fue lo que le costó el cargo a Roccatti.

-¿A 15 años de distancia, qué balance hace de la CNDH?

-Es una gran institución que ha pasado a ser patrimonio de la sociedad. La CNDH es muy valiente y enérgica, pero la sociedad debe apoyarla y exigirle firmeza en sus resultados y que vaya hasta las últimas consecuencias.

-¿Qué obstáculos enfrentó en su labor como ombudsman?

-Resistencia de las autoridades, porque no todo mundo ve a la comisión y al ombudsman con buenos ojos; hay mucho golpeteo, mucha descalificación, porque se sienten agredidos, vigilados, y en ese momento tiene uno que tener mucha paciencia y un trato muy diplomático para trabajar con las autoridades, pero también se debe actuar con energía y con mano firme para poder sostenerse en las recomendaciones.

-¿Qué le falta a la CNDH?

-Seguirse consolidando, buscar apoyo y seguir avanzando en la defensa de los derechos humanos, pero tiene que contar con el apoyo de los diversos ámbitos de gobierno y de los poderes de la Unión.

-Se dice que la CNDH desde el principio ha estado alejada de las organizaciones no gubernamentales (ONG).

-Los grupos de derechos humanos deben acercarse más a la CNDH y ser un poquito los rectores de la conciencia social, de hacer conciencia a las instituciones o a las personas.

-¿Se sintió sola como ombudsman para hacerle frente a los casos difíciles, como Acteal y Ciudad Juárez?

-Sí, en muchas ocasiones sola y a veces muy incomprendida.

-¿La impunidad sigue adelante, a pesar de las recomendaciones de la CNDH?

-La CNDH no tiene la varita mágica, trabaja de manera ardua y enérgica, pero hay que penetrar más en la conciencia de la sociedad para lograr la cultura del respeto a los derechos humanos, el respeto a la dignidad de las personas, a la legalidad, porque lamentablemente los seres humanos somos muy dados a darle la vuelta a lo derecho, a la ley, a lo que debe ser; siempre buscamos un camino alterno.

-¿ En las recomendaciones de la CNDH continúa la simulación?

-Desde que estuvimos al frente de la comisión habíamos hecho la propuesta de que existiera una reforma legal para que el Congreso llamara a cuentas a los servidores públicos que no acepten las recomendaciones o no las cumplan a cabalidad.

-¿Sigue siendo necesaria esa reforma?

-Sí es necesaria, pero también se requiere que vaya acompañada de una acción y una convicción muy enérgica del Congreso, porque si se hace la reforma pero no se les llama o se hace como llamar a misa, donde va quien quiere, en ese sentido es muy difícil.

-¿La CNDH ha cumplido su cometido?

-Es una gran institución que cumple y ha cumplido desde su creación, y a través de todos estos años se ha fortalecido, ha crecido y se ha consolidado.

-¿Se lograron frenar abusos y delitos como la tortura?

-Sí, de manera muy contundente. Yo recuerdo cuando fui juez penal en el estado de México, que tenía yo averiguaciones previas consignadas con detenido, pero 90 por ciento de ellos me llegaban lesionados, golpeados, torturados; ahora es la excepción. Pero no voy a cerrar los ojos ni a decir que ya no hay tortura en el país; hoy ésta persiste, aunque de manera más sofisticada, ya no es lo cotidiano, ya no es la mecánica de las investigaciones policiacas.

"La CNDH no es de quien la preside, es una institución del pueblo de México y de las organizaciones civiles; es de ellos, quienes deben acercarse más a ella con confianza, pero también deben tener la firmeza para exigir resultados y demandar que las cosas se lleven hasta sus últimas consecuencias".

-Recomendaciones van y vienen contra violaciones cometidas por el Ejército, por policías, en el sector salud...

-Se tiene que elevar la voz y cada vez hacer más fuerte el tono de voz para terminar con estos atropellos.

Roccatti dice que se congratula porque la CNDH llegue a sus 15 años "tan brillante y llena de expectativas".

 
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