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TIRADO EN LA ARENA 6 de junio de 2005
La apuesta al sol ya no es suficiente para satisfacer el gusto de los turistas, sobre todo extranjeros. En México la actividad gira en torno a las playas y los grandes hoteles. El apoyo a las pequeñas y medianas empresas que incursionan en otro tipo de servicio, como el ecológico, brilla por su ausencia.

Roberto Campa Zúñiga

Pese a generar 8.2 por ciento del producto interno bruto, 12 por ciento de los ingresos fiscales y ser el tercer sector en recepción de divisas, la industria turística no recibe los apoyos económicos, financieros y políticos que requiere para desarrollar su potencial, situación que la coloca detrás de países con similares condiciones en esa actividad.

P-acapulco1Ha faltado la decisión estratégica para asignar más recursos a la promoción y apoyo de las empresas pequeñas y medianas (Pymes) que son palanca del sector, al contrario de países que sí han dado el apoyo a este tipo de empresas y hoy son grandes receptores y emisores de turistas.

Es el caso muy citado de España, que si bien comenzó a desarrollar su industria turística hace más de cinco décadas, la expansión la fundó en las Pymes. Lo hizo invirtiendo en investigación y desarrollo de las condiciones de esta industria. Esto no se advierte en México, pese a los esfuerzos de planificación existentes, comenta Liliana Ruiz, analista del Centro de Investigación en Turismo de la Universidad de Anáhuac del Sur.

Lo sorprendente es que países con menores índices de crecimiento y más pequeños, como Costa Rica, sí tienen como prioridad el turismo, que ingresa 900 millones de dólares anuales tan sólo en el sector abocado a la naturaleza. Mientras, en México apenas ese rubro ingresa 75 millones de dólares, menciona Rodolfo Olmedo, director general de EccoSports, Pyme desarrolladora de ecoturismo.

¿Prioridad nacional?

En México sólo en los discursos oficiales parece que el turismo es una prioridad para el crecimiento económico. En los hechos no se le ha dado suficiente impulso a las reformas que el sector exige para mejorar la competitividad.

Para la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), el gobierno debe resolver cuanto antes aspectos como la deducibilidad de impuestos al consumo en restaurantes; la devolución del IVA a turistas extranjeros; la aceptación de fines de semanas largos como establece la Ley Federal del Trabajo y modificar la Ley de Turismo.

Si como suele decirse, el turismo es prioritario, es imprescindible avanzar en "Los 20 aspectos cruciales para impulsar la actividad turística", que el Presidente de la República se comprometió a apoyar pero en los que prácticamente nada se ha hecho, señala la Concanaco. Esto habla de la inconsistencia del gobierno hacia el turismo.

P4-5llegadasEspecialistas afirman que quienes invierten en la actividad tienen buenas oportunidades de negocios. Infortunadamente, el desarrollo y el crecimiento del sector se han visto obstaculizados por prejuicios políticos e indecisiones de legisladores y de los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal). Ello ha ocasionado que los ingresos del país cada año por turismo se hayan estancado en los últimos cuatro años en casi 10 mil millones de dólares. Además de que la llamada industria sin chimeneas se enfrenta al peligro de una competencia que sí sabe explotar sus oportunidades, mientras que aquí siempre se está esperando que algo ocurra.

Roberto Zapata, presidente del comité de turismo de la Concanaco-Servytur, dice que no es posible que el país carezca de una política aeronáutica congruente con el desarrollo e importancia de la actividad turística. "Esta política debe ser de fomento y apoyo al turismo y al comercio, no manejarse como algo completamente ajeno", menciona el también hotelero. Tampoco es posible, agrega, que el secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz ­miembro de la Comisión Intersecretarial de Turismo­, sólo diga que la dependencia tiene los temas turísticos palomeados como forma de decir que están en discusión, sin que se dedique a resolverlos.

Políticas indefinidas e indecisas

Todo eso nos lleva, dice Liliana Ruiz, a que ante la falta de coordinación y la carencia de políticas públicas definidas, los empresarios busquen mayores apoyos del gobierno, al tiempo que exigen mayor acceso al financiamiento. Políticas como aquella que gravó con 2 por ciento el hospedaje, que hoy ha permitido que el Consejo de Promoción Turística cuente con un presupuesto para promover al país en el exterior.

Las acciones del sector público han de permitir ­dice Ruiz­ la creación de un sistema de información de mercado para el monitoreo de la industria que puede hacer que Hacienda evalúe mejor los impactos fiscales de las medidas dirigidas a estimular esta actividad. Urge la decisión gubernamental para crear ese sistema y que el gobierno estudie el significado de áreas como:

  1. Los canales de distribución e información de apoyos para Pymes turísticas.
  2. Estudios de mercado para Pymes turísticas que les permitan saber dónde pueden funcionar y las condiciones del mercado.
  3. La gestión de Pymes junto con la Secretaría de Turismo para implementar el programa de competitividad y capacitación.
  4. Políticas públicas en investigación de mercados y desarrollo.

Ello serviría para impulsar una industria del turismo constituida en más de 90 por ciento por micro, pequeñas y medianas empresas.

El gobierno tiene la obligación de hacerlo en su papel de promotor, porque a las Pymes no se le puede pedir que inviertan en investigación y desarrollo, ya que no tienen los recursos ni la experiencia, indicó la especialista. Todo lleva a que al país le urge una política pública más agresiva en la materia.

Banca sin vocación turística

Las políticas públicas de fomento al turismo y en general al financiamiento no han integrado a los bancos comerciales y de desarrollo. Estos siguen en la indecisión de apoyar a las empresas del ramo, a excepción, claro, de los grandes corporativos.

Los bancos no han profundizado sus estudios de mercado para identificar quiénes pudieran tener acceso a créditos en el sector turístico. Por tanto, están ofreciendo productos a los que las Pymes turísticas no tienen acceso, porque no cubren los requisitos, como fianzas o garantías hipotecarias.

P4-5cuadroPor el contrario, en Francia y España el financiamiento a las Pymes turísticas es considerado prioritario debido a la inversión y empleos que generan. En Francia, por ejemplo, las más de 200 mil empresas turísticas pequeñas y medianas dan empleo directo a más de 660 mil personas y a 210 mil de manera indirecta.

En México la banca comercial desconoce la realidad financiera de las Pymes turísticas debido a su desinterés en el sector, lo que se expresa en la falta de expertos en evaluación de proyectos turísticos, lo que ha auspiciado al mismo tiempo la percepción de que la industria es de alto riesgo.

Ni las estadísticas bancarias del órgano regulador, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, ni las de la Asociación de Bancos de México cuentan con un apartado para cuantificar y especificar el total de créditos otorgados a la industria turística. Simplemente no existe. Lo más reciente se detalló en un documento expuesto en un congreso turístico en 2002, en el que se indica que el crédito total otorgado por la banca comercial al turismo fue de 8 mil millones de pesos y 2 mil millones por la banca de desarrollo, hasta junio de 2002.

Si bien existen fuentes de financiamiento especializadas aunque muy limitadas para el sector, promovidos por Bancomext y Banorte, persisten las incongruencias en su promoción. Por ejemplo, en Bancomext el financiamiento sólo se ofrece a empresas en destinos de playa ­en 2004 canalizó 269 millones de dólares­, olvidándose del resto de las actividades. Banorte no comparte la información a detalle acerca de cuántos créditos ha concedido, lo que pone en duda la efectividad y seriedad de su programa crediticio para el sector.

Para muchos industriales del ramo, como Roberto Zapata, presidente del Grupo Hoteles Misión, los bancos tienen una incorrecta comprensión de los requerimientos del sector. Por ello es imprescindible que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) regrese a ser el banco de primer piso y que la banca de desarrollo (Nafin, Bancomext y Banobras) diseñen esquemas crediticios más específicos.

Ocho puntos críticos

Además de la carencia y la inconsistencia en el financiamiento, la industria de la hospitalidad enfrenta limitaciones en al menos ocho puntos críticos, apunta un análisis elaborado por El Colegio de México.

Estos son: pérdida de participación en el mercado mundial; bajo gasto turístico; limitada organización para atender la nueva demanda; insuficiente atención al turismo nacional; excesiva regulación; desarticulación entre prestadores de servicios y líneas aéreas; falta de políticas públicas de largo plazo, y divergencia en la modernización entre grandes y pequeños prestadores de servicios.

En la última década la misma estructura empresarial se había olvidado de la industria turística. La Concanaco-Servytur, pese a incluir en su nombre la palabra turismo, sólo contaba con una vicepresidencia que poco o nada hacía por el sector.

Cambio de tendencias

Los órganos promotores del turismo, como Fonatur, se han estancado y no siguen las tendencias mundiales del sector. Persisten en promover un solo segmento: playa y sol.

Ignoran que están cambiando las preferencias de los países emisores, como Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y España. El turista se está volviendo más especializado, demandante y participativo, ya no quiere sólo playa.

Eso lo refleja el mercado, ya que en México el ecoturismo se ha desarrollado de una forma natural, como ocurre con otros segmentos como Chapala, Jalisco, que se ha convertido en un destino de retiro. Sin embargo, las autoridades poco caso le han hecho a estos rubros, como el cultural y de congresos y convenciones, que, sobre todo en este último caso se presta al desarrollo de proveedores entre las pequeñas y medianas empresas.

Según Rodolfo Olmedo, director general de Eccosports, tanto este campo como el cultural están subexplotados a pesar de las ventajas del país. Así, empresas dedicadas al turismo de naturaleza en México apenas suman 450, cuando a escala mundial el segmento crece a una tasa anual superior a 20 por ciento.

Este segmento obtiene ingresos por 75 millones de dólares al año, mientras países menos desarrollados, pero impulsores del turismo, como Costa Rica, perciben ingresos por 900 millones de dólares. Ello se debe, según Olmedo, a la carencia de promoción, además del escaso financiamiento a las empresas interesadas en la actividad.

El gobierno no promueve las actividades emergentes en turismo, a pesar de la tendencia mundial. No lo hace porque aduce que no hay presupuesto, pues todo lo dedica para los grandes destinos consolidados y no a aquellos que pueden llegar a serlo, menciona Olmedo.

Al final, con una organización institucional del turismo integrada por una dependencia directriz, como la Secretaría de Turismo, un órgano promotor de la industria como el Consejo de Promoción Turística, y un promotor de proyectos turísticos como Fonatur, en conjunto con un comité intersecretarial, el balance es que la actividad no muestra un gran avance y muchas empresas del sector siguen esperando el impulso para hacer del turismo un motor efectivo de la economía nacional §


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