Usted está aquí: martes 7 de junio de 2005 Ciencias México, entre los países de AL con mayor incidencia de oncocercosis

Registra 198 mil personas en riesgo, sólo por debajo de Guatemala, con 200 mil

México, entre los países de AL con mayor incidencia de oncocercosis

Los avances más significativos contra la enfermedad se registran en Oaxaca y el norte de Chiapas

Se transmite por picadura de la mosca negra y es la segunda causa de ceguera de origen infeccioso

ANGELES CRUZ MARTINEZ ENVIADA

Ampliar la imagen Entre uno y dos millones de personas perdieron la visi�or esta causa. La imagen, en un aparador de la calle Baja California, en la ciudad de M�co FOTO Alfredo Dom�uez

Atlanta, EU. Las familias sabían que al menos uno de sus miembros quedaría ciego, y que alguno de sus jóvenes abandonaría sus actividades para convertirse en el acompañante de quien perdiera la vista. Así ocurría todavía hace algunos años en las zonas de mayor marginación del mundo a causa de la oncocercosis, enfermedad que padecen 18 millones de personas y entre uno y dos millones más que ya han perdido la visión por esta causa.

Los más pobres, los que viven en zonas de difícil acceso, son los más afectados por la también conocida como ceguera de los ríos. La endemia se encuentra en 28 países africanos, seis de América Latina -México entre ellos- y uno de Medio Oriente, y según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 123 millones de habitantes viven en áreas con riesgo de infección.

Durante décadas, la oncocercosis fue la responsable de la pérdida de productividad en las zonas de cultivo e inclusive de la escasez de alimentos, porque la gente abandonaba las tierras fértiles, cercanas a los ríos de curso rápido donde se reproduce el parásito Onchocerca volvulus, que a su vez es transmitido por la mosca negra (Simulium)

En los países productores de café, como Guatemala, contraer la oncocercosis puede ser considerado como un riesgo ocupacional debido a la presencia de cauces en medio de las plantaciones, mientras que en Etiopía casi todos los miembros de una aldea endémica albergarán la enfermedad. Se ha calculado que un niño pequeño es picado más de 20 mil veces cada año por la mosca negra.

En 1991, el consejo directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) determinó que la oncocercosis debería ser eliminada del continente en 2007, y ya desde 1987 empezaron a realizarse actividades con ese fin. En 1992 se creó el Programa para la Eliminación de la Oncocercosis de las Américas (OEPA), en el que colaboran la OPS, el Centro Carter y laboratorios Merck Sharp and Dohme (MSD).

Entre los seis países endémicos de América Latina, México es uno de los que reporta la mayor incidencia del padecimiento, con 198 mil personas en riesgo. El primer lugar lo ocupa Guatemala con 200 mil individuos en la misma circunstancia. Las otras naciones son Venezuela (120 mil), Ecuador (24 mil), Brasil (ocho mil) y Colombia (mil 300).

Un mal importado de Africa

Durante el Tercer Taller Anual de Salud de Latinoamérica y el Caribe: Periodismo para la Salud, realizado en esta ciudad, Ken Gustavsen, gerente del programa de donación de medicamento para el tratamiento de la oncocercosis de MSD, explicó que la región latinoamericana importó la enfermedad de Africa. El primer caso se documentó en 1915 en Guatemala por el doctor Rodolfo Robles. Se supone que llegó a través de los esclavos, por lo que actualmente están infectados descendientes de aquellas naciones y poblaciones locales. Son dos mil 773 pueblos, de los que 200 reportan un riesgo elevado de ceguera.

En el caso de México, las áreas afectadas están en Oaxaca, norte y sur de Chiapas, donde en promedio 80 por ciento de los individuos tiene acceso al tratamiento. Mauricio Sauerbrey, representante del Centro Carter en OEPA, explicó que nuestro país tiene el programa más antiguo de eliminación de la oncocercosis, con 200 personas que trabajan en la distribución del fármaco, el cual es donado por MSD desde 1987. En ese entonces la empresa farmacéutica se comprometió a regalar la medicina por el tiempo que fuera necesario hasta lograr la erradicación del padecimiento.

Pese a lo anterior, en 2002, en la Conferencia sobre la Eliminación de la Oncocercosis, se concluyó que este mal no se podría eliminar completamente del mundo con las herramientas actuales, por los obstáculos que se estaban enfrentando en Africa.

Sin embargo, los participantes también acordaron que el proyecto tenía viabilidad en América Latina, Yemen y en algunos lugares del continente africano.

Los avances más significativos de México se han reportado en Oaxaca y el norte de Chiapas, mientras que en el sur de esta entidad, recientemente se reforzó la estrategia y se amplió a cuatro el número de tratamientos por año para cada individuo.

El OEPA consiste en entregar, en forma gratuita y de manera personal a los individuos sanos y enfermos, el medicamento ivermectina (Mectizan) -tres tabletas- dos veces por año.

Los primeros síntomas tardan un año en aparecer

Sauerbrey comentó que a partir del momento en que los parásitos, gusanos pequeños en forma de filamentos, entran en el organismo de las personas, transcurre un año antes de que aparezcan los primeros síntomas de la enfermedad. Causan comezón intensa, decoloración de la piel, dermatitis severa, erupciones cutáneas (nódulos) y en los casos más graves, pérdida de la visión. De hecho, a nivel mundial la oncocercosis es la segunda causa de ceguera de origen infeccioso.

La infección se transmite por la picadura de la mosca negra: los individuos contagiados albergan la larva en su sangre, la cual se desarrolla en gusanos adultos que sobreviven por un largo periodo (entre ocho y 15 años). Las hembras producen miles de crías llamadas microfilarias, causantes de la mayor parte de la enfermedad.

Las microfilarias que migran al ojo y subsecuentemente mueren allí, ocasionan una inflamación severa y cicatrización posterior que pueden conducir a una alteración de la visión y a la ceguera. La expectativa de vida de una persona que queda ciega en áreas endémicas puede reducirse en alrededor de 10 años, señala un informe de MSD.

A partir del conocimiento que los especialistas tienen sobre la oncocercosis, la OEPA decidió que una vez iniciado el tratamiento, éste debe mantenerse de 10 a 12 años y en por lo menos 85 por ciento de la población en riesgo.

La ivermectina, hasta ahora la mejor opción

Las limitaciones del programa se encuentran en que el padecimiento no es reversible cuando éste ya ha ocasionado ceguera. En las fases previas, afirmó Sauerbrey, el problema se detiene y es completamente curable.

El medicamento ivermectina no se puede administrar a niños menores de cinco años, mujeres embarazadas, ni individuos que sufran alguna enfermedad crónica.

Aún así resulta la mejor alternativa hasta ahora para controlar y eliminar la oncocercosis. Antes de 1987 se recurría a la extirpación quirúrgica de los nódulos que contenían los gusanos adultos, el uso ocasional de insecticidas en contra de las larvas de la mosca negra, así como la prescripción de dos fármacos. Ninguno de estos métodos podía aplicarse en forma masiva.

Los esfuerzos de los organismos que participan en la OEPA, subrayó Sauerbrey, están concentrados en alcanzar las metas de cobertura para 2007, a fin de que las poblaciones indígenas y campesinas consigan una posibilidad de esperanza.

 
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