Usted está aquí: miércoles 8 de junio de 2005 Cultura En su propia voz

En su propia voz

Entre el alud de quejas que despertó el concierto en Monterrey, el doctor José Miguel Gómez expresó las siguientes reflexiones:

Además de las ya mermadas cualidades vocales de los tenores José Carreras, Plácido Domingo Embil y Luciano Pavarotti, es importante hacer notar que el ridículo show que vendieron por primera vez en Roma en 1990 como il piu grande spettacolo dei nostri tempi ni siquiera se acerca a una mediana demostración operística en la que, por cierto, se debe cantar sin micrófono. En esta serie de conciertos se han dedicado a cantar de todo, desde intentos de ópera hasta canciones rancheras. Es un espectáculo dirigido a un público totalmente ignorante y dispuesto a pagar miles de pesos por ver a estos tres payasos que desde hace muchos años perdieron el registro y la tesitura de los grandes tenores. En el mundo hay, afortunadamente, tenores serios que sí saben cantar ópera y lo hacen como se debe hacer, y que no necesitan echar mano de una persona como Alejandro Fernández que se dedica a cantar música de rancho.

Por fortuna, y dada su avanzada edad, estos tres farsantes de pacotilla no podrán por mucho tiempo más seguir promocionando su triste teatrito que es una vergüenza para la ópera mundial y para su dignidad como personas. Para la próxima vez (ojalá que la próxima vez los tres cancelen su participación) son capaces de pedir la ayuda de Los Tigres del Norte o Paquita la del Barrio, a ver si así convocan a un público más ignorante aún, que les aplauda cuando traten de cantar.

 
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