Usted está aquí: sábado 11 de junio de 2005 Cultura Inusitadas propuestas creativas en un puesto de tortas callejero

Curiosidad y morbo, premisas de El Mirador, proyecto del colectivo Microplugs

Inusitadas propuestas creativas en un puesto de tortas callejero

''Se recupera lo más lúdico en nosotros, con toda su fascinación por lo inesperado''

Paulina del Paso, René Peñaloza y Alex Dorfman son los promotores de esa minigalería

ANGEL VARGAS

Ampliar la imagen Ren�e�za, Paulina del Paso y Pedro Zul�z�z en la minigaler�emplazada en la glorieta del Metro Insurgentes FOTO Roberto Garc�Ortiz

Aprovechar la curiosidad y el morbo inherentes a la naturaleza humana es el punto de partida del proyecto El Mirador, espacio lúdico y poco convencional inmerso en el paisaje urbano de la ciudad de México, en el que se presentan exposiciones y acciones artísticas.

La idea original del colectivo Microplugs, integrado por Paulina del Paso y René Peñaloza, a quienes recientemente se sumó Alex Dorfman, consiste en una especie de minigalería montada en lo que antes fue un puesto de tortas en la calle, de cuyas entrañas se extrajeron tanques de gas, parrillas y refrescos para dar paso a las más inusitadas propuestas e intervenciones creativas, sea en forma individual o colectiva.

Localizado en la explanada de la estación Insurgentes del Metro, El Mirador se inspira en la pieza Etant dones (Dado que), de Marcel Duchamp, en la que una diminuta rendija en la puerta de una habitación apela al impulso voyeurista del espectador, quien detrás de esa mirilla se encuentra con una mujer desnuda y paisajes.

Por lo estrecho de esa estructura de lámina (2.50 metros de largo por 2.30 de alto y 1.30 metros de fondo), la vista es la única forma que tiene el espectador para acceder a ese singular espacio del colectivo Microplugs.

Por ello las cuatro paredes del puesto tienen varios agujeros, en los cuales fueron adaptados lentes que permiten acercamientos y miradas de lo que se exhibe en el interior.

''La interacción con el público ocurre a manera de juego voyeurista", explican Del Paso y Peñaloza, egresados del Centro de Capacitación Cinematográfica.

''Quién se asome podrá ver, oír y quizá hasta oler lo que hay en su interior. Se trata de jugar con la curiosidad natural del público. Según la naturaleza de las piezas de los artistas invitados, el espectador descubrirá un objeto, una sensación, una atmósfera, un performance."

Cuarta exposición

Entrevistados durante la inauguración de la cuarta exposición que se monta en El Mirador, México 2018, de Pedro Zulú González, definen que ante todo este es un proyecto de experimentación, tanto en lo que concierne a una forma diferente de acercar el arte a las personas como por las propuestas de los artistas.

'' Es un esfuerzo concreto por descentralizar y reubicar la obra artística más allá del lugar común -en sentido literal y figurativo- de la galería o el museo. Se trata de llevar las piezas directamente a la calle, pero sin perder la noción de intimidad, ni el requisito de una acción voluntaria por el espectador", apuntan.

''A diferencia del arte público, con el cual el transeúnte puede llegar a toparse por casualidad, aquí se requiere de una decisión consciente del espectador potencial, que primero decide pararse, para finalmente asomarse."

De acuerdo con Del Paso y Peñaloza, ''El Mirador es un espacio que se puede leer como el regalo, la sorpresa, lo desconocido, el secreto, la ilusión. Por tanto, recupera lo más lúdico e infantil en nosotros, con toda su fascinación por lo inesperado.

''Todo esto para desolemnizar la presentación de piezas artísticas, sin restarle a sus mensajes, pero convirtiéndolas en algo accesible para todo tipo de públicos."

Desde su inauguración en febrero y hasta la fecha se han presentado allí cuatro exposiciones, cada una con duración de un mes. Al proyecto aún le restan cuatro meses y ha sido posible gracias al apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, la delegación Cuauhtémoc y el Sistema de Transporte Colectivo Metro.

En julio, adelantan ambos creadores, el concepto cambiará. Dejará de ser una minigalería para convertirse en un microescenario. En él, durante todos los sábados de ese mes, se presentarán conciertos o performances que podrían ser vistos, pero sólo mediante las mirillas antes mencionadas. En agosto se reanudarán las exposiciones.

Respecto de la muestra México 2018, que fue inaugurada el sábado anterior y concluirá el 18 de junio, en horario de 10 a 20 horas, su creador, Pedro Zulú González, comenta que se trata de una mirada apocalíptica sobre el futuro del planeta, aunque ''sumamente lúdica".

Mediante la creación de pequeños sets armados con juguetes miniatura y fragmentos de cómics, el artista plantea ''cómo los mexicanos somos una raza resistente que se adapta muy bien a cualquier situación, buena o mala", en este caso a una catástrofe que destruye a toda la humanidad, salvo a los connacionales.

 
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