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13 de junio de 2005
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REGRESO A TODO GAS

Hace cinco años TransCanada vendió sus activos en México, el gasoducto del Bajío y un interés en el proyecto Mayakán. Quería, señaló entonces, consolidar sus esfuerzos en América del Norte, y ­ya que enfrentaba dificultades financieras­ deshacerse de actividades, como la comercialización de gas y electricidad, que resultaban marginales.

Ya saneada, regresó tras decidir ­de manera muy sesuda, dirían muchos­ que México forma parte del mercado norteamericano de gas. Hoy es postora para uno de los más lucrativos contratos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

En 26 años, calculan fuentes de la CFE, el contrato podría generar ingresos por 1.3 miles de millones de dólares para el ganador.

Se trata de la construcción y operación del ducto que ha de transportar a Tamazunchale, San Luis Potosí, el fluido de la regasificadora de gas licuado natural que Shell construye en Altamira con sus socios, la francesa Total y Mitsui de Japón.

En Tamazunchale el combustible alimentará la planta eléctrica de más de mil 100 megavatios que edifica Iberdrola de España. Más tarde, si todo sigue los planes, habrá otra planta de luz y una extensión del ducto hacia el sur.

La competencia de TransCanada es el consorcio que forman la ítalo-argentina Techint y Petrobras, la petrolera estatal de Brasil. Antes de finalizar este mes se anunciará el ganador de la licitación.

El triunfador tendrá que ponerse las pilas. La CFE quiere las primeras entregas de gas para fines de 2006, cuando debe estar lista la planta de Iberdrola.

Enojada, Repsol cambia de novio

Mientras TransCanada abandonó México en buenos términos, la hispano-argentina Repsol YPF parece dispuesta a salir de Bolivia a cualquier costo.

Tras anunciar su intención de demandar al gobierno de La Paz por la Ley de Hidrocarburos que aprobó el Congreso ­alega Repsol que sus planes de exportar gas natural boliviano no serán rentables­ entabló pláticas con Hunt Oil de Texas, líder del consorcio del proyecto rival de Perú.

Lo interesante para México es que Bolivia y Perú han coqueteado con nuestras autoridades con vistas a vender gas licuado natural para una de las terminales a construirse en la costa del Pacífico. La belga Tractebel forma parte del consorcio peruano. Si las pláticas de Repsol con Hunt resultan, formaría parte del mismo consorcio que Tractebel, dejando sin sentido la competencia entre las dos para construir una regasificadora en la costa mexicana, probablemente en Manzanillo.

El mundo al revés

No sólo México necesita más capacidad de refinación. Hace 30 años que no se construye ninguna refinería en Estados Unidos o Europa. Después de años de pérdidas, las grandes petroleras se rehúsan a invertir en refinerías, pese a las ganancias que ofrecen hoy, unos 10 dólares por barril, y que Estados Unidos importa 15 por ciento de los productos refinados que consume.

Por tanto, los economistas del Grupo de los Ocho (los países más ricos del mundo) presentarán una propuesta para que petroleras reciban incentivos fiscales para construir refinerías.

El mundo al revés. Critican a México porque su petrolera estatal subsidia al gobierno, mientras sus gobiernos subsidian a sus petroleras privadas  §


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