Usted está aquí: jueves 16 de junio de 2005 Política Pobres resultados del operativo México Seguro en Nuevo Laredo

Inquietan a defensores de derechos humanos posibles abusos policiacos y militares

Pobres resultados del operativo México Seguro en Nuevo Laredo

ALBERTO NAJAR ENVIADO

Nuevo Laredo, Tamps., 15 de junio. Revisión extrema de personas consideradas sospechosas, algunas de las cuales son incluso desnudadas en el cateo. Retenes militares que se instalan de improviso en cualquier parte de la ciudad para detener autos y camionetas, especialmente las pocas patrullas de tránsito que desde la noche del martes empezaron a circular. Maltrato a quienes se acercan a los convoyes de soldados o elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI), que portan rifles de asalto siempre preparados para disparar. Tal es el saldo de cuatro días del programa México Seguro en Nuevo Laredo, donde la pobreza de los resultados empieza a causar inquietud en organizaciones no gubernamentales.

El Centro de Estudios Fronterizos y de Promoción de Derechos Humanos (Cefprodhac) advirtió este miércoles que el modelo de operativo aplicado en la frontera -con retenes y patrullajes a la espera de que los delincuentes se topen con las autoridades- revela que "el gobierno federal carece de trabajo de investigación e inteligencia" para combatir a la delincuencia. No es la primera vez que se aplican "operativos policíacos escandalosos", como el que se lleva a cabo estos días en la frontera tamaulipeca, subrayó el Cefprodhac, y hasta ahora no hay resultados contundentes en la lucha contra la delincuencia organizada.

"Al ciudadano no solamente le preocupa la violencia generada por la delincuencia organizada, sino que también busca justicia cuando es víctima de asalto en sus empresas, sufre robo domiciliario o pierde su auto", afirmó el centro en un comunicado.

La crítica del Cefprodhac no fue gratuita. Este miércoles dos personas fueron ejecutadas en Reynosa, una de las ciudades fronterizas donde el programa México Seguro se aplica con mayor severidad.

El doble homicidio ocurrió a unas calles del palacio municipal, siempre vigilado por la policía local y donde los agentes de la Policía Federal Preventiva (PFP) suelen estacionar sus vehículos. Las víctimas fueron identificadas como Javier Rocha Silguero y Armando Silva.

La falta de resultados se refleja también en otras áreas, como la investigación del homicidio de Alejandro Domínguez Coello, efímero director de la Policía Municipal de Nuevo Laredo, pesquisa que se encuentra detenida porque la Procuraduría General de la República (PGR) recibió el expediente hasta la noche del martes, es decir, casi una semana después del crimen.

De acuerdo con el delegado de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), Roberto Maldonado Siller, la averiguación previa no se pudo entregar antes porque el personal de la PGR asignado a la zona estaba ocupado en atender los incidentes de los últimos días. Ahora el siguiente paso es que el Ministerio Público Federal revise el expediente y determine si existen elementos para continuar las pesquisas.

Curiosamente, desde la semana pasada la dependencia federal había anunciado que se encargaría de investigar la ejecución de Domínguez Coello. Este miércoles se supo que no fue así.

Mientras, los policías municipales siguen sin volver a las calles porque el Ejército no les ha regresado sus armas de cargo con el argumento de que no aún termina su certificación. Tampoco están muy conformes con el operativo, pues además de la revisión de sus antecedentes y los exámenes a que han sido sometidos, los uniformados enfrentan ahora un nuevo problema: no recibieron su pago quincenal, como lo había ofrecido el alcalde David Peña Treviño.

Nada nuevo. El lunes pasado el funcionario informó que se había apoyado con recursos a los familiares de los 41 policías detenidos por el enfrentamiento con elementos de la AFI, pero en realidad, se quejaron algunos uniformados, sólo les adelantó el sueldo de la quincena correspondiente.

Los empresarios, el presidente municipal y hasta el gobernador, Eugenio Hernández, se han mostrado satisfechos con la presencia del Ejército y los policías federales en la ciudad.

Pero los habitantes de Nuevo Laredo -que este miércoles cumplió 157 años de su fundación- empiezan a sentir las incomodidades de esas visitas, las cuales se hacen más evidentes por las noches, cuando aumenta el número de soldados en las calles.

Los convoyes de vehículos armados patrullan los alrededores de los puentes internacionales, las zonas turísticas y, sobre todo, las colonias con presencia de narcotraficantes, como la Madero y Los Alamos.

Los militares detienen a todo vehículo que les parece sospechoso, especialmente patrullas de tránsito y taxis donde suelen operar los llamados halcones, espías de la banda de Los Zetas (ex militares hoy al servicio del cártel del Golfo) que se encargan de reportar todo el movimiento de los cuerpos policíacos y que se han mantenido activos estos días.

Por eso las revisiones suelen ser extremas. La madrugada del miércoles, junto al parque Viveros, un contingente del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales interrogó al conductor de una camioneta pick up al cual obligaron a desnudarse. Al acercarse reporteros, los militares ordenaron al sujeto que se escondiera en una calle oscura. No fue posible identificarlo: los soldados apuntaron con sus fusiles al vehículo de los informadores.

Una actitud que ya causa molestias. "Enfrentar la violencia con la violencia demuestra que en nuestro país la Constitución es letra muerta", subrayó el comunicado del Cefprodhac, al poner como ejemplo el trato que recibieron los policías municipales de Nuevo Laredo. Si a ellos "los golpearon e incomunicaron los elementos de la AFI y la PFP, qué puede esperar un ciudadano común que les resulte sospechoso".

Con información de Carlos Figueroa, corresponsal

 
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