Usted está aquí: viernes 17 de junio de 2005 Opinión MEXICO SA

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Carlos Fernández-Vega

El relevo en el BID

La política de apoyo al próximo presidente llevará el sello indeleble de la Casa Blanca

EN POCO MAS de un mes un personaje del tradicional circuito financiero del continente tomará posesión de la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Hasta ahora lo único concreto que se conoce es que el secretario mexicano de Hacienda y gobernador por su país en esa institución financiera bilateral, Francisco Gil Díaz, no participará como candidato a dicho puesto.

QUIEN OCUPE EL cargo que, por renuncia, dejará Enrique Iglesias se constituirá en el cuarto presidente del BID. Al igual que el ex secretario mexicano de Hacienda, Antonio Ortiz Mena (1971-1988), el uruguayo se mantuvo en la presidencia a lo largo de 17 años (1988-2005), contra 12 del chileno Felipe Herrera (1959-1971), el primero en ocupar esa silla. El plazo para registrar candidatos vence el 16 de julio, y el vencedor deberá sentarse en la oficina principal del organismo a partir del próximo 30 de septiembre, por un periodo (renovable) de cinco años.

UN POCO DE contexto para una elección que se aproxima y en la que sin duda (como sucede en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional) la decisión real estará en manos del gobierno estadunidense y, en menor medida, de las naciones europeas y Japón que participan en el organismo financiero regional. Para guardar las apariencias, el candidato vencedor deberá contar con el apoyo de un número de países miembros que le den mayoría absoluta del poder de sufragio del banco y de la comunidad latinoamericana.

LA ESTRUCTURA DEL voto depende de las aportaciones económicas que hagan los países adherentes al BID, de tal suerte que si bien las 26 naciones latinoamericanas tienen mayoría (50.01 por ciento de los sufragios) el poder de "convencimiento" de la Casa Blanca es lo suficientemente amplio como para lograr que el vencedor en la elección para presidir el Banco no resulte una oveja descarriada que altere al rebaño.

OFICIALMENTE, EL BID se fundó en 1959 como una "asociación" entre 19 países latinoamericanos y Estados Unidos. Los integrantes originales fueron Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela y Estados Unidos. A la fecha participan 47 naciones.

ESTADOS UNIDOS, CANADA, los 18 países europeos y Japón, todo ellos participantes en el BID, tienen para sí 49.99 por ciento de los votos. Aun así, el primero conserva poco más de 30 por ciento de poder del voto, el segundo ligeramente por arriba de 4 por ciento y Japón 5 por ciento.

PARA EL CASO latinoamericano, Argentina, Brasil, México y Venezuela son los de mayor poder electoral -por llamarle de alguna manera- con 10.75, 6.91 y 5.76 por ciento, respectivamente; los dos primeros y el último de los países citados serían los únicos que podrían presentar un candidato alterno que cuide los intereses latinoamericanos y no siga mansamente los dictados de la Casa Blanca; el tercero, por obvias razones, desde luego que no.

UN SEGUNDO BLOQUE de naciones latinoamericanas -constituido por Chile, Colombia, Perú y Uruguay- apenas reúne 8.49 por ciento (2.95, 1.44 y 1.15 por ciento, respectivamente), mientras que los países restantes, incluidos los del Caribe, apenas sí tienen derecho a levantar la paleta a la hora de las votaciones.

EL AGUERRIDO Francisco Gil Díaz se adelantó con un rotundo no a su candidatura, aduciendo que "opiniones prematuras no son responsables ni ayudan para dilucidar quién será el mejor ejecutivo de una institución tan importante para el continente americano". Sin embargo, igual de prematuro e irresponsable resultó que el secretario de Hacienda asegurara que esa dependencia "es la única que tiene la responsabilidad de deliberar y, en su momento, de emitir una opinión y un voto respecto del futuro titular del BID", cuando se supone que el que decide es el que reposa en Los Pinos.

LO QUE SI quedó claro por parte de Gil Díaz es que no ve con agrado el cabildeo que en torno de la candidatura del embajador colombiano ante la Casa Blanca, Luis Alberto Moreno, de quien opinó: "Es una persona de altísimas cualidades personales y profesionales, pero, en virtud de su experiencia más ligada a la diplomacia que a las actividades hacendísticas y financieras, no es la persona idónea para desempeñar la compleja responsabilidad de presidir el BID". Por ello, dijo, "el gobierno mexicano hará una evaluación cuidadosa, no precipitada, de las personas que se presenten y en el momento oportuno emitirá su voto", no sin dejar abierta la posibilidad de que el gallo del gobierno del "cambio" sea un mexicano, "de entre los varios que tienen altas calificaciones humanas y profesionales para aspirar a dicho puesto", entre los que no se cuenta -por autodescalificación- el propio secretario de Hacienda.

HASTA AHORA, FORMALMENTE, sólo se han presentado las candidaturas de João Sayad, gobernador de Brasil ante el BID; Mario Alonso, con igual representación por parte de Nicaragua, y Pedro Pablo Kuczynski, ministro de Economía de Perú, quien ayer fue promovido por el presidente de la nación andina, el cada vez más carismático y aceptado Alejandro Toledo. El propio Banco Interamericano de Desarrollo asegura que la postulación de Luis Alberto Moreno, el embajador colombiano en Washington, no ha sido oficializada, aunque es de suponer que el gobierno de Alvaro Uribe no dude en hacerlo.

VALGA LO ANTERIOR para no esperar sorpresas ni progresos en la forma en que el BID proceda a partir del próximo 30 de septiembre, cuando el cuarto presidente de la institución entre en funciones. Tampoco las hubo en el caso del Banco Mundial ni en el del Fondo Monetario Internacional, por lo que la política de "apoyo" a la región mantendrá el sello indeleble de la Casa Blanca.

Las rebanadas del pastel:

SI EL INQUILINO de Los Pinos cree que un tratado migratorio México-Estados Unidos depende del "amigo" George W. Bush, entonces es recomendable que compre un cómodo sillón para esperar tranquilamente el fin de su mandato... Como siempre, la mejor de las suertes para mi querida Carmen Aristegui en su nuevo ciclo con CNN.

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