Usted está aquí: sábado 18 de junio de 2005 Ciencias Brinda el Citer tecnología de rehabilitación acorde al enfermo

El organismo pertenece a la Universidad Iberoamericana; su atención es gratuita

Brinda el Citer tecnología de rehabilitación acorde al enfermo

Fabrica sillas de ruedas y otros aditamentos según las necesidades del paciente, dice su director, Jorge Letechipia

Un aparato inapropiado puede causar hasta la muerte de quien lo usa, advierte

JOSE GALAN

Ampliar la imagen Jorge Letechipia, durante la entrevista con La Jornada. Al fondo se observan algunos de los aparatos que se utilizan en la rehabilitaci�e los enfermos FOTO Guillermo Sologuren

La ingeniería de rehabilitación permite a los discapacitados acceder a instrumentos de ayuda, acordes a las características propias de su problema físico y mental, para alcanzar una mejor calidad de vida. Esta es la filosofía que anima al Centro de Ingeniería y Tecnología de Rehabilitación (Citer) de la Universidad Iberoamericana (Uia).

Este centro atiende gratuitamente a todos aquellos en busca de aparatos personalizados que, en los casos más extremos, impidan la aparición de llagas, o que permitan la comunicación con sólo el movimiento del dedo gordo de un pie. Es decir, para discapacitados tanto física como mentalmente.

En pocas palabras, este centro se dedica a desarrollar sillas de ruedas y aparatos según las características de cada enfermo, así como asientos de hule espuma que eviten el surgimiento de escaras, llagas o úlceras provocadas por la falta de movimiento y el uso de instrumentos inadecuados.

El director del Citer, Jorge Letechipia, señala que el laboratorio del centro tiene tres funciones: la labor académica, donde los estudiantes aprenden sobre tecnologías existentes para asistir y reducir discapacidades, además de diseñar equipos para personas con discapacidad física -lo que se conoce como "ayudas técnicas"- o, principalmente, discapacidades primarias.

En segundo lugar, el servicio social, al prestar atención a personas con discapacidades físicas, y tercero, la investigación y desarrollo de nuevas herramientas.

"Uno de los principales productos que desarrollamos es el diseño de espumas plásticas para asientos conformados de acuerdo con las características particulares de la anatomía de cada paciente". Es decir, cada enfermo, por su discapacidad física, presenta una deformidad anatómica resultado de muchos años de mala postura, así que se fabrica un asiento para amoldarlo a la silla de ruedas y evitar el surgimiento de escaras.

Otro aspecto sería la fabricación de sillas de ruedas a la medida porque, dice, éstas no vienen en todas las tallas, como la ropa, sino que se deben ajustar a las medidas y características de cada cual. "Vienen sólo para adultos y para niños, y luego resulta que ni a uno ni a otro le quedan bien". Esto significaría, en términos prácticos, aumentar la independencia del paciente respecto de su entorno.

Insiste en que una silla de ruedas inapropiada provoca laceraciones de consideración en la piel, que muchas veces resultan en la muerte del paciente debido a las infecciones que adquieren por esa vía, e inclusive malformaciones esqueléticas que aumentan el deterioro de los enfermos. "Por ello, realizamos investigaciones sobre parámetros de diseño, y poder fabricar instrumentos a la medida del usuario".

Definiciones de discapacidad

Dentro de la filosofía jesuita, el centro mantiene un compromiso con la población de menores recursos -aunque atiende a personas de todos los niveles económicos-, a fin de otorgarles calidad de vida y oportunidades de educación, empleo y, sobre todo, de mejor salud.

Actualmente no existen estudios puntuales sobre la extensión de la discapacidad física o mental en nuestro país. En el anterior censo general del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática en el país, resultó que sólo 3 por ciento de la población entra en estas características. Pero de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, la cifra sería de 10 por ciento de la población.

"Las dos son válidas", dice Letechipia. "Quizá lo que sucede es que las definiciones de discapacidad son diferentes. Por ejemplo, en Estados Unidos se utilizan definiciones universalmente aceptadas, y la cifra de discapacitados se sitúa entre 10 y 12 por ciento de su población. Por ello, creo que sería temerario decir que en un país con menos desarrollo como es el nuestro, donde existe una menor seguridad industrial, la discapacidad sólo abarca 3 por ciento de la población".

Si algún ciudadano desea acudir al Citer, debe primero ser aceptado entre los grupos de investigación del propio centro. Se aceptan pacientes de entre 16 y 65 años de edad que no presenten escaras o llagas. Actualmente el centro atiende alrededor de 20 pacientes. En total da servicio entre 50 y 60 personas al año, porque "nuestra capacidad es muy reducida", dice Letechipia.

Para mayores informes, comunicarse al correo electrónico [email protected], o a los teléfonos 59504302 y 59504079.

 
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