391 ° DOMINGO 19 DE JUNIO DE 2005
 

Las policías municipales, el eslabón más débil
Tijuana, violencia a prueba de promesas

Jesús Ramírez Cuevas/ Tijuana

En los primeros días de su gobierno, el presidente Vicente Fox anunció que Tijuana sería el primer lugar donde habría operativos de todas las policías y el Ejército. "Estoy seguro de que en un término de seis meses debemos de limpiar Tijuana, ponerla en paz", dijo. Cinco años después, el partido del presidente ya no gobierna la principal ciudad fronteriza que es nuevamente campeona en narcoejecuciones.
El alcalde Jorge Hank Rhon ha puesto su granito de arena. Desconfiado de la policía local, el hijo del legendario profesor, llevó a un equipo de 36 policías del estado de México ­incluido su director de seguridad pública­ y prometió acabar con el narcomenudeo en un día. Sin embargo, en Tijuana han aumentado las ejecuciones, los robos y los secuestros



Retén en las calles de Tijuana Fotografía: NOTIMEX
El primer día de su gobierno, Jorge Hank Rhon prometió acabar con las narcotienditas en un día y con la violencia en unas semanas. Su secretario de Seguridad Pública, Ernesto Santillana, un poco más cauto, lo corrigió y dijo que sería en unos meses y se comprometió a renunciar si no disminuía la violencia en un año. Sin embargo, lejos de disminuir, en esta ciudad fronteriza han proliferado los expendios de drogas en las colonias pobres y aún en el centro de la ciudad. Coincidiendo con la nueva administración, también se desató la violencia del crimen organizado. Ante las protestas de la sociedad, el jefe policiaco declaró que serían destituidos los comandantes de aquellos sectores donde apareciera un "encobijado" ­forma en la que los sicarios del narcotráfico abandonan en las calles a sus víctimas ejecutadas.

Lejos de inhibir el crimen, la medida ha provocado que los mismos policías municipales terminen removiendo los cuerpos a otros puntos de la ciudad para evitar la sanción. Por eso, el semanario Zeta cuestionó la medida en una editorial titulada "Prohibido tirar cadáveres". Pero los desatinos del ayuntamiento en materia de seguridad no terminan ahí.

Esta semana, mientras Hank Rhon declaraba que la policía no intervenía en el Operativo México Seguro, puesto en marcha por el gobierno federal, porque "nosotros sólo vamos a donde nos invitan". Santillana lo volvió a corregir al señalar que los municipales sí participaban en las operaciones conjuntas con las fuerzas federales y estatales.

David Solís, presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública de Tijuana ­a quien Hank Rhon intentó destituir para acabar con este organismo que fue elegido democráticamente por la ciudadanía­, señala que "el gobierno municipal no tiene una política ni un plan de seguridad pública. Por ello ha optado por la represión policiaca, creando cuerpos de elite y promoviendo la impunidad de los agentes".

El alcalde priísta contrató a 36 agentes del estado de México (incluido al actual secretario de seguridad pública municipal), lo que ha creado conflictos con los policías locales por su prepotencia y su proceder. Un ejemplo es que dos de los agentes "importados" están involucrados en asesinatos ocurridos en Carnitas Quiroga y en el Club Campestre. La policía ministerial detuvo a los dos policías señalados como responsables de los crímenes a mansalva de dos vendedores de droga y de otra persona. Los municipales simularon un enfrentamiento, modificaron la escena del crimen, sembraron droga a las víctimas. Un comando armado de policías municipales cubiertos con pasamontañas "rescató" a sus compañeros de la Procuraduría estatal.

Hace unos días, un juez ordenó la captura de los agentes acusados de asesinato, pero éstos son protegidos por Ernesto Santillana, quien públicamente los defendió y justificó el operativo de rescate. A partir de estos casos y de la impunidad que les brindan sus jefes, denuncia David Solís, "los policías sienten que están autorizados para cometer abusos y delitos en Tijuana, lo que ha afectado particularmente a migrantes, vagabundos, jóvenes y prostitutas".

Los amigos de Hank

Mientras Tijuana vive momentos aciagos, a su alcalde parece no preocuparle mucho. En seis meses Jorge Hank Rhon no ha podido definir una política clara de gobierno, mucho menos en materia de seguridad pública. Después de sus tropiezos iniciales ante los medios, ha optado por el viejo populismo priísta. Una especie de pan y circo con pachangas, rifas, regalos y repartos masivos de despensas. Más que actos gobierno, Jorge Hank prefiere aparecer en escuelas y colonias populares donde se muestra como un "benefactor" de los sectores marginados que le dieron el triunfo. Como lo ha venido haciendo desde hace muchos años, no deja escapar un Día de Reyes, del Niño, de las Madres o la Navidad para hacer fiestas y entregar regalos a pasto. Algo que medios locales califican como "la interminable kermés priísta". El edil tijuanense decretó los "martes de puertas abiertas" para recibir a la gente de escasos recursos que le piden ayuda económica para pagar servicios públicos, atención médica y solución a sus problemas. Le gusta sentirse patriarca y su gobierno lleva el sello de sus gustos por los eventos sociales. Por ejemplo, el pasado 7 de junio revivió la celebración de la libertad de expresión agasajando a los periodistas a los que les entregó una "montaña" de toda clase de regalos, desde terrenos urbanizados, grandes televisores, aparatos electrónicos y viajes de placer, todos patrocinados por un grupo de empresarios.

Ahí el fotógrafo Miguel Cervantes fue el único comunicador que devolvió el terrenito que le había regalado Hank Rhon. A su bohonomía, este presidente municipal suma su inexperiencia política, lo que ha abierto una disputa por el control del ayuntamiento entre cinco grupos que lo apoyan pero que chocan entre sí. Al primero se le conoce como el Grupo Caliente. Está formado por personas que han acompañado al hijo de El Profesor en sus negocios privados como el hipódromo y los books. Destacan Pedro Panamá, Kurt Honold y Francisco Ramírez, acostumbrados a las intemperancias de su jefe, dedicados, serviciales y fieles a toda prueba. El segundo equipo representa al añejo PRI más identificado con Roberto Madrazo, que regresó al poder en la ciudad. Es encabezado por Fernando Castro Trenti, a quien Jorge Hank intentó colocar como vicepresidente municipal, sin conseguirlo debido a las protestas de los partidos de oposición en el cabildo. Preocupado más por retener el poder más allá de esta administración, el grupo se dedica en cuerpo y alma a realizar los "amarres" para apoyar a Madrazo. El tercer equipo está integrado por reconocidos porros universitarios que no tienen experiencia de gobierno pero que cumplen las tareas que les encarga su jefe. Su cabeza visible es el síndico José María Lozano. Un cuarto grupo está integrado por empresarios cercanos al PRI como Jorge Astiarán Orcí. No tienen experiencia política pero sí muchos ánimos de figurar socialmente, por lo que impulsan programas sociales más altruistas que efectivos. El quinto grupo es una mezcla de viejas figuras del priísmo como Rafael García y Martha Montejano y jóvenes que arribaron a la administración municipal, cuyo único mérito es ser familiares de personas que trabajaron en la campaña. Así gobierna en Tijuana Jorge Hank Rhon, que se mira como el heredero político de El Profesor. Mientras la violencia y las ejecuciones siguen y siguen.