La consultoría subraya la falta de transparencia en el manejo de la empresas
IP, corresponsable de la pérdida de competitividad de México: Deloitte
Advirtió que los estándares de gobierno corporativo están por debajo del promedio mundial
El sector privado es corresponsable de la pérdida de competitividad de México, pues la falta de transparencia en el manejo de las empresas nacionales es uno de los principales factores que limitan las inversiones.
Guillermo Cruz Reyes, socio de la firma internacional de consultoría Deloitte, dijo que los estándares de gobierno corporativo en México están por debajo del promedio mundial, de acuerdo con mediciones del Banco Mundial, y reconoció que existe el riesgo de que se cometan fraudes similares a los de WorldCom, Enron, Tyco y Vivendi.
Asimismo, advirtió que la nueva Ley del Mercado de Valores, por sí sola, no garantiza mejores prácticas en las firmas mexicanas.
En conferencia de prensa, Cruz Reyes presentó los resultados de la Encuesta nacional sobre comités de auditoría que Deloitte aplicó a 187 empresas mexicanas "de gran prestigio", muchas de ellas integrantes de la lista de las 500 más importantes que cada año publica la revista Expansión.
El consultor explicó que el comité de auditoría es el principal mecanismo de los consejos de administración para obtener información sobre los aspectos clave de una empresa, de su operación y de los riesgos que enfrenta.
Sin embargo, se encontraron compañías que carecen de mecanismos para detectar anomalías que van desde errores de operación hasta corruptelas; no hay planes de sucesión que especifiquen qué hacer en caso de que llegue a faltar el presidente del consejo u otro miembro de la directiva e incluso no hay contacto directo de los consejeros con la empresa y sus problemas.
Sin dar nombres, debido a que existe un acuerdo de confidencialidad, Cruz señaló que se detectaron casos en los cuales los consejeros ni siquiera conocían los procesos ni los productos de la compañía. En general, los miembros de los comités de auditoría "se sienten incómodos".
En otros países, recordó el analista, se ha visto que la falta de información y vigilancia sobre las funciones y atribuciones de los ejecutivos "puede acabar con una empresa".
La encuesta muestra que estos problemas no son exclusivos de los grandes negocios; de hecho, 67 por ciento de las compañías incluidas no cotiza en la bolsa.
El universo del estudio abarca empresas cuyas ventas van de manos de 100 millones de dólares al año (35 por ciento) hasta más de mil millones (30 por ciento).
En la evaluación global, las empresas analizadas tuvieron una calificación promedio de 3.5 en una escala de uno a cinco; no obstante, 54 obtuvieron calificaciones "satisfactorias" y 13 alcanzaron los más altos estándares internacionales de gobierno corporativo.
En general se reconoce que, independientemente de que se apruebe la nueva Ley del Mercado de Valores, las buenas prácticas corporativas aumentan la competitividad de las empresas y las hacen más atractivas para los inversionistas.
Los inversionistas, explicó Guillermo Cruz, no sólo toman en cuenta la estabilidad macroeconómica y política de un país, sino también las prácticas de gobierno corporativo de sus empresas.
"Mientras México no alcance niveles satisfactorios ello limitará las inversiones". De hecho, agregó, Chile y Brasil están avanzando más rápido que México.
Según el consultor, la nueva Ley del Mercado de Valores permitiría a las empresas mexicanas equiparar su nivel de supervisión con las compañías del sector financiero, que llevan cinco años supervisadas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV); sin embargo, insistió en que la ley no es garantía de mejores prácticas, ya que la ética en los negocios es "una cultura".
Datos de Deloitte muestran que de las 20 empresas más grandes que cotizan en la bolsa, todas están controladas por familias, las cuales manejan 95 por ciento de los negocios.