Usted está aquí: jueves 23 de junio de 2005 Opinión NAVEGACIONES

NAVEGACIONES

Pedro Miguel

Edgar Ray Killen, criminal octogenario

La autopsia de Terry Schiavo

''Jack el Destripador'' recorre el mundo

CUARENTA Y UN años hubieron de pasar para que se cerrara la última posibilidad de hacer justicia por los asesinatos de James Chaney, Andrew Goodman y Michael Schwerner, activistas de los derechos civiles, secuestrados, apaleados, baleados y quemados por hombres del Ku Klux Klan en junio de 1964 en la localidad de Filadelfia, Mississippi, en el sur profundo de Estados Unidos. Chaney era negro y nativo del lugar, en tanto que los otros dos eran blancos provenientes del norte. Pero ese dato no ayudó a identificar los tres cuerpos irreconocibles que halló la policía local en un pantano próximo al pueblo, 44 días después de su desaparición. Esta historia atroz sirvió de base para una película célebre y sabia, Mississippi en llamas (1988). En 1967 ocho integrantes del Klan, Edgar Ray Killen entre ellos, fueron procesados, no por homicidio, sino por haber violado los derechos civiles de los tres activistas. Siete de ellos fueron hallados culpables pero ninguno permaneció en prisión más de seis años. En cuanto a Killen, el hecho de que fuera pastor religioso, además de operador de un aserradero, actuó a su favor: uno de los integrantes del jurado (compuesto exclusivamente por blancos) dijo que no podía dar su voto para declarar culpable a un predicador. De esa manera el homicida pudo vivir 33 años -la vida de Cristo- en plena impunidad. En 2000 la investigación fue reabierta y en enero del presente el ya anciano supremacista, un hombre que ríe y sonríe con facilidad, fue indiciado. El martes fue declarado culpable de homicidio involuntario, y aunque el veredicto es tenue, ya no sonrió: salió del edificio de la corte del condado de Neshoba en silla de ruedas y respirando oxígeno de un tanque portátil, pero repartiendo golpes a los periodistas que trataban de aproximársele.

TODAVIA NO ESTABA claro, cuando escribí esta navegación por aguas horrendas, la pena que ha de imponérsele al anciano criminal, ni en qué condiciones habrá de cumplirla. Aunque tiene las piernas inutilizadas por una fractura reciente, Killen pareció lúcido en todo momento y el juez a cargo del caso no halló ningún elemento de discapacidad en el acusado. Pero sus partidarios, que los hay aunque parezca inconcebible, sostienen que padece de demencia senil y que el proceso fue, en consecuencia, una crueldad: el mismo argumento de los que han logrado la impunidad de Augusto Pinochet. Echenle un ojo al sitio nationalist.org y, por favor, no vomiten encima de esta página.

http://news.yahoo.com/s/ap/20050621/ap_on_re_us/civil_rights_killings_19;_ylt=Ajj8AQ_
LBcRle3U2Xf6uDLIY.Y4v;_ylu=X3oDMTBiMW04NW9mBHNlYwMlJVRPUCUl

http://www.law.umkc.edu/faculty/projects/ftrials/price&bowers/movie.html

http://www.imdb.com/title/tt0095647/

http://www.radio-canada.ca/nouvelles/International/nouvelles/200506/16/005-Mississippi-Burning.shtml

http://news.yahoo.com/news?tmpl=story&u=/ap/20050612/ap_on_re_us/civil_rights_killings_5

http://www.law.umkc.edu/faculty/projects/ftrials/price&bowers/price&bowers.htm

http://www.nationalist.org/alt/2005/killen.html

http://www.nationalist.org/pages/home/home.html

SEA CUAL FUERE el castigo que se le imponga, será obligadamente simbólico. Una pena de prisión de, digamos, tres décadas, no tiene el mismo peso si el sentenciado tiene 40 que si tiene 80. Además, tal vez los enlaces neuronales de Killen estén tan arruinados que ya no produzcan ideas atroces, y acaso el asesino ya no sea capaz de darse plena cuenta de su situación. Pero esas consideraciones no debieran impedir que se aplique la justicia, así sea para escarmentar a los asesinos raciales que todavía pululan por este mundo.

POR DETERIORADO QUE esté el cerebro de este viejo racista seguramente no lo estará tanto como el de Terry Schiavo, la mujer que permaneció 15 años en estado vegetativo, y cuyo organismo fue piadosamente descartado en marzo de 2005. Recientemente se dieron a conocer los resultados de la autopsia que ordenó su marido, Michael, quien después de años y batallas legales en las que hasta George Walker metió la nariz, logró que el cuerpo de Terry fuera desconectado del tubo que lo alimentaba. De acuerdo con los médicos que examinaron el cuerpo, su masa encefálica se había encogido a menos de la mitad del promedio para una mujer de su edad y los centros de la visión habían desaparecido. Los especialistas descartaron por completo que ese residuo de cerebro hubiese podido albergar algo parecido a un estado de conciencia. Los padres de la infortunada mujer, quienes durante una década se aferraron a la ilusión desesperada de que Terry conservaba algún grado de percepción de su entorno, no pudieron aceptar la contundencia de estos resultados. Las cenizas de lo que había quedado de la autopsia, de más de diez años de estado vegetativo y de un colapso circulatorio fulminante, fueron enterradas el lunes pasado.

http://news.yahoo.com/news?tmpl=story&u=/ap/20050616/ap_on_re_us/schiavo_autopsy

http://news.yahoo.com/news?tmpl=story&u=/ap/20050621/ap_on_re_us/schiavo_interment_7

http://www.co.pinellas.fl.us/forensics/

http://www.nybooks.com/articles/18050

OTRO CEREBRO PROFUNDAMENTE enfermo, más en el sentido de Killen que en el de Schiavo, fue el del asesino célebre, pero desconocido, que entre el 31 de agosto y el 8 de noviembre de 1888 asesinó a cinco mujeres -sexoservidoras, todas ellas- en Whitechapel, Londres, y que se hizo llamar a sí mismo "Jack el Destripador". El desafío de Jack a las autoridades policiales -a las cuales enviaba cartas- es hoy en día un arquetipo, sobre todo cinematográfico, del sociópata que juega al gato y al ratón con los representantes de la ley. En libros, películas, artículos y novelas mucha gente sigue devanándose los sesos (enfermos o no) para dar con la identidad del criminal, pero hasta ahora no hay una teoría convincente que explique por qué descuartizó a sus víctimas o por qué dejó bruscamente de hacerlo. Muchos suponen, por la precisión atroz de los cortes y sustracciones de órganos, que el multihomicida era cirujano. Sin desmedro de tal supuesto, el ex detective inglés Trevor Marriott (Jack the Ripper: The Forensic Profile, Blake Publishing, Londres, 2005) ha expuesto una nueva elucubración: médico o no, Jack era marinero, llegó a la capital inglesa en julio de ese año fatídico a bordo del Sylph, un carguero de 600 toneladas procedente de Barbados y que regresó al Caribe el 22 de noviembre, dos semanas después del asesinato de Mary Kelly, la última de las víctimas británicas en la cadena de homicidios. En enero del año siguiente ocurrieron, en Managua, los descuartizamientos de seis mujeres, y que según un despacho del Times fueron "de los asesinatos más atroces que se hayan cometido dentro de los límites de esa ciudad". En septiembre hubo un crimen más en Whitechapel (el barrio era miserable entonces, y lo sigue siendo), y en octubre se conoció la evisceración (la palabra no existe, según el diccionario de la Real Academia, pero el resto del mundo la emplea, en español y en otros idiomas: "Eviscerar! Que bela palavra! Decerto a mais bela dentre todas, inclusive aquelas jamais sonhadas") de una mujer en el puerto danés de Flensburg, de donde salían frecuentemente barcos con destino a Londres.

LA HIPOTESIS DE MARRIOTT parece inteligente. Yo tiendo a pensar que Jack no ha muerto sino que, por el contrario, con el tiempo se ha multiplicado como una amiba, y que actualmente hay, repartidos por todo el mundo, miles de clones suyos que se ensañan en las mujeres más desprotegidas (las prostitutas lo eran en el Londres decimonónico) y dejan una estela de muerte cada vez más enloquecedora: Chihuahua, Guatemala, Sonora, España...

http://www.clarin.com/diario/2005/06/05/sociedad/s-04215.htm

http://contosperversos.blogspot.com/2005_06_01_contosperversos_archive.html

http://www.gastronomiavasca.net/hl/glosario/show-item?id=340&rec_id=954

http://www.whitechapel.org.uk/

http://news.bbc.co.uk/1/hi/uk/3544233.stm

http://www.casebook.org/dissertations/dst-kelly.html

JORGE ANAYA ME envió la localización de un "Manifiesto de los correctores de español" en el cual se critica, con toda pertinencia, el mal uso de la lengua (pienso en sintaxis y ortografía, pero cualquiera es libre de pensar en otra cosa) por los medios informativos, los políticos y los publicistas. Por su parte, Edgar Contreras me pasó un link a un blog que no tiene madre, en el que cualquiera puede colgar, en forma anónima, una confesión de pecados, delitos, dolores, sufrimientos o vergüenzas reales o imaginarios. Aquí van unos ejemplos. Gracias también a José María Rivas Manzanilla y a Gerardo González por sus reflexiones sobre la caridad y la beneficencia. Los puse en nuestro sitio en Communityzero. Allí Alberto Serdán colocó un link a una nota de The Guardian sobre piratería en Internet. Y gracias también a Raúl Enríquez Habib por su divertido comentario sobre las drogas.

http://www.elcastellano.org/manifiesto.html

http://postsecret.blogspot.com/

http://www.communityzero.com/nave

[email protected]

 
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