Usted está aquí: viernes 24 de junio de 2005 Capital CIUDAD PERDIDA

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Diferencias con visos de fractura en el PRD-DF

Ebrard, bien pero mal

Metrobús, basta de silencios y enfados

LAS DIFERENCIAS en el PRD de la ciudad de México huelen a fractura.

MIENTRAS MARCELO Ebrad ha buscado de todas formas y con algún éxito relativo convencer a muchos grupos de perredistas, no a las dirigencias, de las bondades que les acarrearía él como jefe de Gobierno, los liderazgos de ese partido empiezan a analizar la posibilidad de cambiar las formas y hacer que la elección para hallar al candidato perredista al gobierno de la capital se logre en una elección cerrada, es decir, entre puros militantes del partido.

SI ESO fuera cierto, las posibilidades de que Ebrard logre la candidatura casi se esfuman, porque en ese partido la popularidad del funcionario es muy alta, pero muy mala, es decir, Ebrard caminaría por el sendero del perdedor.

A EBRARD no le pesa tanto lo que ha hecho o lo que ha dejado de hacer, el lastre que acarrea es el del apellido de su ex jefe: Camacho, que por más que dice y hace sigue siendo considerado por los grupos más amplios del perredismo como un agente del neoliberalismo.

ADEMAS, HASTA ahora y cuando menos frente al partido al que decidió pertenecer, después del PRI, no ha hecho un público deslinde de aquello que algunos suponen es su signo político, cosa que no estaría nada mal, porque además muchos son los argumentos que podrían servirle para marcar su raya por lo que toca a ese sistema de gobierno.

POR LO pronto, la división entre quienes pretender impedir el paso a Ebrard en una elección cerrada son un buen grupo, hay una minoría donde la CID lleva la mano, que sigue en el apoyo al secretario de Desarrollo Social y que parece encabezar Martí Batres. Ya veremos hasta dónde se profundizan las diferencias en unos cuentos días.

El Metrobús

PERO HOY, sea como sea, el asunto de mayor importancia va sobre ruedas. La puesta en marcha del Metrobús ha creado un ánimo contrario al que se esperaba respecto de un servicio público de la importancia que tiene el de los camiones confinados.

PARECE QUE no es válido preguntar si los gusanos, como ha bautizado la gente a estos vehículos, prestan o no un mejor servicio que los microbuses, porque el entendido era que la gente viajaría de una manera diferente, mucho mejor que en los camioncitos que chocaban un día sí y otro también, donde los asaltos eran cuestión cotidiana y el trato al usuario era, por decirlo de alguna forma, salvaje.

TODO ESO ha pasado a un segundo término porque el servicio es, simplemente, deficiente, por no decir malo. Por lo pronto, parece que no hay las suficientes unidades para que la gente logre transportarse en el tiempo que necesita, y eso parece ser una cuestión que estuvo en manos de quienes dirigieron el proyecto y sin más argumentos fallaron.

PARA LOS partidos de oposición lo más conveniente es, aún ahora, suspender el servicio y reanudarlo cuando los choferes estén plenamente capacitados para la función que realizan; cuando todas la unidades se hallen en condiciones mecánicas óptimas y cuando la gente sea sensibilizada, a tal extremo que se ordene y permita el funcionamiento de este medio de transporte a toda plenitud.

ESO TENDRA que hacerse con el tiempo. Las fallas son enormes y Claudia Sheibaum se niega a dar explicaciones claras, cuando esta situación, ahora sí, lo exige. No basta la renuncia de una directora que, al parecer, nunca dirigió ni las multas a las empresas constructoras que no cumplieron en tiempo y forma con el trabajo para el que fueron contratadas.

EN LA avenida Insurgentes la gente requiere del servicio y éste debe ser razonablemente bueno, y no es con silencios ni enfados como la señora Sheibaum podrá corregir el mal funcionamiento del sistema.

URGE QUE las fallas sean clarificadas y de explicaciones serias. Los silencios prolongados se convierten, por obra de la especulación, en verdades dolosas y estos no son tiempos para esos juegos.

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